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"Nunca dejé de sentirme un turista en Estocolmo"

Manuel era militar cuando conoció en Chipre a su esposa Camilla, de Suecia. Se casaron en Bs As y tienen dos hijos.
Domingo, 06 de enero de 2019 01:04

¿Extraña? Todos los días

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¿Extraña? Todos los días

 

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"Se extraña todos los días. No sé si se trata de un desarraigo fuerte, pero como le digo a mis familiares de aquí: yo siempre me siento turista en Estocolmo.

 

Es como decir soy hincha de Boca y que te pregunten si serías hincha de Barcelona, sería como cambiarte de nombre, es imposible. Puedo querer que gane Barcelona, pero mi equipo es Boca y mi país es Argentina. Yo emigré acá por la familia, por mis hijos, por Camilla, pero como así yo tengo mi tierra, no quiero abarcar la tierra de otros", dijo Manuel Fernández.

Destacado militar que trabajó en diferentes misiones de paz, con sólo 25 años perteneció al grupo de los oficiales más jóvenes de la Fuerza de Tarea Argentina Nº 5.

La primera misión fue en 1995 en Chipre donde permaneció un año y ya sentía ansias por volver al pago. En 1997 aceptó el ofrecimiento de hacer un curso de logística en Estados Unidos donde permaneció dos meses.

Cuando por fin logró ser destinado al sur de su país, a Puerto Deseado, a los tres meses lo asignaron como oficial de finanzas en Chipre. Nuevamente lejos de casa pero con 29 años de edad ya formaba parte de la plana mayor de la fuerza de tarea.

"Y así comenzó la historia", ya instalado en Chipre los fines de semana salía de paseo con uno de sus colegas que también lo acompañaba en el idioma inglés.

Como tantas de las cosas que planea el destino, una salida a un pub le cambió la vida. Manuel y su amigo salieron a disfrutar de la noche como cada fin de semana, pero fue ese día que un grupo de jóvenes empleados de la compañía Ericcson también eligió ese bar para distenderse. Desde el primer momento Manuel supo que no se trataba de cualquier grupo, entre tanta gente estaba Camilla, su actual esposa.

Con charlas y bailes de por medio empezaron a conocerse y sin prisa pero sin pausa, se hicieron novios.

La misión en Chipre terminó y Camilla, de nacionalidad sueca, decidió acompañarlo a Argentina para pasar unas vacaciones, esas vacaciones se extendieron y fue inevitable... decidió mudarse con él.

AMOR DE FAMILIA / JUNTO A SUS HIJOS RAFAEL Y GABRIEL DISFRUTANDO DE LA TARDE.

Diferencias culturales

"Fue un cambio muy fuerte para los dos, pero nos queríamos y deseábamos estar juntos a pesar de los fuertes contrastes entre su país y el mío, pero aun así decidimos probar".

Para sorprenderla alquiló un departamento en Belgrano sobre una avenida, una zona muy concurrida y movida sin saber que "los suecos tienen mayor sensibilidad a los ruidos", Camilla debió sobrellevar el constante ruido de la ciudad al que no estaba acostumbrada.

"Aquí se ven un poco las diferencias culturales, cuando a mí me encantaba vivir en una zona con los códigos argentinos, gente, bullicio, café y mucha actividad, ella buscaba todo lo contrario, estar lejos del lío. Pero así comenzó la historia".

Ya en el 2000 se casaron en Buenos Aires y tuvieron dos hijos, Rafael y Gabriel, ambos hinchas de Boca.

Aún siendo oficial del Ejército estudió la carrera de Administración de Empresas ya que "tenía la necesidad de empezar a hacer otras cosas".

A ello se sumó la crisis financiera por la que atravesó la Argentina en el 2000 "que limitaba el desarrollo de la familia" por lo que decidieron mudarse a Suecia, país natal de Camilla.

Fue así que sus últimas materias las cursó en Estocolmo. "Me recibí y empecé a buscar trabajo con la experiencia de oficial del Ejército y mi título", para lo que paralelamente dedicó los primeros seis meses a estudiar el idioma sueco.

En aquella época la situación también estaba difícil por allá así que en su tiempo libre hizo una maestría en Economía de Innovación y Crecimiento, mientras buscada trabajo.

En todo ese tiempo se tuvo que ir acostumbrando a la dinámica de la cuidad, y las bajas temperaturas que en el invierno a veces alcanzan los -16 grados.

Volver a la tierra

Ya con 48 años de edad y con el corazón dividido entre Jujuy y La Pampa, provincia en la que también vivían sus padres, Manuel extraña mucho el folclore y el carnaval jujeño.

La última vez que la familia Fernández visitó la provincia fue en las fiestas de fin de año de 2016. Pero previamente lo hacían por lo menos una vez por año. Sin embargo, una actividad pendiente que todavía tiene entre sus objetivos es pasar un carnaval aquí, con sus amigos.

Afortunadamente Camilla, que no se llevó del todo bien con Buenos Aires, "le encanta" Jujuy, por eso en cada visita Purmamarca se ha convertido en un destino obligado. "Un viaje sin visitar Tilcara y Humahuaca es como no ir a Argentina prácticamente", expresó.

Y así transcurre la vida de Manuel, todavía sin certezas sobre cuál será la suerte de su próximo destino, si volverá o no algún día a vivir a su provincia a la que tanto extraña. Pero sabiamente mantiene la calma diciendo: "La vida te va ensañando que cada uno tiene su lugar".

Aferrándose a sus raíces todavía sintiéndose como "un turista en Estocolmo", Manuel refuerza cada día que pasa la ilusión de volver y "algún día servir a Jujuy ayudando de alguna manera. Es mi sueño contactar gente de acá con gente de allá y ayudar o apadrinar alguna escuela del Norte".

Entonces era de esperarse su respuesta: ¿Extraña Jujuy?: -"Todos los días".