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27 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Hicimos algunas cosas pero ahora seguimos con el corazón abierto para que sucedan otras

Viernes, 04 de septiembre de 2015 01:30
FERNANDO RUIZ DÍAZ/ EL CANTANTE DE CATUPECU HABLÓ DE TODO CON NUESTRO DIARIO.

En esta entrevista exclusiva, la voz del grupo brindó detalles de la gira, los veinte años, la emoción de volver a nuestra provincia luego de la fecha en Purmamarca, las canciones, los proyectos y el trabajo que no para.

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En esta entrevista exclusiva, la voz del grupo brindó detalles de la gira, los veinte años, la emoción de volver a nuestra provincia luego de la fecha en Purmamarca, las canciones, los proyectos y el trabajo que no para.

"Madera Microchip" es el motivo para que esta noche lo experimental sea disfrutado a partir de las 22, en el centro cultural "Martín Fierro" del Complejo Educativo "José Hernández". Y es que la banda prometió un concierto diferente con clásicos reversionados que salieron de una exploración colectiva. ¿Cómo viven el reencuentro con Jujuy después de aquél verano pasado?

Llegar a Jujuy dentro del marco de la gira nacional para nosotros es muy importante. Es un espectáculo que hacemos con reversiones en éstos veinte años, se trata de un formato de exploración. Por ejemplo yo toco la guitarra criolla, pero también hay aparatos electrónicos que están diseñados para teatros y que atraviesan diferentes climas. Son como canciones nuevas porque son las mismas canciones pero llevadas hacia otro lado y está buenísimo porque es un nuevo experimento que tuvimos ganas de hacer y lo hacemos. Tratamos de buscar nuevas cosas. Para nosotros hacer este espectáculo resulta sumamente interesante porque es vernos de otra manera.

¿Es un concierto planteado como un desafío en esta carrera que ya tiene veinte años?

Sí, a nosotros siempre nos gusta hacer. Somos muy inquietos, siempre estamos buscando nuevos horizontes, porque ahí radica el asunto de ir encontrando la identidad de los músicos. Más allá de que somos los mismos, también cambiamos y si te sumás a ese mismo fluir con todas las cosas, vas encontrando nuevos caminos, por ejemplo, lo que tocás, escucharlo de otra manera, es redescubrirse.

¿Se sorprenden por todo lo vivido cuando están en un escenario? ¿Qué les sucede internamente?

Sí, cuando miro desde cierta perspectiva, en el material de archivo que tenemos en "El grito después" y veo todo lo que hicimos, digo: "bueno, es mucho". La verdad es que me sorprendo porque veinte años es una vida, toda llena de cosas, pasamos por tanto, el accidente de Gabriel que fue muy fuerte para nosotros, es estar viviendo una constante montaña rusa emocional y darnos cuenta que de estamos vivos.

Las emociones que están a flor de piel siempre, más cuando se trata de una gira. Más cuando va acompañada de celebración...

En realidad esta gira es para nosotros regalarnos este compartir con la gente, a través de "Madera Microchip", que es también otra forma de ver a Catupecu. Lo hicimos hace un tiempo en Buenos Aires, después por cuestiones de tiempo, no pudimos hacerlo. Pero como lo pedían, dijimos: "¿porqué no hacemos esta gira?". Cuando la anunciamos, fue tremendo porque vimos cómo se fue extendiendo por el país y después por Latinoamérica y llegó hasta Europa, así que nos entregamos por completo. Es muy satisfactorio esto que nos está pasando.

Cada canción cuenta una historia, un momento... ¿Cómo fue volverse a escuchar?

Todo se dio desde el juego, desde el experimento. Todos somos muy cultores del estudio, no sé, yo toco muchísimo la guitarra criolla, con los chicos tuvimos esa cosa de juntarnos a tocar de esta manera. Íbamos arreglando cada canción y fuimos reformulándolas para otros instrumentos. No es que son canciones donde hacemos lo mismo pero con un sonido diferente. Ésto es otra cosa, vivís las canciones de otra manera, es algo lindo que nos pasa en este momento, es llegar a la profundidad, sacarle unas notas a la canción y ponerle otras y pintarlas de otra manera. Nos transforma. La verdad es que estamos llegando a Jujuy con un montón de actuaciones encima, estamos tocando desde hace meses, tres veces por semana en diferentes provincias. Es un espectáculo que se siente distinto, de una manera tan profunda.

Una alegría que se renueva...

La verdad es que a nosotros nos gusta mucho compartir y estar con el público que vive estas emociones que nos pasan. Tenemos de todas las generaciones, así que es fantástico estar y mientras se pueda llegar, llegamos. La música es universal y está muy ligada a la cuestión humana, está muy vívida porque sale de historias personales, desde la vivencia misma, estamos siempre predispuestos a compartir, a recorrer. Somos una banda muy viajera y por eso te quedan muchas experiencias de llegar a la gente y eso es un factor mágico que lo hace más interesante. Es algo que no se puede explicar, porque si no, sería lógico. Lo nuestro tiene que ver con la comunicación y el encuentro.

Recorriendo geografías, ¿cómo viven el encuentro con su gente?

Ya estuvimos en Río Cuarto, Villa María, Santiago del Estero, San Luis, Rosario, Santa Fe, en Uruguay dos veces, en Capital, fueron muchas, fuimos por el sur del país. En Bolivia, Paraguay, Chile, Colombia, México, Estados Unidos y después Europa. La energía es la misma en la gira, porque en realidad empezó a surgir naturalmente, por ejemplo, en Bolivia íbamos con el show que hacemos siempre, pero fue muy groso lo que pasó, ver todos los teatros llenos, con la mayoría de las ciudades, fue increíble cómo se armó, fue para todos entender el poder de la música hace que pase todo esto. Hicimos algunas cosas pero ahora seguimos con el corazón abierto para que sucedan otras.

Hace un par de meses atrás, llegaron a Purmamarca. ¿Cuál fue la sensación de tocar a los pies del cerro de los siete colores?

Ya lo había conocido porque nosotros viajamos en motocicleta y vine, justo iba a nacer mi hija así que me habían hablado mucho del lugar, me habían contado muchas historias. Pero estar ahí, me voló el cerebro! Uno no se da cuenta por ahí de lo importante que es el país, de todo lo que tenemos. Cada provincia es un país, es tan diferente una de otra... la verdad que me alucinó. "Seba" Cáceres que es el bajista, me decía que me quedara más porque él estuvo caminando un rato y me decía: "acá la gente habla en silencio". Ese silencio mismo de la montaña, yo quedé alucinado y sorprendido con la gente, su amabilidad, la esencia de la gente y eso de estar muy ligado a la tierra, al canto de la tierra misma y eso para mí fue increíble. Me quedé sorprendido de ver el cerro de los siete colores que estaba ahí cerca de donde tocamos. Íbamos tocando y sentíamos cómo todo se volvía distinto, cómo la tierra, las piedras tomaban otro color. Me pasó una cosa por dentro, que me emocionó y cualquiera diría: "¿qué le pasa a éste guacho?" pero esa fue la verdad, lo disfruté muchísimo y me quedé con muchas ganas de volver, a esta tierra.

La respuesta de la gente...

Fue algo hermoso, se respiró mucha buena energía, tratamos de hacer un buen show. Siempre tratamos de hacer el mejor show de nuestras vidas en cada lugar a donde vamos, a disfrutar y a pasarlo increíble y esperamos que la gente lo haya vivido con nosotros. Como la película que vamos a empezar a hacer y esperamos que así salga. Salimos al escenario a ofrecernos por completo y estamos donde tenemos que estar porque el futuro es el lugar donde vamos a habitar y todavía no estamos ahí. El hoy es el momento que tenemos que vivir para luego habitar ese futuro hermoso que se viene. Eso es lo que promovemos nosotros en el show. Todas las presentaciones están saliendo muy emocionantes, tanto para nosotros como para el público.

¿En este momento, los Catupecu en qué proyectos están?

Nosotros siempre estamos haciendo cosas, trabajando en material nuevo, siempre. Porque ahora también tenemos nuestro estudio y como somos muy curiosos y juguetones, estimamos que a mitad del año que viene vamos a tener un disco nuevo, pero todavía estamos trabajando para eso y creemos que lo que se viene va a ser genial, estamos muy contentos con el trabajo que venimos haciendo.

Hay una exposición sobre los veinte años...

Sí, una exposición que empezó en Buenos Aires y que gira, ya estuvo en la localidad de Tunuyán, en Mendoza y ahora está en un espacio de arte en Mendoza que son todas fotos y la memoria de nuestros veinte años y sobre "El grito después" que trae dos libros y dos cd, también hay una versión reducida de la película que tiene compilados con la grabación del tema "Para vestirte hoy", un video que hicimos con Lisandro Aristimuño y que tiene algunas canciones regrabadas también, todo está en el mismo marco, es una muestra itinerante que tratamos de llevarla a todos lados. Eso es lo que estamos generando. Ojalá podamos llevarla a Jujuy.

Recién mencionabas a Lisandro Aristimuño como un artista que colaboró en el video. Pero vos también tuviste otras participaciones con otros músicos como con los No Te Va Gustar y Adrián Barilari de Rata Blanca. ¿Cómo fue la experiencia?

He colaborado con Adrián, con los No Te Va Gustar, he tocado con La Vela Puerca, que son gente que voy conociendo en la ruta, que me gusta su música y que compartimos. Me decís Adrián Barilari y es un cantante mítico de Rata Blanca, me invitó a cantar en el disco, después con los chicos de Ntvg nos conocimos en México, cuando grabamos "Un osito de peluche de Taiwán" con los Decadentes en sus 25 años. Ellos estuvieron ahí de soporte, nos conocimos y de ahí quedó una linda amistad, hace poquito estuve con ellos en una presentación en Manhattan y somos muy amigos, grabé con ellos también y se fueron dando las cosas. Todo surge de la amistad y de la buena energía que se genera. Bueno en Jujuy vamos a tener como invitada a Mariana Baraj, que ha sido la percusionista que tocó al principio en Catupecu, así que seguramente vendrá a tocar la versión que ella grabó en "El grito después", con su bombo legüero.

"Madera Microchip" como retrospectiva...

Es un volver a los orígenes, esto nos hizo revisar y hacer una retrospectiva porque siempre tenemos la sensación de que recién empezamos. Nos gusta compartir la magia y saber que después de veinte años, se ve que la gente todavía sigue interesándose en lo que hacemos, una música que no está hecha para la venta o para tratar de convencer a alguien.