Los brazos prostéticos diseñados por el joven inventor Gino Tubaro tienen la particularidad de ser modulares. Es decir que algunas piezas pueden ser reemplazadas por otras para darle determinada funcionalidad.
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Los brazos prostéticos diseñados por el joven inventor Gino Tubaro tienen la particularidad de ser modulares. Es decir que algunas piezas pueden ser reemplazadas por otras para darle determinada funcionalidad.
En ese sentido, el “atómico” jujeño, Claudio Pérez, explicó que también, una vez que el proyecto está finalizado, los desarrolladores tienen la libertad de hacer modificaciones o upgrades (mejoras) para agregarle funciones.
Por ejemplo, dentro de la mano que está en etapa final, “tenemos una parte donde se puede poner una pila, y una luz led de alto brillo, que sirve de linterna. Entonces ya pasan a tener superpoderes porque el brazo empieza a tener funciones especiales”.
De hecho, comentó a modo de anécdota, “es muy común que los varones pidan los brazos con los colores de Iron Man (Hombre de Hierro), rojo y amarillo”.
“Esto da pie para hacer otras cosas, porque al ser todo modular, se pueden sacar las piezas y ponerle otras para otro tipo de funciones”.
Compromiso con la causa
La necesidad de estar a punto con Atomic Lab llevó a los integrantes del Instituto Tecnológico de Jujuy a pensar en equipos más grandes y eficientes.
Claudio Pérez, sostuvo que el programa “fue el detonante para la adquisición de la impresora 3D más grande, porque uno puede hacer las piezas más grandes en las impresoras más pequeñas, pero hay que hacerlas divididas en piezas pequeñas, pero después hay que pegarlas o encajarlas de alguna manera, y en el medio se pierde mucha fortaleza. Tiene menor rigidez”.
Nosotros “nos interesamos en el programa porque teníamos otra impresora 3D, una más chica, pero que tenía un tamaño muy limitado, de 17 x 20 centímetros, un cilindro” que a los fines del trabajo que realizan era útil.
“Nosotros hacemos cosas de robótica y queríamos ver si podíamos hacer algo que tenga mayor utilidad, y generar un impacto social más grande. Ya que el costo del brazo impreso es mucho más bajo que el de uno tradicional, y eso nos llamó más la atención”, reveló Pérez. Al tiempo que agregó “A nosotros esto nos permitió hacer cosas grandes”.
Para tener una idea del tiempo de demora para el desarrollo del brazo prostético, comentó que “son muchas horas de impresión. Alrededor de 48 horas”, sin contar las piezas que por uno u otro motivo deben ser reimpresos”.