Orlando Cuellar y Wilson Tárraga son dos veteranos de guerra jujeños que no pierden las esperanzas de pisar el suelo de Malvinas. Cuellar sobrevivió al hundimiento del crucero General Belgrano el 2 de mayo de 1982, por lo que no llegó a conocer las islas; mientras que Tárraga combatió en tierra malvinera durante el conflicto con Gran Bretaña.
inicia sesión o regístrate.
Orlando Cuellar y Wilson Tárraga son dos veteranos de guerra jujeños que no pierden las esperanzas de pisar el suelo de Malvinas. Cuellar sobrevivió al hundimiento del crucero General Belgrano el 2 de mayo de 1982, por lo que no llegó a conocer las islas; mientras que Tárraga combatió en tierra malvinera durante el conflicto con Gran Bretaña.
Como otros protagonistas de la gesta de 1982, sueñan con visitar las islas y en el caso de Tárraga volver a Darwin y Pradera del Ganso, donde batalló.
Ambos residen en San Pedro de Jujuy, en el mismo barrio.
Para Orlando Cuellar estar en Malvinas es "una materia pendiente que nos queda a varios veteranos, sería cerrar el círculo que nos vincula a Malvinas y además visitar el cementerio donde quedaron los héroes que dieron su vida".
Para Wilson Tárraga "es un viaje para reencontrarme, donde hice lo que podía y de la mejor manera, también pedir perdón por todos los compañeros que no regresaron".
En 1982 Cuellar fue convocado a realizar el servicio militar obligatorio y en el sorteo le tocó el número 915 por lo que su destino fue la Armada Argentina. Recibió la noticia con mucha emoción porque iba a tener la oportunidad de conocer barcos y el mar. En ningún momento se le pasó por la cabeza que le iba tocar estar en una guerra y mucho menos que su buque se iba a hundir en un mar helado y permanecer 36 horas en una balsa pinchada hasta ser rescatado.
Recuerda que una taza caliente de chocolate fue lo primero que bebió cuando lo rescataron y gracias a sus compañeros que lo cubrieron con frazadas para darle calor le salvaron la vida, porque si pasaba un minuto, más habría muerto por hipotermia. Cuando se recuperó debió seguir haciendo el servicio militar. En 1983 regresó a San Pedro y pudo terminar la escuela secundaria, donde conoció a Ana María Martínez, el amor de su vida, con quien formó una hermosa familia.
La historia de Tárraga fue diferente, ya que él siempre quiso hacer una carrera militar. De hecho se formó en la Escuela de Suboficiales del Ejército Argentino y durante la guerra formaba parte del Regimiento de Infantería Mecanizado RIM 12, de Mercedes, Corrientes. Recuerda que estuvo en el frente de batalla a menos de 100 metros de distancia con los ingleses. Fue tomado prisionero y lamenta que debieron rendirse por falta de municiones.
"En la vida muchas veces tenemos que aprender a perder, pero en Malvinas no perdimos, recuperamos la soberanía y allí están nuestros 649 custodios, los verdaderos héroes", asegura. Su esposa, Isabel Maza Díaz, y sus hijos lo apoyaron para salir adelante y juntos iniciaron una nueva etapa donde la fe a la Virgen de Guadalupe fue fundamental para este renacer.
Otra etapa
Cuando concluyó la guerra, el 14 de junio de 1982, se inició la tristemente célebre etapa de desmalvinización que afectó seriamente a estos hombres que fueron a luchar por la soberanía nacional de las islas que fueron, son y serán argentinas.
Pasaron los años y finalmente Cuellar y Tárraga, junto a otros veteranos de guerra, se organizaron para dar nacimiento a la Asociación de excombatientes y familiares de caídos en Malvinas "2 de Abril", en San Pedro de Jujuy. Comenzaron así a participar de actos y llegar con la historia en primera persona a las escuelas.
"Es una gran alegría cuando los chicos nos escuchan y nos hacen preguntas, nos consultan qué es una guerra y les decimos que hay que evitarla porque mueren muchas personas, que el conflicto trae mucho dolor. Que la única guerra importante es con nosotros mismos, luchar para estudiar, luchar para ser buenas personas, respetuosas y el orgullo más grande es construir cada día nuestra felicidad", coinciden ambos.
El año pasado fueron invitados por el Instituto de Artes Audiovisuales de Jujuy a la Escuela Primaria 148, de la localidad de San Lucas, departamento Valle Grande. Como no hay camino, hicieron una parte del trayecto caminando y otra a caballo. Tras vivir esta experiencia tan conmovedora, y junto a otro veterano de guerra de La Mendieta, Ricardo Serrano, gestionaron mercaderías para las escuelitas de San Lucas y Pampichuela.
También en julio de 2023, en el marco de las fiestas patronales de Pampichuela, entregaron una hermosa Bandera de seis metros de largo, cuyo sol de mayo fue pintado por los reconocidos artistas Cecilia Espinoza y Miguel Castro, de Libertador.
El pabellón fue izado por los niños e integrantes de la comunidad y como invitado especial estuvo Facundo Morales en su calidad de autoridad del Instituto de Artes Audiovisuales. En un mástil de 14 metros de altura, la celeste y blanca flamea victoriosa en la entrada principal de pueblo recibiendo y recordando a visitantes y lugareños que las Islas Malvinas estarán siempre en el corazón como símbolo de unión.
Otra acción que concretaron fue entregar una Bandera para engalanar la nueva fachada de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Jujuy, debido a que en dicha institución se encuentra el "Aula Malvinas". En esa oportunidad fueron declarados huéspedes honoríficos de la casa de estudios.
Este año tienen previsto brindar charlas a los estudiantes y darán continuidad a las actividades concebidas para mantener viva la memoria sobre las Malvinas.
Asimismo, tienen planificado visitar la escuela "Teodoro Laguna", del paraje Casa Grande, de Mina El Aguilar. Laguna fue tripulante del Crucero "General Belgrano" y es uno de los héroes jujeños caídos durante la guerra. En la oportunidad Cuellar y Tárraga estarán acompañados por excombatientes de Ushuaia.
Todas las acciones que concretan estos veteranos jujeños están siendo registradas por una productora que tiene previsto realizar un documental. Con la dirección y producción de Asunción Rodríguez y Rodrigo Pereyra, el equipo se ha propuesto documentar la visita de Cuellar y Tárraga a las Islas Malvinas "donde confluirán emociones de dolor y angustia pero con el orgullo de haber servido a la patria con valentía".
De esta manera darán un cierre a un ciclo de sus vidas al tiempo que renovarán su compromiso con la causa porque "las Malvinas no se olvidan".