Tal vez, sólo tal vez, la derrota en manos de Independente Rivadavia se produjo en el momento justo. ¿Qué? Después de 24 horas de la caída en el "Bautista Gargantini", el análisis no tiene que limitarse al agónico 2 a 1, sino mirar un poco más allá. Gimnasia tuvo dos veces la oportunidad de treparse en solitario a la punta de la B Nacional y falló en ambas. Empató con Ferro Carril Oeste y aquí sufrió un duro traspié en el último minuto de tiempo adicional.
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Tal vez, sólo tal vez, la derrota en manos de Independente Rivadavia se produjo en el momento justo. ¿Qué? Después de 24 horas de la caída en el "Bautista Gargantini", el análisis no tiene que limitarse al agónico 2 a 1, sino mirar un poco más allá. Gimnasia tuvo dos veces la oportunidad de treparse en solitario a la punta de la B Nacional y falló en ambas. Empató con Ferro Carril Oeste y aquí sufrió un duro traspié en el último minuto de tiempo adicional.
Entonces, da la sensación que "pesó" el hecho de ser líderes y de esta manera no se pudo repetir actuaciones pasadas. Durante el presente campeonato, el equipo de Martín Astudillo fue corriendo siempre de atrás. No perdía, pero tampoco ganaba. Los empates no sirven para escalar. Sin embargo, tras el receso, comenzó a festejar seguido y se trepó al lote de arriba, cuyos integrantes por cierto también dejaron pasar chances increíbles de despegarse del resto. En fin.
Ahora es cuestión de bajar un cambio. Dar un paso atrás y mirar el panorama con mayor amplitud. Está claro que algo sucedió en los dos últimos encuentros. Y aunque hubo baja de rendimientos individuales como Maki Salces o Renzo Tesuri o se sufrió la infantil expulsión de Ignacio Sanabria, se trata de un juego en conjunto. Así como a todos se los felicitaba por el feliz presente, el llamado de atención también debe ser abarcativo a todos los componentes del plantel.
Que el cachetazo -cortó un invicto de 14 fechas- se haya concretado ahora es mejor que si se hubiese padecido en algunas de las 4 jornadas finales que restan hasta el epílogo del torneo, donde ya no habría tiempo para la recuperación.
El mensaje de Astudillo y sus muchachos a la salida del vestuario fue: "asimilar el golpe para pensar ya en Aldosivi".
Es así. Basta de "hacer números" y mirar la tabla de posiciones. La cabeza tiene que estar puesta en el "tiburón", rival que anoche cerraba la jornada 21 ante Dalmine y que el domingo se presentará en Jujuy. También el representativo marplatense se ubica en la parte alta de la tabla. Mientras que en cuanto a la caída con la "lepra", en lo futbolístico, se pudo observar que el pobre Mauricio Asenjo las peleó a todas muy solo arriba. No tuvo acompañamiento de los extremos y salvo algunos pincelazos de jerarquía de Diego Auzqui (un tiro suyo reventó el travesaño), el "9" estuvo luchando sin compañía.
En materia defensiva, a partir de la expulsión de Sanabria, el análisis se hace más complicado.
El gol de José Méndez fue de otro partido, enganchando en la puerta del área dos veces y definiendo al ángulo. Y el de Cristian Lucero, que también ingresó en el complemento al igual que Méndez, tuvo la fortuna que le quedó un rebote, tras una gran atajada de Burrai.
En síntesis, no hay tiempo para lamentos. Desde hoy, el "lobo" debe dar vuelta la página y sólo concentrarse en Aldosivi, su rival inmediato ya sea rumbo al ascenso directo o al ansiado Reducido, donde se definirá el segundo boleto a la Superliga.
Un "Pulpo" querido
El cariño de la gente de Independente Rivadavia con Martín Astudillo se palpó desde que llegó hasta que se fue del "Gargantini". En la salida de la cancha, un grupo de hinchas lo esperó para abrazarlo en medio la oscuridad. El DT dejó un buen recuerdo dirigiendo Independiente.