En la zona norte de la ciudad de Salta el conocido como "Corso de Castañares" cada año se hace más grande. El nombre oficial es Corso Infanto Juvenil de Castañares, organizado por la Fundación Sentimiento y lleva tres fines de semana con el cupo completo.
inicia sesión o regístrate.
En la zona norte de la ciudad de Salta el conocido como "Corso de Castañares" cada año se hace más grande. El nombre oficial es Corso Infanto Juvenil de Castañares, organizado por la Fundación Sentimiento y lleva tres fines de semana con el cupo completo.
Lo que tiene de particular este desfile es que es familiar, destinado desde un principio para los niños y niñas. El horario, las agrupaciones y las temáticas son siempre pensadas para los más chicos. Entonces ya se armó como una subcultura particular del Corso de Castañares que consiste en ver pasar a los padres con sus niños, que los siguen como patitos, en dirección hacia la avenida Houssay con sillas, reposeras, bolsas con nieves y harinas, y conservadoras antes que se haga de noche.
Porque ese corso comienza a las 21, se llena y no hay lugar. Entonces van temprano a buscar un buen lugar en donde establecerse como si fuera un campamento base que los niños tienen de referencia para jugar libres y volver por comida, bebida, más plata para la nieve o más harina.
El espectáculo concluye a la medianoche, indefectiblemente, cuando los más chiquitos ya duermen en sus coches. Para esta edición, que es la 22, están inscriptas 15 agrupaciones entre los que caporales, tinkus, caretones, murgas y comparsas. Llegan desde todas partes de la ciudad. Además siempre hay otras agrupaciones invitadas que vienen desde otros corsos.
"Para este fin de semana tenemos a los Autos Locos que son inspirados en los dibujos animados y que son muy divertidos. A los niños les encanta y los padres también porque es para todas las edades", dijo Mario Siares, de la organización de Fundación Sentimiento.
El dirigente barrial confirmó que todas las noches colmaron el cupo de 2 mil personas que tienen, por lo cual confirma el éxito de la convocatoria.
"Solo hay que pagar un bono de 300 pesos para el ingreso, los menores de 10 años no pagan. Y lo bueno de este corso es que es familiar y accesible a los ingresos de los vecinos. Muchos traen sus nieves, sus bebidas y sus comidas y llegan para pasar un buen momento con los niños. Debe ser uno de los pocos espectáculos en donde se puede salir con toda la familia por lo accesible en cuanto a gastos. Entonces todos se traen sus sandwiches, sus jugos y comen y disfrutan", dijo Siares.
Los corsos de Castañares funcionarán hasta el 21 de febrero y ya se perfila como uno de los más exitosos por su gran convocatoria, no solo de familias y agrupaciones sino también por la gran cantidad de personas que trabajan en el acontecimiento.
"Sabemos que tenemos como idea principal el corso como expresión cultural para toda la familia, pero también somos conscientes sobre el espacio que abrimos para los emprendedores que noche a noche nos acompañan. Desde la organización no pedimos nada para que vengan. Ellos vienen y venden. Entonces es una expresión cultural que se vuelve una fuente de trabajo e ingresos. Al menos 50 emprendedores nos acompañan en las funciones", concluyó Siares.
Sucede que el corso de zona norte ya se convirtió en un espectáculo a donde van los vecinos, agrupaciones y emprendedores de toda la ciudad.
Es por eso que el dirigente barrial finalmente agradeció a la Municipalidad por el acompañamiento. El secretario de Gobierno de la Municipalidad, Benjamín Cruz, estuvo presente en una de las presentaciones del Corso Infanto Juvenil de Castañares y dijo: "Desde las distintas áreas del municipio nos hemos puesto a disposición con los organizadores, vamos a colaborar, vamos a acompañar para que esto pueda ser un lindo espectáculo y sea un lindo evento".
"Se debe recuperar la alegría del carnaval salteño"
Los Incas de Villa Chartas son una de las agrupaciones primarias de los corsos salteños. Tiene 43 años de vida y es parte del patrimonio cultural de Salta. La comparsa hoy tiene algo más de 150 integrantes, los cuales comenzaron a trabajar en octubre del año pasado para ser protagonistas en este fin de semana, en la Avenida del Carnaval, de la ciudad de Salta.
Desde sus inicios, las historias de las comparsas estuvieron ligadas a la pertenencia territorial en los barrios y villas de Salta. Los vínculos que posibilitaron el desarrollo de estos espacios surgían desde la amistad y la familia ocurrida en calles al momento de la planificación y desarrollo de las escenas artísticas.
El que sabe toda la historia de la comparsa de los Incas es Héctor Colque, el cacique mayor, quien estuvo desde los inicios de la agrupación. "Yo estuve los 43 años de la comparsa y desde el año 2000 que soy cacique; es decir, desde hace 23 años", dijo Colque.
Esas calles son el escenario que nuclea diversos grupos de vecinos que realizan los ensayos del baile cerca de donde viven los referentes de cada agrupación y en donde realizan el acondicionamiento de sus vestimentas y elementos a usar en el corso.
Los más de 150 integrantes se juntaban en las calles de la villa por las noches para los ensayos. Una multitud, una familia completa gigante que se mueve al son de los tambores.
¿Pero cómo se hace para conducir a esa gran cantidad de gente? "Esto es algo que se va aprendiendo de los mayores. Hay líderes o encargados en los grupos de las tumbadoras, los gorros grandes, los cajeros, los brujos, tobas, etc. Ellos me ayudan en la organización. Además vienen los hijos, las familias; se hace todo más grande. Para ir al lugar de actuación cada uno va en lo que puede porque no tenemos vehículos propios. Hay que pensar que para llevar los gorros grandes se necesita un camión. Entonces la logística es complicada", dijo Colque.
El único año que no salieron fue en 2021 por la pandemia. El resto de los años Colque estuvo desde su fundación. "El cacique más que mandar es quien enseña. Y yo creo que lo primero que tenemos que ver es el hecho de disfrutar de la participación de los corsos; más allá de si ganamos o perdemos. Los Incas ganaron en varias oportunidades y en otras se perdió; pero el placer más grande es salir en el corso. Tampoco nos tenemos que enojar con la lluvia que puede ser un impedimento para nosotros, pero es una bendición para otros", dijo con sabias palabras.
Sobre lo que desea dijo que "debemos recuperar la alegría del carnaval salteño porque estamos en un espacio que no sentimos nuestro, en donde mucha gente queda fuera y donde todo se hace más costoso. En la economía golpeada que tenemos muchos no pueden ir a divertirse a un corso y eso debemos recuperar".