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La "Virgen de la Unión" habría aparecido en una piedra de Volcán

Miércoles, 14 de septiembre de 2016 01:30
Un milagroso episodio dicen haber presenciado Carmen Ayma y Carlos Humacata. Es que el pasado sábado 23 de julio, les habría aparecido la imagen de la Virgen María en el interior de una piedra en el cementerio de Volcán.
Carmen Ayma y Carlos Humacata nos hablan de la aparición de una imagen de la Virgen María, ocurrió el sábado 23 de julio, como a las 11, dejaron el auto en el cementerio de Volcán y cruzaron a la banda, donde vive la madre de Carmen. Iban con sus hijos, Luis y Darío, pero se retrasan con la intención de colocar un puente para hacer más fácil el cruce del río.
Nos cuentan que subían discutiendo y que Carlos le regalaba cada piedrita que tuviera la forma de un corazón, pero Carmen no estaba con ánimo de aceptar los regalos. Ella resume diciendo que "estábamos con problemas de pareja, y en una curva Carlos cae de rodillas. La piedra estaba al lado de él, pero entonces no la vimos y seguimos."
Se reúnen con Luis y Darío para sacarse fotos junto ala vertiente del Chorro, y Carlos recuerda haber sentido algo de angustia, pero no quiere preocupar a sus hijos. De regreso, como a las 17, Carmen nos dice que "ya cuando volvemos me vuelvo y la veo puesta en el piso mirando hacia el naciente del Sol."
Carlos también la ve y grita que es la Virgen, grito que retumba en eco en la Quebrada. Se trata de la mayor de las mitades de la piedra partida, la que por el tono del fondo semeja la noche, donde la imagen con tonos de óxido parece estar subiendo por esos mismos cerros. Carmen recuerda que "mis abuelos contaban que en esa quebradita se escuchaban cosas feas, como balar de chivos de noche, voces, gente hablando."
Se preguntan qué deben hacer, la levantan y la ponen sobre una piedra más grande. Carlos nos dice que "temíamos que, de sacarla, la imagen desapareciera". Ya se ponía el sol. Quieren llevarla pero es demasiado pesada, entonces la dejan en una gruta natural sobre otra piedra. Luego sabrán que en la víspera, el 22 de Julio, se conmemora la aparición de la Virgen del Abra de Punta Corral allá por 1835.
Se sienten desorientados. Carmen recuerda que "el domingo mandamos fotos por facebook para ver qué veían nuestros amigos, porque necesitábamos que nos dijeran qué hacer."El martes 26 deciden ir a buscarla, y Darío encuentra la otra mitad de la piedra, donde el fondo más claro hace pensar en el día. Dejan esta nueva mitad, más pequeña, y llevan la grande, la primera que vieron. "La llevamos para hacerla bendecir y para mostrar que no era una pintura, como creían algunos al ver la foto", cuenta Carmen.
Ya en Volcán, la ven Celia Domínguez y Chichí Cañizares, los dos primeros testigos fuera de la familia. La llevan a la iglesia, pero el sacerdote opina con cautela, le impone la mano y reza. Entonces la trasladan a la ciudad de Jujuy, donde comienza su peregrinar. Allí la bendice un diácono de la iglesia San Lucas, de Coronel Arias, y la historia comienza a difundirse.
Llevan la piedra con la imagen a Salta, donde quieren compartirla con la familia. "Carlos la pone en el capot del auto, para poderla levantar, y dos mujeres la ven y se ponen a llorar sin poder creer lo que estaban viendo. La llevamos al garaje, y llegaba cantidad de gente. Tuvimos que sacarla a las cinco de la tarde porque teníamos que irnos, mientras la gente se persignaba en la calle."
Mientras van a buscar la otra mitad de la piedra, también en Volcán se junta gente para verla "porque donde la dejamos empieza a venir la gente", nos dice Carmen, "y nosotros ni sabemos de donde aparecen". Recorren varios barrios de la ciudad sin planificarlo, siguiendo las señales que, sienten, les indica la misma Virgen, cosas que les pasan y que les van marcando el camino.
Hoy las dos piedras están protegidas por una urna con base de madera que hizo un hermano de Carmen, Jorge, que es carpintero, y cada vez son más los que se comunicancon ellos para pedirla. El vidrio que las cubre lo donó Inés Bárcena, dueña de la finca donde sucedieron los hechos.Carlos dice que "su aparición fue un alivio porque apareció en un momento difícil de nuestras vidas, por eso pensé que su nombre podría ser el de la Virgen de la Unión, y porque son dos imágenes que se hacen una."
Carmen agrega que "han pasado tantas cosas fuertes en lo que vamos recorriendo con ella, porque para nosotros el milagro ya está hecho al manifestarse."Carlos agrega que "desde el primer momento sentimos que debíamos compartirla, no se la mezquinamos a nadie y creo que en cuestiones de fe no hay por qué ocultar lo que uno siente, porque es algo bello. Comprendemos que la iglesia tiene sus tiempos, pero nosotros seguimos el camino que nos está dictando. Cada vez que vemos que alguien la ve, se emociona y llora, sentimos que el objetivo que nos puso está cumplido."
Recuerda que en la lectura del día de la aparición, Jesús les dice a sus discípulos: dichosos los que me pueden ver y me pueden escuchar. "Hasta ahora es todo acelerado", siente Carmen. "Yo soy ama de casa, pero desde que apareció es como que todo ya fue, andamos para todos lados, transformó nuestras vidas. Cada vez que estamos por discutir pasa algo que nos detiene, alguien nos llama para que le llevemos la Virgen porque la necesitan, nos frena la discusión y la llevamos."
El viernes 23 estarán camino al Chorro para recordar los dos meses de su aparición. A las 16 se reunirán en el cementerio para estar a las 17, que es la hora en que se les mostró, junto a la gruta donde la dejaron al encontrarla. Carlos nos dice que "somos católicos creyentes en Dios, en las imágenes, aunque no somos asiduos a la iglesia." Nos dice que esa es una de las preguntas que se hacen, porque no terminan de explicarse por qué les sucedió a ellos. "Es un misterio que de a poco se va aclarando para nosotros".
Realizamos esta entrevista en la casa de Sara Jerez, tía de Carmen, en la localidad de Volcán, al tiempo que la productora de audiovisuales Los Artesanos de la Luz, un grupo de jóvenes del lugar nucleados en torno al Taller de Historia Oral de los Talleres Libres, toma los primeros registros para un documental que refleje la historia de esta aparición mariana.
Emily, hija de Sara, cuenta queella ve en la piedra que la Virgen está subiendo entre dos cerros, y ve el agua del Chorro que baja. Su madre tuvo problemas de salud que la tuvieron internada, y estaba angustiada por no poder ir a Quillacas, como quería. "Me pasé llorando toda la mañana", nos cuenta Sara, "entonces llaman a la puerta y eran Carmencita con Carlos."
Nos dice que le pedían la casa porque no tenían donde poner la Virgen para que hiciéramos esta entrevista. "Me dio un vuelco el corazón", nos cuenta Sara,"y me dije que por algo no pude ir a Bolivia, y que Nuestro Cristo, ya que no pude ir, nos mandó a su Madre. Es lo que yo siento, porque para mi estas piedras tienen un significado muy grande."
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Un milagroso episodio dicen haber presenciado Carmen Ayma y Carlos Humacata. Es que el pasado sábado 23 de julio, les habría aparecido la imagen de la Virgen María en el interior de una piedra en el cementerio de Volcán.
Carmen Ayma y Carlos Humacata nos hablan de la aparición de una imagen de la Virgen María, ocurrió el sábado 23 de julio, como a las 11, dejaron el auto en el cementerio de Volcán y cruzaron a la banda, donde vive la madre de Carmen. Iban con sus hijos, Luis y Darío, pero se retrasan con la intención de colocar un puente para hacer más fácil el cruce del río.
Nos cuentan que subían discutiendo y que Carlos le regalaba cada piedrita que tuviera la forma de un corazón, pero Carmen no estaba con ánimo de aceptar los regalos. Ella resume diciendo que "estábamos con problemas de pareja, y en una curva Carlos cae de rodillas. La piedra estaba al lado de él, pero entonces no la vimos y seguimos."
Se reúnen con Luis y Darío para sacarse fotos junto ala vertiente del Chorro, y Carlos recuerda haber sentido algo de angustia, pero no quiere preocupar a sus hijos. De regreso, como a las 17, Carmen nos dice que "ya cuando volvemos me vuelvo y la veo puesta en el piso mirando hacia el naciente del Sol."
Carlos también la ve y grita que es la Virgen, grito que retumba en eco en la Quebrada. Se trata de la mayor de las mitades de la piedra partida, la que por el tono del fondo semeja la noche, donde la imagen con tonos de óxido parece estar subiendo por esos mismos cerros. Carmen recuerda que "mis abuelos contaban que en esa quebradita se escuchaban cosas feas, como balar de chivos de noche, voces, gente hablando."
Se preguntan qué deben hacer, la levantan y la ponen sobre una piedra más grande. Carlos nos dice que "temíamos que, de sacarla, la imagen desapareciera". Ya se ponía el sol. Quieren llevarla pero es demasiado pesada, entonces la dejan en una gruta natural sobre otra piedra. Luego sabrán que en la víspera, el 22 de Julio, se conmemora la aparición de la Virgen del Abra de Punta Corral allá por 1835.
Se sienten desorientados. Carmen recuerda que "el domingo mandamos fotos por facebook para ver qué veían nuestros amigos, porque necesitábamos que nos dijeran qué hacer."El martes 26 deciden ir a buscarla, y Darío encuentra la otra mitad de la piedra, donde el fondo más claro hace pensar en el día. Dejan esta nueva mitad, más pequeña, y llevan la grande, la primera que vieron. "La llevamos para hacerla bendecir y para mostrar que no era una pintura, como creían algunos al ver la foto", cuenta Carmen.
Ya en Volcán, la ven Celia Domínguez y Chichí Cañizares, los dos primeros testigos fuera de la familia. La llevan a la iglesia, pero el sacerdote opina con cautela, le impone la mano y reza. Entonces la trasladan a la ciudad de Jujuy, donde comienza su peregrinar. Allí la bendice un diácono de la iglesia San Lucas, de Coronel Arias, y la historia comienza a difundirse.
Llevan la piedra con la imagen a Salta, donde quieren compartirla con la familia. "Carlos la pone en el capot del auto, para poderla levantar, y dos mujeres la ven y se ponen a llorar sin poder creer lo que estaban viendo. La llevamos al garaje, y llegaba cantidad de gente. Tuvimos que sacarla a las cinco de la tarde porque teníamos que irnos, mientras la gente se persignaba en la calle."
Mientras van a buscar la otra mitad de la piedra, también en Volcán se junta gente para verla "porque donde la dejamos empieza a venir la gente", nos dice Carmen, "y nosotros ni sabemos de donde aparecen". Recorren varios barrios de la ciudad sin planificarlo, siguiendo las señales que, sienten, les indica la misma Virgen, cosas que les pasan y que les van marcando el camino.
Hoy las dos piedras están protegidas por una urna con base de madera que hizo un hermano de Carmen, Jorge, que es carpintero, y cada vez son más los que se comunicancon ellos para pedirla. El vidrio que las cubre lo donó Inés Bárcena, dueña de la finca donde sucedieron los hechos.Carlos dice que "su aparición fue un alivio porque apareció en un momento difícil de nuestras vidas, por eso pensé que su nombre podría ser el de la Virgen de la Unión, y porque son dos imágenes que se hacen una."
Carmen agrega que "han pasado tantas cosas fuertes en lo que vamos recorriendo con ella, porque para nosotros el milagro ya está hecho al manifestarse."Carlos agrega que "desde el primer momento sentimos que debíamos compartirla, no se la mezquinamos a nadie y creo que en cuestiones de fe no hay por qué ocultar lo que uno siente, porque es algo bello. Comprendemos que la iglesia tiene sus tiempos, pero nosotros seguimos el camino que nos está dictando. Cada vez que vemos que alguien la ve, se emociona y llora, sentimos que el objetivo que nos puso está cumplido."
Recuerda que en la lectura del día de la aparición, Jesús les dice a sus discípulos: dichosos los que me pueden ver y me pueden escuchar. "Hasta ahora es todo acelerado", siente Carmen. "Yo soy ama de casa, pero desde que apareció es como que todo ya fue, andamos para todos lados, transformó nuestras vidas. Cada vez que estamos por discutir pasa algo que nos detiene, alguien nos llama para que le llevemos la Virgen porque la necesitan, nos frena la discusión y la llevamos."
El viernes 23 estarán camino al Chorro para recordar los dos meses de su aparición. A las 16 se reunirán en el cementerio para estar a las 17, que es la hora en que se les mostró, junto a la gruta donde la dejaron al encontrarla. Carlos nos dice que "somos católicos creyentes en Dios, en las imágenes, aunque no somos asiduos a la iglesia." Nos dice que esa es una de las preguntas que se hacen, porque no terminan de explicarse por qué les sucedió a ellos. "Es un misterio que de a poco se va aclarando para nosotros".
Realizamos esta entrevista en la casa de Sara Jerez, tía de Carmen, en la localidad de Volcán, al tiempo que la productora de audiovisuales Los Artesanos de la Luz, un grupo de jóvenes del lugar nucleados en torno al Taller de Historia Oral de los Talleres Libres, toma los primeros registros para un documental que refleje la historia de esta aparición mariana.
Emily, hija de Sara, cuenta queella ve en la piedra que la Virgen está subiendo entre dos cerros, y ve el agua del Chorro que baja. Su madre tuvo problemas de salud que la tuvieron internada, y estaba angustiada por no poder ir a Quillacas, como quería. "Me pasé llorando toda la mañana", nos cuenta Sara, "entonces llaman a la puerta y eran Carmencita con Carlos."
Nos dice que le pedían la casa porque no tenían donde poner la Virgen para que hiciéramos esta entrevista. "Me dio un vuelco el corazón", nos cuenta Sara,"y me dije que por algo no pude ir a Bolivia, y que Nuestro Cristo, ya que no pude ir, nos mandó a su Madre. Es lo que yo siento, porque para mi estas piedras tienen un significado muy grande."