Una de las problemáticas de la infancia, que muchas veces permanece invisibilizada, es la violencia que sufren a diario niñas y niños, y especialmente el abuso sexual está entre las primeras.
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Una de las problemáticas de la infancia, que muchas veces permanece invisibilizada, es la violencia que sufren a diario niñas y niños, y especialmente el abuso sexual está entre las primeras.
Fanny Arrieta es la titular del Observatorio Para la Protección de la Infancia (OPPI) de la Universidad Católica de Salta. Desde 2019 el Observatorio trabaja en una investigación sobre representaciones sociales respecto al abuso sexual infantil en trabajadores de la salud de un área de Salta.
La idea es conocer qué información o conocimientos maneja la población que tiene injerencia en los casos de abusos. "La investigación sirve para desmitificar el abuso. Cuando le preguntamos a alguien qué se le viene a la cabeza con la palabra abuso, lo primero que piensa es en el acceso carnal y en realidad existen muchas formas de abuso que dejan consecuencias en los niños", advirtió Arrieta.
Prosiguió: "Queremos saber qué es lo que saben los médicos, policías, maestros sobre el abuso para poder trabajar a partir de allí. Con estos mitos presentes el umbral de reacción es muy alto y los chicos quedan desprotejidos", planteó la profesional.
Dijo que se trata de una problemática global: "Estamos en una cultura que desatiende a los chicos, es una cultura muy individualista en la que primero es la satisfacción de placeres y necesidades propias. Los hijos a veces forman parte de un deseo más y a partir de allí quedan desatendidos y no son cuidados como deberían", añadió.
En este sentido, para trabajar en la prevención, el Ministerio de Desarrollo Social provincial relanzó hace unos meses la línea 102. Esta funciona como una línea de escucha, orientación, promoción y protección de derechos para niñas, niños y adolescentes. Arrieta comentó que se contactaron con las autoridades de la línea por lo que saben que está siendo muy beneficiosa, incluso en los próximos días dijo que se hará difusión en los colectivos urbanos de la ciudad.
"En Salta tenemos muchas herramientas para proteger a los chicos, pero muchas veces por desconocimiento no se las usan", planteó la titular del OPPI. Por otra parte, el Observatorio dictará un curso a docentes sobre la centralidad de la escuela en la prevención de abuso a niñas, niños y adolescentes, unificando los datos sobre abuso que existen en la Provincia.
"Esto permitirá tener datos reales para colaborar o influenciar sobre políticas públicas que prevengan este flagelo y protejan efectivamente a la niñez", manifestó Fanny Arrieta.
Pero la investigadora fue más allá y habló sobre la problemática en las comunidades aborígenes, dijo que "no es lineal" y que "no se trata solo del abandono por la falta de políticas públicas", sino que se debe integrar a los pueblos originarios al desarrollo de la sociedad sin que pierdan su identidad". Agregó que las comunidades necesitan acompañamiento, capacitación y que dejen de tener miedo. "A lo que se le suma la desnutrición y las condiciones paupérrimas en que viven", señaló.
Para la titular del Observatorio no se puede dar una solución única, "se tienen que juntar muchos factores, sobre todo la decisión política desinteresada de ayudar a las comunidades a salir adelante y a vivir bien".
Presupuesto
Para Arrieta, el presupuesto destinado a las infancias nunca es suficiente. "Se bajaron los niveles de presupuesto, eso es muy preocupante. Nunca llegamos a los niveles necesarios para sostener políticas públicas, estamos siempre en deuda con la infancia. El Estado es el que debería hacerse cargo, sin embargo lo estamos paleando con la gente que trabaja desinteresadamente por los chicos", planteó la profesional.
En cuanto a la inflación y la crisis económica, Arrieta opinó: "Los damnificados son las familias que viven de la canasta básica. Eso repercute en el bienestar de los niños, porque las familias están fuera de casa buscando cómo salir adelante y los chicos quedan solos o a cargo de otros que no siempre les dan la atención que necesitan. Esto no es bueno para los chicos que quedan vulnerables. Muchas veces terminan suplantando esta falta de presencia con tecnologías que terminan haciendo daño o poniendo en mayor peligro a los chicos" concluyó.