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Hamilton comenzó la defensa de su título.

Lunes, 16 de marzo de 2015 00:00
En carrera / Las máquinas por el circuito de Melbourne. 
El inglés Lewis Hamilton, campeón del mundo el año pasado, comenzó ayer con triunfo la defensa del título encabezando un nuevo "doblete" de Mercedes en el Gran Premio de Australia, primera prueba del Mundial de Fórmula Uno, en la que el español Carlos Sainz (Toro Rosso) debutó en la categoría reina con un gran noveno puesto.
Hamilton, de 30 años, que el sábado había sido, por trigésima novena vez, el mejor en una calificación de F1, salió desde la "pole" en el circuito de Albert Park y evidenció, junto a su compañero y rival alemán Nico Rosberg, segundo en Melbourne, que Mercedes será de nuevo el equipo a batir.
Al menos, durante las primeras carreras de la temporada, ése parece el mensaje: en la cúspide de la Fórmula Uno, la vida sigue igual. Nada ha cambiado y los dos Mercedes hicieron buenos los pronósticos. Coparon por novena vez seguida -tras haberlo hecho también durante las últimas ocho carreras del año pasado- la primera fila de la parrilla y firmaron su duodécimo "doblete" en un año.
Aceptando de antemano la superioridad de las "flechas de plata", el otro gran triunfador fue el cuádruple campeón mundial alemán Sebastián Vettel (con Red Bull), que festejó su primera carrera con Ferrari desde el podio, al acabar tercero una carrera en la que todos fueron a una parada y en la que sólo tomaron la salida quince coches. Algo que no sucedía en una prueba inaugural del Mundial de F1 desde 1963, en Mónaco.
De lujo fue la premiación con la presencia de Arnold Schwarzenegger, que es uno de los ídolos del ingles ganador. De lujo fue la premiación con la presencia de Arnold Suwasheneger, que es uno de los ídolos del ingles ganador.
Manor, equipo "heredero" de la plaza de Marussia, inscrito a última hora y con el que debería haber debutado en F1 el español Roberto Merhi, no había podido salir en la calificación del sábado, en la que el finlandés Valtteri Bottas (Williams) se produjo una lesión en la espalda -una pequeña fisura discal-, que, tras pasar la noche en un hospital, le impidió salir este domingo.
La carrera arrancó con sólo quince coches, pero en la segunda curva se produjo el accidente -sin consecuencias- del venezolano Pastor Maldonado, que dejó inhabilitado su Lotus y provocó su abandono y la entrada del coche de seguridad en la primera vuelta.
La retirada tras ese lance, por problemas mecánicos, de su compañero francés Romain Grosjean supuso que, tras la marcha del "safety car", la carrera se reanudase con sólo trece monoplazas.
Abandonos
Los posteriores abandonos del finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y del compañero de Sainz, el holandés Max Verstappen, que, con 17 años, se convirtió en el más joven debutante de la historia, dejaron en pista a sólo once.
Los Mercedes volvieron a destacarse tras la retirada del coche de seguridad y en la vigésima de las 58 vueltas (para un recorrido de 307 kilómetros) ya le sacaban quince segundos al brasileño Felipe Massa (Williams), tercero en esos momentos, que se conformó este domingo con el cuarto puesto, tras ser sobrepasado en la parada por Vettel.
Desde ahí, las "flechas de plata" circularon en cabeza y sin problemas hasta meta. El inglés ganó con 35 segundos de ventaja sobre Rosberg y con 38 respecto a Vettel.

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El inglés Lewis Hamilton, campeón del mundo el año pasado, comenzó ayer con triunfo la defensa del título encabezando un nuevo "doblete" de Mercedes en el Gran Premio de Australia, primera prueba del Mundial de Fórmula Uno, en la que el español Carlos Sainz (Toro Rosso) debutó en la categoría reina con un gran noveno puesto.
Hamilton, de 30 años, que el sábado había sido, por trigésima novena vez, el mejor en una calificación de F1, salió desde la "pole" en el circuito de Albert Park y evidenció, junto a su compañero y rival alemán Nico Rosberg, segundo en Melbourne, que Mercedes será de nuevo el equipo a batir.
Al menos, durante las primeras carreras de la temporada, ése parece el mensaje: en la cúspide de la Fórmula Uno, la vida sigue igual. Nada ha cambiado y los dos Mercedes hicieron buenos los pronósticos. Coparon por novena vez seguida -tras haberlo hecho también durante las últimas ocho carreras del año pasado- la primera fila de la parrilla y firmaron su duodécimo "doblete" en un año.
Aceptando de antemano la superioridad de las "flechas de plata", el otro gran triunfador fue el cuádruple campeón mundial alemán Sebastián Vettel (con Red Bull), que festejó su primera carrera con Ferrari desde el podio, al acabar tercero una carrera en la que todos fueron a una parada y en la que sólo tomaron la salida quince coches. Algo que no sucedía en una prueba inaugural del Mundial de F1 desde 1963, en Mónaco.
De lujo fue la premiación con la presencia de Arnold Schwarzenegger, que es uno de los ídolos del ingles ganador. De lujo fue la premiación con la presencia de Arnold Suwasheneger, que es uno de los ídolos del ingles ganador.
Manor, equipo "heredero" de la plaza de Marussia, inscrito a última hora y con el que debería haber debutado en F1 el español Roberto Merhi, no había podido salir en la calificación del sábado, en la que el finlandés Valtteri Bottas (Williams) se produjo una lesión en la espalda -una pequeña fisura discal-, que, tras pasar la noche en un hospital, le impidió salir este domingo.
La carrera arrancó con sólo quince coches, pero en la segunda curva se produjo el accidente -sin consecuencias- del venezolano Pastor Maldonado, que dejó inhabilitado su Lotus y provocó su abandono y la entrada del coche de seguridad en la primera vuelta.
La retirada tras ese lance, por problemas mecánicos, de su compañero francés Romain Grosjean supuso que, tras la marcha del "safety car", la carrera se reanudase con sólo trece monoplazas.
Abandonos
Los posteriores abandonos del finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y del compañero de Sainz, el holandés Max Verstappen, que, con 17 años, se convirtió en el más joven debutante de la historia, dejaron en pista a sólo once.
Los Mercedes volvieron a destacarse tras la retirada del coche de seguridad y en la vigésima de las 58 vueltas (para un recorrido de 307 kilómetros) ya le sacaban quince segundos al brasileño Felipe Massa (Williams), tercero en esos momentos, que se conformó este domingo con el cuarto puesto, tras ser sobrepasado en la parada por Vettel.
Desde ahí, las "flechas de plata" circularon en cabeza y sin problemas hasta meta. El inglés ganó con 35 segundos de ventaja sobre Rosberg y con 38 respecto a Vettel.

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