Es tiempo de mojones, copleadas, encuentros y mucha diversión.
inicia sesión o regístrate.
Es tiempo de mojones, copleadas, encuentros y mucha diversión.
Por un momento o días- los carnestolendos se permiten concentrarse solo en el Momo que ayer fue liberado en el ritual del desentierro del carnaval.
En el mojón, cada comparsa "rescató" de su encierro al diablito o pujllay.
Y quien define con maestría y gran autoridad el simbolismo del diablo del carnaval es el hijo dilecto de Humahuaca, Fortunato Ramos.
El maestro, escritor, poeta y músico sostiene que "el diablo es el hombre común, el empleado municipal que limpia las calles del pueblo, el maestro rural, el albañil, el jornalero, el estudiante de la Quebrada.
El diablo es cualquier habitante de la zona que, ansioso por divertirse, se disfraza con una careta pintarrajeada, un cabezal con dos cuernos arqueados de colores vivos, una capa multicolor chispeante de espejos, cascabeles y lentejuelas, una blusa combinada en rojos, amarillos y verdes, un pantalón de matices primarios de cuya parte posterior destaca una cola larga de casi tres metros, que el diablo bate cuando baila carnavalitos, bailecitos y cuecas".
Este personaje infaltable agrega Ramos- "encabeza los carnavalitos de la comparsa y es obligación que sea alegre durante el carnaval, no hay diablos tristes ni diablos dormidos.
Sí, diablos machados y diablos sueltos. El diablo contagia la alegría y la tentación al hombre, también a la mujer; y en los nueve días y las nueve noches, casi no duerme; porque, de ésta, no hay otra".
"Ese diablo que se disfraza tiene una promesa con su Pachamama, es bastante serio este compromiso del lugareño con su Pachamama y con su forma de alegrarse sanamente durante los carnavales", remarca.
Y afirma que la misión del diablo es divertir a la gente y a su comparsa sin ser reconocido.
Durante el desentierro el diablo se arrodilla, ofrece a la Pachamama vino, cerveza, chicha y reza. "El diablo no tiene que ser reconocido.
Si se embriaga, se queda dormido y le quitan la máscara, pierde.
Ese diablo pierde el compromiso con la Pachamama y espera hasta un castigo" que podría significar perder su condición de diablo.
Lo cierto es que en estos tiempos de algarabía se produce un quiebre en la vida cotidiana, "las noches se vuelven días" y las calles de los pueblos de la Quebrada sobre todo- se convierten en testigos de un festejo que incluye coplas, tonadas, mucho papel picado y serpentinas. Sobre todo alegría.