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Despiden a un empleado de un supermercado por trabajar "más de la cuenta"

La empresa descubrió que abría el supermercado fuera de la jornada laboral para dejarlo todo listo; como recompensa al esfuerzo recibió la carta de despido.

Viernes, 27 de octubre de 2017 20:20

Jeean era gerente en una tienda de los supermercados en Barcelona, pero antes del verano la empresa alemana descubrió que su empleado estaba trabajando de más: abría el local con mucha antelación para tenerlo lista cuando llegaran los clientes. Según se indica en la carta de despido, publicada por El País, el trabajador "realizaba pedidos, cambiaba precios o reponía estantes enteros de artículos".

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Jeean era gerente en una tienda de los supermercados en Barcelona, pero antes del verano la empresa alemana descubrió que su empleado estaba trabajando de más: abría el local con mucha antelación para tenerlo lista cuando llegaran los clientes. Según se indica en la carta de despido, publicada por El País, el trabajador "realizaba pedidos, cambiaba precios o reponía estantes enteros de artículos".

Lidl indica en su informe que el gerente accedía al local a las cinco de la mañana y pasaba un rato largo ("entre 49 y 87 minutos") trabajando sin fichar. Esa práctica vulnera -según la empresa- la política de que cada minuto de trabajo debe quedar registrado y pagado.

Asimismo, la administración de la cadena alemana alega que recibió "quejas" de otros empleados a los que también invitaba a llegar antes. El hecho de que sus compañeros no siguieran sus pasos era igualmente motivo de despido, ya que la empresa prohíbe que los trabajadores estén solos por razones de "seguridad".

Jean, que llevaba trabajando en Lidl 12 años, cree que su despido es improcedente y llevó a sus empleadores ante los tribunales. Dice que nunca obligó a ningún empleado a seguir sus pasos y que su empresa nunca le dijo que no podía abrir antes "para afrontar eficazmente la apertura". Su abogado alega que si Jean hizo aquello fue "en beneficio de la empresa".

Y prosigue: "Curiosamente se lo sanciona por esforzarse en que su tienda funcionara correctamente", añadiendo que su cliente nunca fue amonestado por ello. El despedido va más lejos y denuncia la hipocresía de una empresa que "lo sometía a presiones para conseguir las ventas que esperaba la dirección".

El gerente dice que los días previos a la investigación se había realizado una reestructuración de la tienda, y los mandos "eran conscientes" de que dichos cambios exigían "dedicación". La denuncia deja una última reflexión del trabajador sobrecomprometido: "A veces hay que trabajar por encima del horario para cumplir los objetivos de venta".

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