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De

Pasión de la química

Domingo, 10 de agosto de 2014 00:00
<p>ENRIQUE BERRAFATO/ EL INGENIERO QUÍMICO DEDICADO A LA DOCENCIA.</p>

Enrique Berrafato, de caminar rápido aferrado a su portafolio, que imagino cargado de libros y papeles, se detuvo sin saber para qué en la esquina de Belgrano y Sarmiento. Luego de escuchar, sonrió brevemente perdiendo su mirada en la profundidad de sus recuerdos para comenzar diciendo que es nacido y criado en Jujuy, y que es ingeniero químico, profesión que pudo ejercer apenas recibido en Altos Hornos Zapla en el año "71. Eso, explicó, porque de chico siempre me gustó la Química y siempre le pedía a mi padre que me comprar los juegos que daban colores, formas que tal vez lo marcó cuando ya no tan chico se transformó en curiosidad impulsada y fortalecida por un recordado profesor del Nacional 1, el "Fiero" García y su hermano que también siguió esa carrera. Con lo dicho, observó que al seguir la carrera de Ingeniería Química descubrió que "no es tanta química" por lo cual, luego de privatizarse Zapla fortaleció el aspecto docente que abraza hasta la actualidad, pero lo curioso, dijo, es que si me pregunta que me apasionaba y me gustaba de niño, era la química, pero lo curioso es que esa carrera no era lo que esperaba. La química me sirvió para consolidar, tuve a cargo un laboratorio, pero perdí esa expectativa que tenía de niño, y cuando tuve que hacer el recambio profesional pasé a hacer algo que me gusta y encanta mucho que es la parte de gestión de calidad que con la química nada que ver. Y en esas vuelta de la vida, la Universidad le pidió poner en marcha un laboratorio químico que ya está funcionando. Volvió a la Química, pero que ahora lo ve desde otra óptica, aunque jocosamente reconoce que lo persigue porque después de dejarla de aprender y enseñar, ahora está a cargo de un laboratorio que trabaja con pesticidas. El sueño se cumplió y sobretodo en la parte "ingenieril" que asegura es muy creativa y le permite estar en distintos lugares o facetas, por lo que aconseja a sus estudiantes que no desperdicien información y que siempre es bueno incorporarla al disco rígido porque siempre hay posibilidades de hacer uso de ese conocimiento. En síntesis, así fue como canalizó en su profesión ese sueño de pibe.

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Enrique Berrafato, de caminar rápido aferrado a su portafolio, que imagino cargado de libros y papeles, se detuvo sin saber para qué en la esquina de Belgrano y Sarmiento. Luego de escuchar, sonrió brevemente perdiendo su mirada en la profundidad de sus recuerdos para comenzar diciendo que es nacido y criado en Jujuy, y que es ingeniero químico, profesión que pudo ejercer apenas recibido en Altos Hornos Zapla en el año "71. Eso, explicó, porque de chico siempre me gustó la Química y siempre le pedía a mi padre que me comprar los juegos que daban colores, formas que tal vez lo marcó cuando ya no tan chico se transformó en curiosidad impulsada y fortalecida por un recordado profesor del Nacional 1, el "Fiero" García y su hermano que también siguió esa carrera. Con lo dicho, observó que al seguir la carrera de Ingeniería Química descubrió que "no es tanta química" por lo cual, luego de privatizarse Zapla fortaleció el aspecto docente que abraza hasta la actualidad, pero lo curioso, dijo, es que si me pregunta que me apasionaba y me gustaba de niño, era la química, pero lo curioso es que esa carrera no era lo que esperaba. La química me sirvió para consolidar, tuve a cargo un laboratorio, pero perdí esa expectativa que tenía de niño, y cuando tuve que hacer el recambio profesional pasé a hacer algo que me gusta y encanta mucho que es la parte de gestión de calidad que con la química nada que ver. Y en esas vuelta de la vida, la Universidad le pidió poner en marcha un laboratorio químico que ya está funcionando. Volvió a la Química, pero que ahora lo ve desde otra óptica, aunque jocosamente reconoce que lo persigue porque después de dejarla de aprender y enseñar, ahora está a cargo de un laboratorio que trabaja con pesticidas. El sueño se cumplió y sobretodo en la parte "ingenieril" que asegura es muy creativa y le permite estar en distintos lugares o facetas, por lo que aconseja a sus estudiantes que no desperdicien información y que siempre es bueno incorporarla al disco rígido porque siempre hay posibilidades de hacer uso de ese conocimiento. En síntesis, así fue como canalizó en su profesión ese sueño de pibe.