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Un joven esclavo honra a la Virgen

Viernes, 22 de agosto de 2014 00:00
PROCESIÓN EN HONOR DE LA VIRGEN DE COPACABANA EN EL BARRIO GÜEMES DE SAN PEDRO DE JUJUY.
SAN PEDRO (Corresponsal). El mes de agosto, es rico en tradiciones, rituales ancestrales y también honras a los santos como San Cayetano, San Roque y a la Virgen en sus distintas advocaciones.
A lo largo de todo el mes, estas celebraciones se van realizando con gran devoción, una de ellas es la dedicada a la Virgen de Copacabana o de la Candelaria, que se realiza en la gruta de barrio Güemes, organizada por el esclavo Alvaro Quipildor, pasantes y madrinas.
Luego de la misa que se celebró este año en la capilla de San Cayetano, presidida por el padre Gustavo Leiva, comenzó la pintoresca procesión, enmarcada por multicolores aguayos, la tradicional diana ejecutada por músicos que acompañaron la peregrinación hasta la gruta y fuegos de artificio.
"Esta año la festividad de nuestra madrecita de Copacabana, estuvo signada por una ausencia muy grande, la de mi madre del corazón Ignacia Wierna, cuya muerte nos sorprendió a todos. Se fue una de las fundadoras de la gruta de la Virgen de Urkupiña, doña Ignacia era una persona muy especial, nos ha dejado una gran enseñanza, en lo personal, me permitió crecer en la fe, en la solidaridad, fue una persona buena de gran corazón, se ha ido a la casa del Padre y es por eso que esta fiesta para nuestra madrecita no será como la de años anteriores, no habrá grandes festejos en memoria de ella, no habrá música, ni bailes, pero el 5 de octubre, cuando se levante el duelo, la Virgen tendrá una gran fiesta será la gran fiesta en su honor" dijo el esclavo de la Virgen Alvarito Quipildor.
Indicó que este año, la pasante Ana Sambrano tiene la responsabilidad de pasar la fiesta y que seguramente, lo hará con toda la devoción y los rituales propios.
Alvarito Quipildor tenía tan sólo ocho años de edad cuando el recordado Isac Quiroga, un amigo por quien sentía un gran afecto, puso en sus manos la imagen de la Virgen de Copacabana o de la Candelaria. "Pasaron ya catorce años desde aquel día, cada vez que llegaba el mes de agosto, solía llevarla a misa. En el 2006, con el apoyo incondicional de doña Ignacia, nació la idea de celebrar la fiesta de la madrecita en la gruta y habiendo transcurrido ya ocho años, continuamos con la ayuda de los pasantes, de las madrinas de vestido, de estandarte, de bebida" dijo el esclavo.
En otro tramo agradeció especialmente a la pasante de este año, quien asumió el compromiso para celebrar la fiesta el 5 de octubre, donde se vivirá el ritual de la chayada, la serenata, y el compartir.
"Como esclavo y servidor de la Virgen, entrego la fiesta para que el pasante de cada año pueda honrarla como su corazón lo desee. Pido de corazón que no se pierda esta costumbre, estas honras y le pido a Dios que me de fuerzas para llevar adelante esta fiesta en honor de su madre" finalizó.

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SAN PEDRO (Corresponsal). El mes de agosto, es rico en tradiciones, rituales ancestrales y también honras a los santos como San Cayetano, San Roque y a la Virgen en sus distintas advocaciones.
A lo largo de todo el mes, estas celebraciones se van realizando con gran devoción, una de ellas es la dedicada a la Virgen de Copacabana o de la Candelaria, que se realiza en la gruta de barrio Güemes, organizada por el esclavo Alvaro Quipildor, pasantes y madrinas.
Luego de la misa que se celebró este año en la capilla de San Cayetano, presidida por el padre Gustavo Leiva, comenzó la pintoresca procesión, enmarcada por multicolores aguayos, la tradicional diana ejecutada por músicos que acompañaron la peregrinación hasta la gruta y fuegos de artificio.
"Esta año la festividad de nuestra madrecita de Copacabana, estuvo signada por una ausencia muy grande, la de mi madre del corazón Ignacia Wierna, cuya muerte nos sorprendió a todos. Se fue una de las fundadoras de la gruta de la Virgen de Urkupiña, doña Ignacia era una persona muy especial, nos ha dejado una gran enseñanza, en lo personal, me permitió crecer en la fe, en la solidaridad, fue una persona buena de gran corazón, se ha ido a la casa del Padre y es por eso que esta fiesta para nuestra madrecita no será como la de años anteriores, no habrá grandes festejos en memoria de ella, no habrá música, ni bailes, pero el 5 de octubre, cuando se levante el duelo, la Virgen tendrá una gran fiesta será la gran fiesta en su honor" dijo el esclavo de la Virgen Alvarito Quipildor.
Indicó que este año, la pasante Ana Sambrano tiene la responsabilidad de pasar la fiesta y que seguramente, lo hará con toda la devoción y los rituales propios.
Alvarito Quipildor tenía tan sólo ocho años de edad cuando el recordado Isac Quiroga, un amigo por quien sentía un gran afecto, puso en sus manos la imagen de la Virgen de Copacabana o de la Candelaria. "Pasaron ya catorce años desde aquel día, cada vez que llegaba el mes de agosto, solía llevarla a misa. En el 2006, con el apoyo incondicional de doña Ignacia, nació la idea de celebrar la fiesta de la madrecita en la gruta y habiendo transcurrido ya ocho años, continuamos con la ayuda de los pasantes, de las madrinas de vestido, de estandarte, de bebida" dijo el esclavo.
En otro tramo agradeció especialmente a la pasante de este año, quien asumió el compromiso para celebrar la fiesta el 5 de octubre, donde se vivirá el ritual de la chayada, la serenata, y el compartir.
"Como esclavo y servidor de la Virgen, entrego la fiesta para que el pasante de cada año pueda honrarla como su corazón lo desee. Pido de corazón que no se pierda esta costumbre, estas honras y le pido a Dios que me de fuerzas para llevar adelante esta fiesta en honor de su madre" finalizó.

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