A propósito de la conmemoración del 7 de junio y siguiendo la interesante consigna que surgió desde nuestro medio de exaltar la figura de un periodista que nos halla influenciado de alguna manera, desde mi perspectiva resulta importante destacar la personalidad renovadora y rupturista, del francés François Truffaut, , un militante absoluto del cine quien antes de desarrollar su carrera como director - con una filmografía que incluye títulos fundamentales como "Los cuatrocientos golpes", "Jules y Jim" o "La noche americana"-, en albores de los años ´50, fue crítico, entre otras, de la mítica revista Cahiers du Cinema.
Así Truffaut y otros jóvenes colegas -Jacques Rivette, Claude Chabrol, Eric Rohmer y Jean-Luc Godard- desde aquella publicación engendraron una serie de conceptos polémicos que dieron vuelta el entendimiento sobre el cine y que propiciaron el surgimiento de la llamada Nouvelle Vague (Nueva Ola) un movimiento influyente como pocos. De esta manera lo que empezó como una reunión de ávidos críticos que trabajaban en una revista de cine se convirtió en una serie de directores cuyo trabajo redefinió el cine moderno.
Pero otro de los singulares logros de Truffaut como periodista es el haber sido el responsable de la entrevista más famosa de la historia del cine y una gran inspiración para aquellos trabajadores de prensa que quieren lograr un intercambio eficaz y valioso con su interlocutor, entre los que por supuesto me incluyo.
En 1961 el francés entrevistó al genio del suspense Alfred Hitchcock durante una semana, en largas jornadas de 9 a 18, acumulando 50 horas de grabación, desgranado un cuestionario exhaustivo de 500 preguntas que repasaban cada una de las películas del cineasta inglés. A partir de esta charla magistral años después Truffaut publicó "El cine según Hitchcock", un libro imprescindible conocido por los amantes del séptimo arte le como "La Biblia del cine" y que entiendo fijó para siempre el valor de la entrevista detallada y minuciosa.
Considero que la entrevista es la esencia del periodismo y de la comunicación humana y Truffaut en su diálogo con Hitchcock demuestra conocimiento y dominio en las técnicas del género así como en el difícil oficio de conversar, pero sobre todo saber escuchar y observar. Actualmente nadie pone en duda la valía de Alfred Hitchcock como realizador pero hubo un momento en que se lo consideraba un generador de propuestas fílmicas banales y no se lo veía como un artista serio, hasta que François Truffaut con esta entrevista logró ubicar al inglés en el pedestal en el que todavía se halla situado.
Aquella conversación con el tiempo se ha convertido en un acontecimiento excepcional dentro del ámbito del periodismo cultural que particularmente tomó como norte y el libro es primordial para todo el público amante del séptimo arte y del género de las entrevistas.
Así Truffaut y otros jóvenes colegas -Jacques Rivette, Claude Chabrol, Eric Rohmer y Jean-Luc Godard- desde aquella publicación engendraron una serie de conceptos polémicos que dieron vuelta el entendimiento sobre el cine y que propiciaron el surgimiento de la llamada Nouvelle Vague (Nueva Ola) un movimiento influyente como pocos. De esta manera lo que empezó como una reunión de ávidos críticos que trabajaban en una revista de cine se convirtió en una serie de directores cuyo trabajo redefinió el cine moderno.
Desde las páginas de Cahiers de cinema, Truffaut condenó el cine francés de cariz conservador de la época, acuñó el término cinefilia, se manifestó partidario a la línea de cineastas como Rosselini, Renoir, Bergman, Hitchcock y Orson Wells . Y a través de sus artículos desarrolló la llamada teoría del auteur (autor) por medio de la cual se hizo discernible la firma de un director en una película. Y desde la revista por primera vez se consiguió reivindicar la figura del director como aquella persona que deja un sello único en su creación.
Pero otro de los singulares logros de Truffaut como periodista es el haber sido el responsable de la entrevista más famosa de la historia del cine y una gran inspiración para aquellos trabajadores de prensa que quieren lograr un intercambio eficaz y valioso con su interlocutor, entre los que por supuesto me incluyo.
En 1961 el francés entrevistó al genio del suspense Alfred Hitchcock durante una semana, en largas jornadas de 9 a 18, acumulando 50 horas de grabación, desgranado un cuestionario exhaustivo de 500 preguntas que repasaban cada una de las películas del cineasta inglés. A partir de esta charla magistral años después Truffaut publicó "El cine según Hitchcock", un libro imprescindible conocido por los amantes del séptimo arte le como "La Biblia del cine" y que entiendo fijó para siempre el valor de la entrevista detallada y minuciosa.
Considero que la entrevista es la esencia del periodismo y de la comunicación humana y Truffaut en su diálogo con Hitchcock demuestra conocimiento y dominio en las técnicas del género así como en el difícil oficio de conversar, pero sobre todo saber escuchar y observar. Actualmente nadie pone en duda la valía de Alfred Hitchcock como realizador pero hubo un momento en que se lo consideraba un generador de propuestas fílmicas banales y no se lo veía como un artista serio, hasta que François Truffaut con esta entrevista logró ubicar al inglés en el pedestal en el que todavía se halla situado.
Aquella conversación con el tiempo se ha convertido en un acontecimiento excepcional dentro del ámbito del periodismo cultural que particularmente tomó como norte y el libro es primordial para todo el público amante del séptimo arte y del género de las entrevistas.
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A propósito de la conmemoración del 7 de junio y siguiendo la interesante consigna que surgió desde nuestro medio de exaltar la figura de un periodista que nos halla influenciado de alguna manera, desde mi perspectiva resulta importante destacar la personalidad renovadora y rupturista, del francés François Truffaut, , un militante absoluto del cine quien antes de desarrollar su carrera como director - con una filmografía que incluye títulos fundamentales como "Los cuatrocientos golpes", "Jules y Jim" o "La noche americana"-, en albores de los años ´50, fue crítico, entre otras, de la mítica revista Cahiers du Cinema.
Así Truffaut y otros jóvenes colegas -Jacques Rivette, Claude Chabrol, Eric Rohmer y Jean-Luc Godard- desde aquella publicación engendraron una serie de conceptos polémicos que dieron vuelta el entendimiento sobre el cine y que propiciaron el surgimiento de la llamada Nouvelle Vague (Nueva Ola) un movimiento influyente como pocos. De esta manera lo que empezó como una reunión de ávidos críticos que trabajaban en una revista de cine se convirtió en una serie de directores cuyo trabajo redefinió el cine moderno.
Pero otro de los singulares logros de Truffaut como periodista es el haber sido el responsable de la entrevista más famosa de la historia del cine y una gran inspiración para aquellos trabajadores de prensa que quieren lograr un intercambio eficaz y valioso con su interlocutor, entre los que por supuesto me incluyo.
En 1961 el francés entrevistó al genio del suspense Alfred Hitchcock durante una semana, en largas jornadas de 9 a 18, acumulando 50 horas de grabación, desgranado un cuestionario exhaustivo de 500 preguntas que repasaban cada una de las películas del cineasta inglés. A partir de esta charla magistral años después Truffaut publicó "El cine según Hitchcock", un libro imprescindible conocido por los amantes del séptimo arte le como "La Biblia del cine" y que entiendo fijó para siempre el valor de la entrevista detallada y minuciosa.
Considero que la entrevista es la esencia del periodismo y de la comunicación humana y Truffaut en su diálogo con Hitchcock demuestra conocimiento y dominio en las técnicas del género así como en el difícil oficio de conversar, pero sobre todo saber escuchar y observar. Actualmente nadie pone en duda la valía de Alfred Hitchcock como realizador pero hubo un momento en que se lo consideraba un generador de propuestas fílmicas banales y no se lo veía como un artista serio, hasta que François Truffaut con esta entrevista logró ubicar al inglés en el pedestal en el que todavía se halla situado.
Aquella conversación con el tiempo se ha convertido en un acontecimiento excepcional dentro del ámbito del periodismo cultural que particularmente tomó como norte y el libro es primordial para todo el público amante del séptimo arte y del género de las entrevistas.
Así Truffaut y otros jóvenes colegas -Jacques Rivette, Claude Chabrol, Eric Rohmer y Jean-Luc Godard- desde aquella publicación engendraron una serie de conceptos polémicos que dieron vuelta el entendimiento sobre el cine y que propiciaron el surgimiento de la llamada Nouvelle Vague (Nueva Ola) un movimiento influyente como pocos. De esta manera lo que empezó como una reunión de ávidos críticos que trabajaban en una revista de cine se convirtió en una serie de directores cuyo trabajo redefinió el cine moderno.
Desde las páginas de Cahiers de cinema, Truffaut condenó el cine francés de cariz conservador de la época, acuñó el término cinefilia, se manifestó partidario a la línea de cineastas como Rosselini, Renoir, Bergman, Hitchcock y Orson Wells . Y a través de sus artículos desarrolló la llamada teoría del auteur (autor) por medio de la cual se hizo discernible la firma de un director en una película. Y desde la revista por primera vez se consiguió reivindicar la figura del director como aquella persona que deja un sello único en su creación.
Pero otro de los singulares logros de Truffaut como periodista es el haber sido el responsable de la entrevista más famosa de la historia del cine y una gran inspiración para aquellos trabajadores de prensa que quieren lograr un intercambio eficaz y valioso con su interlocutor, entre los que por supuesto me incluyo.
En 1961 el francés entrevistó al genio del suspense Alfred Hitchcock durante una semana, en largas jornadas de 9 a 18, acumulando 50 horas de grabación, desgranado un cuestionario exhaustivo de 500 preguntas que repasaban cada una de las películas del cineasta inglés. A partir de esta charla magistral años después Truffaut publicó "El cine según Hitchcock", un libro imprescindible conocido por los amantes del séptimo arte le como "La Biblia del cine" y que entiendo fijó para siempre el valor de la entrevista detallada y minuciosa.
Considero que la entrevista es la esencia del periodismo y de la comunicación humana y Truffaut en su diálogo con Hitchcock demuestra conocimiento y dominio en las técnicas del género así como en el difícil oficio de conversar, pero sobre todo saber escuchar y observar. Actualmente nadie pone en duda la valía de Alfred Hitchcock como realizador pero hubo un momento en que se lo consideraba un generador de propuestas fílmicas banales y no se lo veía como un artista serio, hasta que François Truffaut con esta entrevista logró ubicar al inglés en el pedestal en el que todavía se halla situado.
Aquella conversación con el tiempo se ha convertido en un acontecimiento excepcional dentro del ámbito del periodismo cultural que particularmente tomó como norte y el libro es primordial para todo el público amante del séptimo arte y del género de las entrevistas.