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Deterioro de calles quiaqueñas

Viernes, 09 de octubre de 2015 01:30

LA QUIACA (Corresponsal). Uno de los tantos problemas urbanos que desde hace muchos años no parece encontrar solución es el deterioro del asfalto de las calles en esta localidad fronteriza. Para solucionarlo se requiere, además de la inversión de los recursos necesarios, el diseño de una política técnicamente sólida, coherente y verificable. La percepción generalizada del mal estado en que se encuentran las calles de La Quiaca, repletas de baches de los más variados tamaños, causa malestar y erogaciones económicas para los conductores. Sobre el acceso sur a La Quiaca, los primeros baches dan la "bienvenida" a turistas, vehículos particulares, transporte de pasajeros y pesados. Es solo el inicio de un recorrido cargado de complicaciones para quienes a diario deben circular por las distintas calles del ejido urbano. Los obstáculos se acrecientan en los sectores alejados del casco céntrico. Un mecánico consultado por las consecuencias para los rodados, dijo que "un alto nivel de vibraciones conlleva a que se suelte la carrocería y estructuras del habitáculo, asiento, tablero y puertas. El aumento de frecuencia de revisiones y reparaciones del tren de rodaje son diarias", sostuvo. En los barrios con caminos de tierra, el problema se agrava. A veces no hay posibilidad de evadir los pozos sin afectar el auto. Aunque la Municipalidad realizó un operativo de bacheo, hay sectores que llevan tiempo sin reparar. En otros casos, los arreglos duran pocos días y los pozos vuelven a surgir. La intersección de San Martín y Oratorio, del barrio Santa Teresita, es un peligro para cualquier tren delantero. Sobre avenida Bolívar, pleno centro, hay un bache tan ancho que es imposible esquivarlo.

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LA QUIACA (Corresponsal). Uno de los tantos problemas urbanos que desde hace muchos años no parece encontrar solución es el deterioro del asfalto de las calles en esta localidad fronteriza. Para solucionarlo se requiere, además de la inversión de los recursos necesarios, el diseño de una política técnicamente sólida, coherente y verificable. La percepción generalizada del mal estado en que se encuentran las calles de La Quiaca, repletas de baches de los más variados tamaños, causa malestar y erogaciones económicas para los conductores. Sobre el acceso sur a La Quiaca, los primeros baches dan la "bienvenida" a turistas, vehículos particulares, transporte de pasajeros y pesados. Es solo el inicio de un recorrido cargado de complicaciones para quienes a diario deben circular por las distintas calles del ejido urbano. Los obstáculos se acrecientan en los sectores alejados del casco céntrico. Un mecánico consultado por las consecuencias para los rodados, dijo que "un alto nivel de vibraciones conlleva a que se suelte la carrocería y estructuras del habitáculo, asiento, tablero y puertas. El aumento de frecuencia de revisiones y reparaciones del tren de rodaje son diarias", sostuvo. En los barrios con caminos de tierra, el problema se agrava. A veces no hay posibilidad de evadir los pozos sin afectar el auto. Aunque la Municipalidad realizó un operativo de bacheo, hay sectores que llevan tiempo sin reparar. En otros casos, los arreglos duran pocos días y los pozos vuelven a surgir. La intersección de San Martín y Oratorio, del barrio Santa Teresita, es un peligro para cualquier tren delantero. Sobre avenida Bolívar, pleno centro, hay un bache tan ancho que es imposible esquivarlo.