Fernando "Palito" Taboada es un joven de 28 años, oriundo de la ciudad de Palpalá, que hace dos semanas tuvo un drástico brote ocasionado por la enfermedad que padece, el Síndrome de Marfán. A la espera de mejoras y envuelto en recaídas constantes desde la unidad coronaria de la clínica Nuestra Señora del Rosario lucha por su vida a la par de miles de argentinos, que su bondadosa forma de ser, reunió en cada provincia que visitó y colmó de alegrías.
"Desde niño ha sido muy inquieto, un chico que le gustaba mucho jugar y siempre tendió a hacer deporte, un fanático del deporte. Cuando iba a la primaria no tuvo ningún inconveniente, pero sí en la secundaria porque no le gustaba estudiar, era un joven muy dado al deporte, al extremo", relató su padre, Genaro Taboada en un intenso diálogo con El Tribuno de Jujuy.
"Recuerdo una situación de su vida determinante, a los 14 años nos llamó la atención, a mí y a mi esposa que no tomara apuntes en la escuela. Entonces le preguntamos, ¿Por qué no tomás apuntes? Y el nos dijo que no veía nada", manifestó, recordando la juventud de "Palito".
Ese fue el hecho que localizó la enfermedad en él. Luego de haber ido al oculista, sugieren derivarlo a un cardiólogo. Bastante afligidos, sus padres se cuestionaron sobre esa derivación. Fue ahí cuando la familia Taboada se enteró de la enfermedad que padecía su hijo, el Síndrome de Marfán.
Sobre los detalles de la enfermedad dijo que "se caracteriza por la insuficiencia de una proteína en el cuerpo que es la fibrilina que afecta el tejido conectivo de todo el cuerpo y donde más repercute es en el aparato cardiovascular, específicamente en la aorta dándole cierto grado de fragilidad a esta arteria, por eso es imprescindible que los pacientes que padecen esta enfermedad no realicen ningún tipo de actividad física de altas exigencias porque eso puede provocar que la pared se dilate o se rompa. Las personas que poseen este Síndrome tienden a tener miembros, brazos y piernas, largos y delgados".
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Fernando "Palito" Taboada es un joven de 28 años, oriundo de la ciudad de Palpalá, que hace dos semanas tuvo un drástico brote ocasionado por la enfermedad que padece, el Síndrome de Marfán. A la espera de mejoras y envuelto en recaídas constantes desde la unidad coronaria de la clínica Nuestra Señora del Rosario lucha por su vida a la par de miles de argentinos, que su bondadosa forma de ser, reunió en cada provincia que visitó y colmó de alegrías.
"Desde niño ha sido muy inquieto, un chico que le gustaba mucho jugar y siempre tendió a hacer deporte, un fanático del deporte. Cuando iba a la primaria no tuvo ningún inconveniente, pero sí en la secundaria porque no le gustaba estudiar, era un joven muy dado al deporte, al extremo", relató su padre, Genaro Taboada en un intenso diálogo con El Tribuno de Jujuy.
"Recuerdo una situación de su vida determinante, a los 14 años nos llamó la atención, a mí y a mi esposa que no tomara apuntes en la escuela. Entonces le preguntamos, ¿Por qué no tomás apuntes? Y el nos dijo que no veía nada", manifestó, recordando la juventud de "Palito".
Ese fue el hecho que localizó la enfermedad en él. Luego de haber ido al oculista, sugieren derivarlo a un cardiólogo. Bastante afligidos, sus padres se cuestionaron sobre esa derivación. Fue ahí cuando la familia Taboada se enteró de la enfermedad que padecía su hijo, el Síndrome de Marfán.
Sobre los detalles de la enfermedad dijo que "se caracteriza por la insuficiencia de una proteína en el cuerpo que es la fibrilina que afecta el tejido conectivo de todo el cuerpo y donde más repercute es en el aparato cardiovascular, específicamente en la aorta dándole cierto grado de fragilidad a esta arteria, por eso es imprescindible que los pacientes que padecen esta enfermedad no realicen ningún tipo de actividad física de altas exigencias porque eso puede provocar que la pared se dilate o se rompa. Las personas que poseen este Síndrome tienden a tener miembros, brazos y piernas, largos y delgados".