Carnaval a Caballo, como en tiempos aquellos

Lunes de Carnaval, un feriado que convoca sobre todo en la Quebrada de Humahuaca, durante estas fechas y que tienen un sello distintivo por sobre otros festejos que se realizan en la provincia.

Ya los diablos y las comparsas habían desenterrado el Carnaval y la alegría colmaban de talco, serpentina y papel picado las callecitas, otrora, silenciosas del norte.

Y del mismo modo, Purmamarca despierta en una mixtura de colores que multiplica sus ya siete conocidos. La gente en multitud, el bullicio en diversos idiomas y los lugareños en intercambio permanente con los extraños dando a conocer sus costumbres, trabajos, cultura y sabores. Llegado el mediodía, todos agolpados alrededor de la plaza desde tempranas horas, en expectativa. Ya es el cuarto año se escucha entre los que ya repiten su visita o entre los pobladores que dan la bienvenida al por estos días, no tan apacible pueblo.

Ya está preparado el escenario y las calles por donde realizarán la réplica. Un presentador se acomoda para dar la bienvenida y cuenta sobre cómo se vive el Carnaval en la Quebrada y Puna, y cómo es que una inquietud personal de un hijo de este pueblo se concretó en homenaje y celebración.

Se trata de una iniciativa del artista Memo Vilte, quien escuchando los relatos de sus abuelos, y el de los más antiguos de la localidad y alrededores, valiéndose de antecedentes, sintió la necesidad de recrear esa costumbre que por muchas razones, en particular por una invasión silenciosa de costumbres extranjeras, y sobre todo, en esos tiempos en que la censura y autoritarismo militar callaban a golpe y balas las distintas y diversas expresiones culturales de nuestra tierra. Para contarnos con detalle sobre el Carnaval a Caballo, Edgardo Cesar "Bebo" Vilte nos da referencia sobre esos momentos en que se armaban las cuadrillas de jinetes, puesto que en esas épocas las distancias entre haciendas eran muchos más lejanas, "para llegar a la casa donde se realizaba la celebración los montados echaban fuerza con sus caballos pechando para abrir las tranqueras y el primero que lograba entrar tenía premio por parte del mismo dueño de casa". Ellos cargaban en sus alforjas albahaca para enflorar a las mujeres y la chicha fluía de las vasijas. También estaban quienes portaban sus cajas porque se armaban las rondas dentro del guardapatio. Comentaba además don Bebo, que este festejo no era exclusivo de la Quebrada sino que también se realizaba en los Valles. Una costumbre de antaño, de tradiciones, respeto y folclore, que revive en la juventud ansiosa por volver a los orígenes donde se encuentra el verdadero adn de nuestro ser. Porque la identidad nos hace libres, conocer nuestra procedencia es también tener la herramienta para construir un mejor futuro. Quién ha dicho que el Carnaval es pura fiesta está en lo cierto, se trata de una celebración que homenajea a la tierra, Pachamama, a la historia, a la herencia y a nosotros mismos como hijos suyos. (Por Rosana Herrera)

Lunes de Carnaval, un feriado que convoca sobre todo en la Quebrada de Humahuaca, durante estas fechas y que tienen un sello distintivo por sobre otros festejos que se realizan en la provincia.

Ya los diablos y las comparsas habían desenterrado el Carnaval y la alegría colmaban de talco, serpentina y papel picado las callecitas, otrora, silenciosas del norte.

Y del mismo modo, Purmamarca despierta en una mixtura de colores que multiplica sus ya siete conocidos. La gente en multitud, el bullicio en diversos idiomas y los lugareños en intercambio permanente con los extraños dando a conocer sus costumbres, trabajos, cultura y sabores. Llegado el mediodía, todos agolpados alrededor de la plaza desde tempranas horas, en expectativa. Ya es el cuarto año se escucha entre los que ya repiten su visita o entre los pobladores que dan la bienvenida al por estos días, no tan apacible pueblo.

Ya está preparado el escenario y las calles por donde realizarán la réplica. Un presentador se acomoda para dar la bienvenida y cuenta sobre cómo se vive el Carnaval en la Quebrada y Puna, y cómo es que una inquietud personal de un hijo de este pueblo se concretó en homenaje y celebración.

Se trata de una iniciativa del artista Memo Vilte, quien escuchando los relatos de sus abuelos, y el de los más antiguos de la localidad y alrededores, valiéndose de antecedentes, sintió la necesidad de recrear esa costumbre que por muchas razones, en particular por una invasión silenciosa de costumbres extranjeras, y sobre todo, en esos tiempos en que la censura y autoritarismo militar callaban a golpe y balas las distintas y diversas expresiones culturales de nuestra tierra. Para contarnos con detalle sobre el Carnaval a Caballo, Edgardo Cesar "Bebo" Vilte nos da referencia sobre esos momentos en que se armaban las cuadrillas de jinetes, puesto que en esas épocas las distancias entre haciendas eran muchos más lejanas, "para llegar a la casa donde se realizaba la celebración los montados echaban fuerza con sus caballos pechando para abrir las tranqueras y el primero que lograba entrar tenía premio por parte del mismo dueño de casa". Ellos cargaban en sus alforjas albahaca para enflorar a las mujeres y la chicha fluía de las vasijas. También estaban quienes portaban sus cajas porque se armaban las rondas dentro del guardapatio. Comentaba además don Bebo, que este festejo no era exclusivo de la Quebrada sino que también se realizaba en los Valles. Una costumbre de antaño, de tradiciones, respeto y folclore, que revive en la juventud ansiosa por volver a los orígenes donde se encuentra el verdadero adn de nuestro ser. Porque la identidad nos hace libres, conocer nuestra procedencia es también tener la herramienta para construir un mejor futuro. Quién ha dicho que el Carnaval es pura fiesta está en lo cierto, se trata de una celebración que homenajea a la tierra, Pachamama, a la historia, a la herencia y a nosotros mismos como hijos suyos. (Por Rosana Herrera)