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El arte tiene la finalidad de afectar la vida | Víctor Montoya, Centro Cultural Culturarte, Danza del universo, Jujuy

Lunes, 26 de octubre de 2015 01:30
EN DETALLE / Y EN CONVERSACIÓN NOS CUENTA SUS MOTIVACIONES Y HABLA DE SU CREACIÓN.

El prestigioso Víctor Montoya está mostrando generosamente sus cuadros por estos días en las salas del Centro Cultural Culturarte (Sarmiento esquina San Martín), bajo el título de "Danza del Universo".

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El prestigioso Víctor Montoya está mostrando generosamente sus cuadros por estos días en las salas del Centro Cultural Culturarte (Sarmiento esquina San Martín), bajo el título de "Danza del Universo".

La muestra estará habilitada hasta el próximo viernes, y en este marco es que El Tribuno de Jujuy conversó con el artista, quien dio detalles de su forma de trabajo, de sus definiciones, de sus creaciones, de sus miradas.

¿Qué estuviste haciendo en estos años en los que no tuvimos la suerte de disfrutar de tus obras en Jujuy?

Junto a mi mujer, que trabaja conmigo en esto, estuvimos viajando mucho a China a ferias internacionales en distintas ciudades. Después tuvimos una experiencia muy linda en Beijing, y nos propusieron radicarnos un tiempo allá. En el año 2013 estuvimos viviendo ahí. Antes habíamos ido y vuelto en varias oportunidades.

La característica de las ferias en China es que como se trata de un pueblo atractivo para inversiones en todos los órdenes, entonces hay galerías y artistas de todas las latitudes del mundo. Estuve con artistas de Europa, de Asia, de Estados Unidos, y eso fue muy enriquecedor.

¿Qué es lo que vos piensas que atrapa de tu obra en otros países tan lejanos?

Ojalá lo supiera para sacarle partido –dice con humor y se ríe-. Yo trabajo de una manera muy subjetiva. Si bien abordo series de obras para agotar un tema, hay un cambio permanente que uno hace en los trabajos. Quiero decir que por ahí sale algo muy bueno, que gusta mucho, y quisieras hacer más de eso, pero no es así, siempre salen otras cosas.

Y a vos ¿qué te atrapa del arte de Oriente?

Es algo que me gustaba mucho antes de ir para allá. En China hay una tradición tan rica y tan diferente a la de Occidente, en el tema del arte, porque ellos no pasaron por todos los movimientos, las tendencias y las situaciones sociales del arte que nosotros hemos vivido. Por ejemplo, el cubismo para ellos es una cosa desconocida, y nosotros no sabemos qué idea tienen ellos del arte de occidente. Ellos tienen un arte milenario que es el de la tinta china, de la caligrafía, mucho arte antiguo, que nosotros no hemos estudiado en la escuela, y del cual casi carecemos de registro. Allá la función social del arte es totalmente diferente a la nuestra, los que inventaron la tinta china eran monjes y calígrafos, por lo que la situación del artista era más espiritual que la de Occidente. En el arte de oriente no existe por ejemplo tempranamente el retrato como sí existe en occidente, por lo que el culto al individuo es diferente, es otra actitud mental. Eso resulta muy interesante para el arte.

En lo personal, lo que me alegró mucho, fue poder vender mi obra en China porque es muy difícil que ellos puedan ser seducidos por algo de afuera, que no sea norteamericano, o sustentado por algún aparato de mercado. Y más el arte de occidente y contemporáneo que parece más extraño todavía para ellos.

Incluso, el señor que a nosotros nos invita a vivir a China, nos compra un cuadro para obsequiarle a su hijo como regalo de boda. Eso fue muy significativo, porque fue un reconocimiento sin mediar otra cosa que la pura subjetividad.

¿Y qué le aportó esa cultura y ese paisaje a tu arte actual?

Desde un primer momento he tenido el impacto del color.

¿Son los colores que se ven en los cuadros de esta muestra?

No sé si estos colores exactamente, sino la libertad en usar todos los colores buscando una armonía dentro de esa intensidad. Eso es lo que me ha quedado como saldo. Otra cosa fue la actitud al ponerte a trabajar, un poco más serena.

Vos mencionas en el texto que escribes para el catálogo de esta muestra, la Danza de Shiva ¿cómo la relacionas con tu creación?

Es una danza hindú. Hay un libro que se llama "El Tao de la Física" de Fritjol Capra, que es un hombre que estudia las micropartículas, y en la física subatómica más avanzada actual se ha descubierto que las partículas en el universo siguen los mismos trazos que la Danza de Shiva, que es una deidad hindú antigua. Los monjes antiguos logran entonces trabajar con la materia como recién se está conociendo en este tiempo. Por eso puse que la Danza de Shiva, también es la danza del samilante en la cordillera. Es una danza mágica, que trata de comunicar fuerzas superiores. El suri, o el samilante, o el Shiva, tienen otra finalidad con esa danza, la de afectar la vida, lo mismo que el arte.

¿Qué sentís que capta cada uno de estos cuadros?

Es muy difícil de describir. Yo trabajo de una manera muy intuitiva. Llevo muchísimos años trabajando y voy cambiando de actitud. No sigo pensando igual que cuando era estudiante por ejemplo. No creo que el arte se haga con la cabeza, sino que se hace con el corazón, porque hay un lenguaje que no se puede traducir en palabras. Si yo te explico cómo bailar, seguramente no voy a lograr en vos que aprendas el arte de bailar, es algo más sutil todavía lo que debería transmitirte. La explicación y el texto sirven, pero en definitiva lo que yo quiero transmitir es una emoción.

Eso es lo que yo creo hoy –aclara reafirmando su concepción del constante cambio-.

¿Cómo te sentís en ese universo que describes con tus pinceles?

Yo me siento una pequeña fracción consciente del cosmos que somos cada uno. El tema se me viene encima porque yo trabajo muy subjetivamente, y después trato de ver la obra, que me inspira, que sensación provoca, y casi siempre surge esto de la relación del hombre con el universo.

Y en ese cambio que vas vivenciando y que sufre tu pintura, ¿cuál es la conexión?

Yo he hecho un camino que me pareció que era atractivo, que es vivir de la pintura. Hice mi casa en Yala porque me encanta la naturaleza, la necesito para trabajar, no para pintar exactamente eso, pero sí necesito el silencio, la tranquilidad, un lugar maravilloso donde pintar. Siempre he tenido ese escenario para el trabajo. Siempre he buscado un resultado sensible y espiritual, ese es el hilo conductor.

¿Qué es lo más próximo en tus actividades, después de esta muestra?

Vamos a participar de la Noche de los Museos, en Prado Paseo de Compras de barrio Los Perales, -donde está el espacio de exposición permanente de su obra desde principios de este año-.