Dos empleados de la distribuidora de cerveza Quilmes fueron víctimas de un violento asalto con un arma de fuego por parte de tres motochorros. El suceso ocurrió el jueves, a las 13.30. El conductor de un camión Mercedes Benz, Oscar Norberto Pistán (34), junto con su ayudante, William Rodríguez (28), habían concurrido a un negocio de comestibles, ubicado en la manzana 433 A, lote 21 del barrio Solidaridad, para dejar un pedido.
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Dos empleados de la distribuidora de cerveza Quilmes fueron víctimas de un violento asalto con un arma de fuego por parte de tres motochorros. El suceso ocurrió el jueves, a las 13.30. El conductor de un camión Mercedes Benz, Oscar Norberto Pistán (34), junto con su ayudante, William Rodríguez (28), habían concurrido a un negocio de comestibles, ubicado en la manzana 433 A, lote 21 del barrio Solidaridad, para dejar un pedido.
La propietaria del local, Rosa Llanos, no se encontraba en el lugar por lo que los trabajadores no pudieron dejar el pedido y, cuando se disponían a retirarse, fueron imprevistamente interceptados por tres sujetos a bordo de una motocicleta de 110 centímetros cúbicos, roja.
Dos de los ladrones descendieron de la motocicleta y bajo las órdenes de un tercero que se quedó sobre el rodado, se colocaron uno al lado de la puerta del conductor del camión y el otro hizo lo propio del lado del acompañante. Este último, extrajo de entre sus prendas un revólver calibre 22, corto.
Testimonio
“Le puso la pistola en el pecho a mi compañero y le dijo: "Dame la plata!'. Como el vehículo se encontraba encendido, se movió como si fuera a iniciar la marcha. En ese momento, el ladrón gatilló el arma, afortunadamente la bala no salió”, relató Pistán a El Tribuno.
Por temor y al ver que los delincuentes estaban dispuestos a todo, los empleados les entregaron una suma de $1.100, aproximadamente. “Les dimos todo el dinero de la caja que manejábamos”, contó Pistán. Finalmente, los delincuentes se dieron a la fuga en la motocicleta.
Los trabajadores acudieron rápidamente a la comisaría 17 del barrio Solidaridad. Se presentaron en la dependencia a las 13.56 y radicaron la denuncia.
“Estamos asustados. Nos agarraron repentinamente y no sabíamos qué hacer. En ese momento, no sabés si darles la plata, o si te van a pegar un tiro igual. Muchas cosas se te pasan por la mente. Uno no puede jugarse la vida y tiene que resignarse a entregar la plata. Estamos muy molestos ahora. Hace 20 años que trabajo de esto y es la primera vez que me pasa algo así. Somos jóvenes, padres de familia con hijos chicos. Lo primero que uno piensa es en su familia”, expresó Pistán.
“Lo milagroso es que el delincuente gatilló y el disparo no salió. Pudo haber sido una tragedia”, dijo la Policía, que busca a los responsables del gravísimo hecho.