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El crimen de una joven podría volver a reabrirse

Tenía 20 años y era clarinetista del Ejército. Fue interceptada en la esquina de su casa y apareció muerta en un canal.
Lunes, 15 de enero de 2018 00:00

Siete años y medio pasaron del terrible crimen de la joven periqueña Analía Josefina Churquina y si bien hubo siete personas que estuvieron detenidas involucradas en el hecho, a la fecha están en libertad y los familiares de la joven piden que no queden impunes.

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Siete años y medio pasaron del terrible crimen de la joven periqueña Analía Josefina Churquina y si bien hubo siete personas que estuvieron detenidas involucradas en el hecho, a la fecha están en libertad y los familiares de la joven piden que no queden impunes.

No se tomaron en cuenta una serie de elementos probatorios para que los imputados permanezcan detenidos.

Analía Churquina fue interceptada en la esquina de su casa, subida a un vehículo, abusada por al menos tres personas, además de ser brutalmente agredida, atada con una linga y arrojada al "canal de la muerte " en la localidad de Las Pampitas.

Churquina tenía 20 años, era clarinetista y en la madrugada del 9 de julio del 2010, salió de su casa ubicada en la calle Roque Sáenz Peña N§ 77 del barrio San Miguel de la ciudad de Perico para tomar un colectivo en la terminal de ómnibus, para dirigirse a la ciudad de San Salvador de Jujuy más precisamente al Regimiento de Infantería Mecanizado 20, institución a la cual pertenecía como miembro integrante de la banda de música del Ejército Argentino (aspirante).

Según la declaraciones de testigos que expusieron en la causa y parte del expediente que tuvo acceso El Tribuno de Jujuy, expediente que luego quedó estancado y archivado, el recorrido habitual de Churquina era por calle Patricias Argentinas, luego circulaba por la calle Santiago del Estero hasta la avenida Córdoba.

En este último lugar habría sido interceptada la joven, por un grupo de hombres, que en un primer momento estuvieron imputados en la causa, pero luego el juez residual javier Aróstegui los liberó por "falta de mérito".

Brian Cabana que se hacía llamar con tres alias ("bichito", "veneno" y "chatito") y Marcos Andreu, con dos alias ("marquitos" o "porrero"), que tras quitarle el compartimento donde llevaba el clarinete, y mediante uso desmedido de la fuerza la abrían subido a bordo de un automóvil marca Peugeot color marrón.

Dentro del vehículo se encontraban otras personas: Fabián Tolaba alias "abuelo", Matías Galván ("cejudo", "pepe córdoba", "pelado", "flaco") Fabián Tolaba alias "abuelo", Hugo Pereyra alias "empanadero", mientras que en el otro vehículo marca Renault 19 color azul, se encontraban Gonzalo Tolaba alias "zombi" y Alejandro Liquitay "alias" "liqui", habiendo arribado en cercanías a la localidad de las Pampitas. Según el hilo de la primera investigación llevada a cabo por los efectivos de la Brigada de Investigaciones, los entonces imputados, habrían ultrajado a la víctima a golpes de puño y de común acuerdo, uno tras otro abusar de la joven de manera brutal. Sometiéndola sexualmente y en vista que la misma pudiera denunciar los hechos en virtud que conocía a la mayoría de sus atacantes, por convivir en el mismo barrio, estos tomaron la decisión de asfixiarla mecánicamente, ejerciendo presión con sus manos en el cuello hasta quitarle la vida (según los informes de la autopsia), y posteriormente ataron el cuerpo con una linga que después arrojaron hacia la vera del canal conocido vulgarmente como "el canal de la muerte", e inmediatamente abandonaron la escena del crimen, no conforme con lo ya acontecido sustrajeron diferentes pertenencias de la víctima, entre lo que se destaca el clarinete y un aparato celular.

Confesó y luego lo negó

Marcos Andreu había declarado en sede de la Brigada y relató detalles que coincidían con el macabro hallazgo, involucró a los detenidos, pero en sede judicial, negó todos los dichos y manifestó que fue obligado a declarar de esa forma.

Falta de mérito

JUEZ ARÓSTEGUI. DICTÓ LA FALTA DE MÉRITO A LOS 7 IMPUTADOS EN LA CAUSA.

El 27 de agosto del 2012 los imputados fueron liberados a criterio del entonces juez residual Francisco Javier Aróstegui, y “luego de la compulsa realizada a todo los elementos que conforman el cuadro probatorio y de la apreciación de las pruebas, surge una duda insuperable sobre si existió o no una conducta penalmente reprochable por parte de los imputados, por cuanto no se colectaron elementos independientes de pruebas suficientes”, había resuelto “dictar “falta de mérito en favor de los imputados (en su totalidad) y dos días después, el dictamen fue favorable para el imputado Marcelo Cabana.

Es que si bien en la escena del crimen fueron hallados tres profilácticos usados, Gustavo Penacino, en ese entonces Director de la Unidad de Análisis de ADN del colegio Oficial de Bioquímicos de Capital Federal concluyó en su infrome que “en el hisopado que se realizó a las partes íntimas de la víctima fatal, se ha comprobado la presencia de material biológico de Churquina, pero eran mínimos vestigios de origen masculinos, cuya escasez no permite determinar su patrón genético”.

Esto habría sido desencadenante para que el juez liberara a los imputados. Pero llamativamente no tomó en cuenta otros testimonios que situaban a los hombres en la escena antes del secuestro de Churquina.

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