Uruguay habilitó ayer el ingreso excepcional de ciudadanos uruguayos y residentes con COVID-19, una medida inusual que el Gobierno del presidente Luis Lacalle Pou consideró de “solidaridad” para quienes contraen el virus en el extranjero, mientras continúan aumentando los casos tras el ingreso de la variante Ómicron.
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Uruguay habilitó ayer el ingreso excepcional de ciudadanos uruguayos y residentes con COVID-19, una medida inusual que el Gobierno del presidente Luis Lacalle Pou consideró de “solidaridad” para quienes contraen el virus en el extranjero, mientras continúan aumentando los casos tras el ingreso de la variante Ómicron.
Lacalle Pou firmó el decreto que indica que estas personas podrán ingresar “siempre que lo hagan a través de un medio de transporte particular y no colectivos, en los que se garantice la permanencia aislada o, en su defecto, en conjunto con su núcleo familiar convivientes durante el viaje”.
“Las personas referidas, una vez que ingresen al país, deberán dar cumplimiento al régimen de aislamiento social y preventivo y demás medidas sanitarias vigentes”, agregó el decreto.
El ministro de Salud uruguayo, Daniel Salinas, dijo ayer en su cuenta de Twitter que “todos los viajeros uruguayos y extranjeros residentes que hayan adquirido coronavirus en el exterior, podrán regresar en cualquier momento a nuestro país”.
“No es bueno que los uruguayos tengan que permanecer forzosamente afuera, aunque hayan tomado un riesgo, acá los cuidamos (...) Además el contexto nuestro es de alta circulación. Nos adaptamos siempre a situaciones diferentes”, dijo el funcionario.
En tanto, la decisión había sido adelantada por el propio Lacalle Pou, el lunes pasado en conferencia de prensa tras reunirse con el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y otras autoridades sanitarias.
“Cierre no, estamos tratando de facilitar el traslado de ciudadanos contagiados”, había señalado el mandatario respecto a la posibilidad de establecer corredores sanitarios para que residentes argentinos en Uruguay puedan viajar a su país pese a estar contagiados, y viceversa, para evitar los costos que trae aparejada la cuarentena en otro país.
Con una población de 3,5 millones de habitantes, el país limítrofe con Argentina y Brasil registró el jueves un récord de más de 10.000 contagios diarios y llegó por primera vez a 65.665 casos activos. El 77% de la población está completamente vacunada.