Los problemas con el cepo importador llegaron hasta espacios impensados, como las cirugías cardiovasculares. En un escenario de falta de dólares en el Banco Central y complicaciones para ingresar productos al país, hasta un 15% de esas prácticas en instituciones privadas debieron ser reprogramadas por falta de insumos.
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Los problemas con el cepo importador llegaron hasta espacios impensados, como las cirugías cardiovasculares. En un escenario de falta de dólares en el Banco Central y complicaciones para ingresar productos al país, hasta un 15% de esas prácticas en instituciones privadas debieron ser reprogramadas por falta de insumos.
Así lo explicó a Todo Noticias Fernando Cichero, cirujano cardiovascular y expresidente del Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares. La institución hizo público su malestar por la falta de insumos para poder operar. En una carta difundida por la organización se habla de una “grave y peligrosa situación” por el faltante “de insumos básicos e imprescindibles para realizar cirugías cardiovasculares”.
Según la institución, el faltante está poniendo “en riesgo la salud y la vida de los pacientes que requieren dichas cirugías”.
Cichero detalló que, de seguir así, la situación se agravará en enero o en febrero, momento en el que los cirujanos cardiovasculares podrían tener que empezar a priorizar ciertos procedimientos por sobre otros.
Los insumos importados son clave
Según el especialista, hasta un 85% de los insumos que se utilizan en cualquier tipo de cirugía es importado. En el caso de las cardiovasculares, los países de origen de esos productos son principalmente Estados Unidos y China.
El problema comenzó a mitad de año con el alza del dólar blue y se agravó a partir de octubre, con el cambio al sistema SIRA, el actual esquema de importación que deja mayor espacio a la discrecionalidad a la hora de aprobar giros de divisas para ingresar productos del exterior.
Este panorama dejó a los cirujanos cardiovasculares en una situación compleja. Por un lado, en las cirugías programadas y donde hay un margen de reprogramación, intentan postergarlas hasta que se consiga el insumo correcto. En el caso de una cirugía de urgencia, se opera con lo que hay, sin poner en riesgo la salud del paciente.
También hay ocasiones en las que hay un paciente internado que aguarda una cirugía. Los momentos de espera comenzaron a incrementarse con todos los riesgos de salud que eso implica, relacionados con infecciones intrahospitalarias y el desgaste físico.
Según Cichero, los productos que se necesitan en el caso de las cirugías cardiovasculares son variados, pero principalmente se refirió a las válvulas del tamaño más utilizado para llevar adelante las intervenciones.