El sol iluminó ayer la jornada de Domingo de Ramos, solemnidad que en la iglesia Catedral se vivió con un templo atiborrado de feligreses quienes con pequeñas palmas esperaron la bendición que llegó del obispo Daniel Fernández. En la homilía, monseñor brindó un mensaje de unión a la feligresía en tiempos de crisis, de angustia y ansiedad.
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El sol iluminó ayer la jornada de Domingo de Ramos, solemnidad que en la iglesia Catedral se vivió con un templo atiborrado de feligreses quienes con pequeñas palmas esperaron la bendición que llegó del obispo Daniel Fernández. En la homilía, monseñor brindó un mensaje de unión a la feligresía en tiempos de crisis, de angustia y ansiedad.
El primer día de la Semana Santa se inició con la conmemoración de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, a quien agitaron palmas y ramos de olivo. La fecha supone a su vez un poderoso recordatorio del camino de Jesús hacia el sacrificio final. Sucede que el Domingo de Ramos es visto en un punto como la historia de un fracaso, luego de una entrada triunfal de Jesús que culmina en su muerte, pero cuyo mensaje tiene en su esencia la entrega por amor.
El rito conmemorativo se cumplió en todas las iglesias. En el caso de la Catedral Basílica de esta ciudad, la recordación generó movimiento desde temprano en que empezaron a llegar fieles para participar de la misa. Mientras algunos se proveían de sus ramos que se vendían en plaza Belgrano, fue alrededor de las diez que se hizo la primera bendición de ramos desde el atrio de la iglesia.
"Cuando lo vemos torturado, flagelado, sufriendo hasta la muerte a Jesús sentimos que en eso también nosotros estamos cerca. Él se echó nuestras culpas, nuestros pecados, dolores sobre su cuerpo flagelado, para ofrecer a Dios un acto de obediencia, era el hijo de Dios, no tenía por qué padecer pero por amor a sus hijos, a los hombres encarna con su cuerpo el dolor de todo hombre, de tal manera que nunca sufrimos solos sino que lo hacemos unidos a Jesús", explicó el obispo Daniel Fernández durante la misa.
Por ello instó a la feligresía a unirse en estos tiempos que tocan vivir, en las circunstancias que cada uno tiene en sus vidas, de tristezas, de angustia y de soledad. Animó a no sentirse solos y pensar que Jesús sufrió para dar un ejemplo, "a enseñarnos a cargar nuestra pequeña cruz", y convocó a volver el próximo domingo a celebrar la victoria de Jesús sobre la muerte y el pecado.
Se trata de un llamado a reflexionar como un desafío personal, una misión colectiva de unirse como comunidad, siguiendo los pasos de Jesús hacia un compromiso más profundo.
Por ello se instó también a continuar la semana de reflexión con una renovada pasión y compromiso, y a participar de las actividades que se realizarán esta semana hasta el domingo en que se celebrará la Pascua de Resurrección.
Actividades en Semana Santa
Al finalizar la misa, el padre Alfaro instó a participar de las actividades de Semana Santa.
Hoy y mañana habrá misa a las 8 y a las 20, con un Vía Crucis pidiendo por los enfermos, por las instituciones hospitalarias y las familias, que se desarrollará desde las 20.45.
El Miércoles Santo habrá misa a las 8, mientras que la Misa Crismal se realizará por la tarde en el Colegio del Salvador, con la participación de los religiosos de la Diócesis.
Para el Jueves Santo las actividades se iniciarán a partir de las 9 con el rezo de Laudes, a las 9.30 y hasta las 12 están previstas las confesiones; y desde las 20 será la misa de lavatorio de pies, y la adoración a Jesús Eucaristía hasta la medianoche.
El Viernes Santo habrá rezo de Laudes en la iglesia a las 9, y de 9.30 a 12 confesiones. A las 18 será la celebración de la pasión, adoración de la Santa Cruz y comunión; y a las 20.30 procesión con el Cristo yacente, la Virgen Dolorosa y San Juan.
El Sábado Santo se iniciará a las 9 con rezo de Laudes, de 10 a 14 confesiones y a las 20 se realizará solemne misa de vigilia pascual por lo que piden asistir con velas y agua para la bendición.
El Domingo de Pascua, en la Catedral habrá misas a las 8, 10, 11 y 20 horas.