El senador nacional Juan Carlos Romero presentó un proyecto de comunicación por el cual pide al Poder Ejecutivo Nacional datos sobre distintos puntos vinculados a la crisis que atraviesa el sector ganadero en nuestro país.
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El senador nacional Juan Carlos Romero presentó un proyecto de comunicación por el cual pide al Poder Ejecutivo Nacional datos sobre distintos puntos vinculados a la crisis que atraviesa el sector ganadero en nuestro país.
Entre otras cuestiones, Romero solicitó que el organismo nacional competente en la materia indique cuál fue la evolución del stock de ganado bovino en los últimos diez años, así como también qué medidas están implementándose para recomponer dicho stock.
El legislador advierte que el sector ganadero no fue azotado sólo por condiciones climáticas desfavorables, sino también por una política gubernamental que provocó una fuerte caída en el consumo interno y un drástico aumento del precio de la carne, además del cierre de alrededor de 100 frigoríficos.
El actual rodeo vacuno disminuyó en 11 millones de cabezas en comparación con 2006
El senador por Salta pregunta en su proyecto qué medidas está tomando la autoridad nacional para evitar que continúen cerrándose esos establecimientos y solicita una evaluación del stock de ganado bovino en los últimos diez (10) años en todo el territorio nacional, discriminado por Provincia.
Entre los fundamentos Romero recordó que en marzo del año 2006, el ex presidente Néstor Kirchner ordenó el cierre de las exportaciones de carne vacuna y encomendó al secretario Guillermo Moreno la tarea de controlar el precio de la carne.
Desde ese momento se aplicaron todo tipo de medidas que afectaron sobre todo al productor: aplicación de precios máximos para el ganado, amenazas de aplicar la ley de abastecimiento, retenciones, prohibición y permisos para exportar y grandes promociones estacionales como “Carne para Todos”.
De esta forma el precio pagado al productor quedó prácticamente congelado por varios años (mientras subía en el mostrador), provocando una drástica caída de rentabilidad y un acelerado proceso de liquidación de vientres. Sumado al accionar gubernamental, una implacable sequía azotó a las zonas productivas presionando aún más la situación del productor.