El relato de Gabriel Baldiviezo, de 41 años, podría ser una simple anécdota de una persona que "por suerte" no sufrió un accidente. Sin embargo, a veces estamos muy ocupados pensando en nosotros y eso hace que no miremos al otro, y el caso que nos ocupa ahora tiene que ver con alguien que se sensibilizó con otra persona y un gesto le salvó la vida.
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El relato de Gabriel Baldiviezo, de 41 años, podría ser una simple anécdota de una persona que "por suerte" no sufrió un accidente. Sin embargo, a veces estamos muy ocupados pensando en nosotros y eso hace que no miremos al otro, y el caso que nos ocupa ahora tiene que ver con alguien que se sensibilizó con otra persona y un gesto le salvó la vida.
El hecho sucedió días atrás en el barrio Gorriti, sobre calle Jorge Newbery y Campero, era una tarde lluviosa cuando el jujeño Marcelo Segovia observaba que en una esquina se encontraba un hombre, apoyado en su bastón y protegiéndose del agua y las fuertes ráfagas de viento bajo de un frondoso árbol.
Esa imagen lo conmovió y lejos de seguir de largo o ser indiferente, no le importó mojarse y pasar frío para invitarlo a que ingrese al garaje de su casa hasta tanto pare la lluvia.
No pasó más de un minuto que sintieron un fuerte estruendo y al salir del lugar vieron que ese ruido era del árbol -con 70 años de vida- se había desplomado pesadamente sobre una plaza donde estaba ubicado. Lo primero que sintieron en ese momento fue un shock de conmoción y un profundo silencio que los dejó sin palabras.
Previo a ese suceso, Marcelo junto a su señora contó que se dirigían a su oficina ubicada en una casa de ese barrio, estacionaron el auto y a los segundos empezaron a caer pesadas gotas de lluvia. Primero ella ingresó al hogar y él no lo hizo porque observó que ese hombre, al que no conocían, buscaba cubrirse de la lluvia, por lo que decidió darle un espacio.
Se trata de Gabriel Baldiviezo quien nació con un problema medular y a raíz de ello debieron amputarle el pie izquierdo. Actualmente trabaja en la cooperativa "16 de Noviembre" y aquel día -que no olvidará jamás- se encontraba cumpliendo con su labor. En diálogo con nuestro diario se mostró agradecido por el gran gesto que tuvieron las personas que sin haberlo conocido le brindaron ayuda. "Es importante ser solidario con los demás, no solamente en el caso mío, sino con gente que duerme en la calle y le falta ropa, zapatilla o comida. Yo siempre valoré la vida y trato de ayudar a quienes lo necesitan", dijo.
Cabe destacar que también es presidente de la Asociación de Discapacitados de Jujuy, Adij.
Ayuda para los comedores
Con el fin de tener una Navidad solidaria, el Instituto ICE, ubicado en calle Necochea Nº 469, se encuentra recolectando juguetes y ropa para donar a comedores de la provincia. Para mayor información deberán ingresar a http://www.estudioice.com