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Quienes llegan al servicio de guardia del Hospital Pablo Soria o de cualquier hospital público, lo hacen en principio por que se sienten enfermos, con la urgencia de un médico que pueda atenderlo y así calmar su dolencia, y en segundo lugar, porque no tienen obra social como para poder concurrir a una clínica privada.
Es sabido que eso significa esperar más tiempo a ser atendido, pero es dentro de todo, previsible. Lo que no es previsible es la falta de higiene. Quienes por ejemplo llegan al hospital Pablo Soria por el sector de guardia de emergencias con alguna afección que los obligue a concurrir al sanitario (uno mixto), deben encontrarse ni bien ingresan, con un fuerte aroma a orina que obliga a dar un paso atrás de manera casi automática, signo de que hace al menos varias horas no se ha limpiado. Al elevar la vista, se puede apreciar un gran hueco en el vidrio, con lo cual se pierde toda la privacidad del caso. Es decir, quien decida arriesgarse a tomar asiento, no sólo podrá ver el exterior, sino que los transeúntes ocasionales también lo podrán observar.
Marcelo, quien debió concurrir el pasado viernes al servicio de guardia con una afección hepática, se vio obligado, según contó a El Tribuno, a asistir al baño por tener náuseas. Grande fue su sorpresa, al observar que en vez de botón o manija para expulsar el agua del inodoro, había un hueco. Con vergüenza salió rogando que nadie quisiera sucederlo.
La Organización Panamericana de la Salud recomienda a los hospitales recomendar a los pacientes lavarse las manos, sobre todo luego de ir al baño. Pues en éste no hay jabón ni papel para secárselas. Tampoco papel higiénico.
La Organización Mundial de la Salud indica que los centros de salud deben disponer de un entorno físico apropiado. Deben contar con instalaciones para el agua, la energía, el saneamiento, la higiene de las manos y la eliminación de desechos que funcionen y sean fiables y seguras. El espacio debe estar concebido, organizado y mantenido de forma que permita la intimidad y facilite la prestación de servicios de calidad.
Lamentablemente no son las condiciones actuales del sanitario mencionado, sobre todo si hablamos de una guardia de emergencias, donde concurren pacientes con virus de todo tipo. Se ha naturalizado la idea de que como es para gente sin recursos, no saben cuidar los sanitarios o se roban todo. Cierto o no, deberían extremarse las medidas para que la higiene sea la principal protagonista en un hospital de cabecera.