El obispo de
Zárate-
Campana,
Oscar Sarlinga, confirmó que presentó su renuncia al cargo y que el papa Francisco se la aceptará, luego de que fuera investigado por la propia Iglesia por malversación de fondos, lavado de dinero, malos tratos y abuso de poder.
"Es la última misa que celebro con la comunidad diocesana", afirmó monseñor Sarlinga durante un oficio religioso que encabezó el último domingo.
El Papa había encomendado al arzobispo de
Buenos Aires, Mario Poli, que investigara a Sarlinga, acusado por sacerdotes y laicos de "administración fraudulenta de las instituciones educativas" diocesanas, "lavado de dinero en el Seminario San Pedro y San Pablo" y "desvío de subsidios para comedores infantiles otorgados por el ministerio de Desarrollo Social".
Sarlinga, de 52 años, había sido designado obispo de Zarate-Campana por el papa Benedicto XVI y empezó sus funciones el 3 de febrero de 2006 al frente de una diócesis con 950 mil habitantes de los partidos de Campana, Pilar, Escobar, Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco y Baradero.
Durante sus nueve años de obispado, Oscar Sarlinga estuvo envuelto en escándalos tales como el de la compra de un departamento en el barrio porteño de Recoleta, supuestos maltratos a curas y laicos y la presunta convivencia con una mujer, que sería su esposa, y la hija de ambos.
El obispo de
Zárate-
Campana,
Oscar Sarlinga, confirmó que presentó su renuncia al cargo y que el papa Francisco se la aceptará, luego de que fuera investigado por la propia Iglesia por malversación de fondos, lavado de dinero, malos tratos y abuso de poder.
"Es la última misa que celebro con la comunidad diocesana", afirmó monseñor Sarlinga durante un oficio religioso que encabezó el último domingo.
El Papa había encomendado al arzobispo de
Buenos Aires, Mario Poli, que investigara a Sarlinga, acusado por sacerdotes y laicos de "administración fraudulenta de las instituciones educativas" diocesanas, "lavado de dinero en el Seminario San Pedro y San Pablo" y "desvío de subsidios para comedores infantiles otorgados por el ministerio de Desarrollo Social".
Sarlinga, de 52 años, había sido designado obispo de Zarate-Campana por el papa Benedicto XVI y empezó sus funciones el 3 de febrero de 2006 al frente de una diócesis con 950 mil habitantes de los partidos de Campana, Pilar, Escobar, Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco y Baradero.
Durante sus nueve años de obispado, Oscar Sarlinga estuvo envuelto en escándalos tales como el de la compra de un departamento en el barrio porteño de Recoleta, supuestos maltratos a curas y laicos y la presunta convivencia con una mujer, que sería su esposa, y la hija de ambos.