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El peligro de los "escraches" en las redes sociales

Es una práctica común en los últimos tiempos. Muchas veces, las consecuencias son irreversibles.
Lunes, 16 de diciembre de 2019 01:00

El fenómeno de los "escraches" en redes sociales es complejo. Difamar o exponer a una persona, en un espacio que utilizan millones de personas para comunicarse en todo el mundo, muchas veces, puede llegar a tener un impacto extremo en la vida de las personas.

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El fenómeno de los "escraches" en redes sociales es complejo. Difamar o exponer a una persona, en un espacio que utilizan millones de personas para comunicarse en todo el mundo, muchas veces, puede llegar a tener un impacto extremo en la vida de las personas.

Los especialistas coindicen en que hay varios riesgos que puede presentar este fenómeno en internet, pero principalmente el daño que causan a la imagen de una persona no se puede revertir.

En las redes se pueden encontrar "escraches" de todo tipo, desde denuncias de engaños en una relación amorosa hasta denuncias por presuntos abusos, deudas impagas, robos, estafas, fraude, entre otros. Esta práctica puede ser un arma de doble filo, porque en el caso de que el acusado sea culpable, puede entorpecer investigaciones y otra de las posibilidades es que el "escrache" sea falso, es decir, que la persona acusada de cometer tal delito sea inocente. En tal caso, no sólo se estaría condenando socialmente a un inocente, sino que también éste podría sufrir daños físicos y psicológicos.

La metodología del "escrache" vía Facebook, Twitter y otras redes es usual y ya se cobró varias vidas. Señalar al otro en una red social tiene un impacto fuerte para la persona y hoy en día, lamentablemente, son muchos los casos en los que un "escrache" llevó a una persona a terminar con su vida.

Federico Salazar, licenciado en Psicología, explicó a El Tribuno de Jujuy que "las consecuencias de las manipulaciones de las redes sociales son verdaderamente terroríficas" y agregó: "si bien un suicidio no se puede atribuir a una red social, puedo decir que es un factor desencadenante o contribuyente al conflicto que ya tenía la persona".

"Uno de los efectos del escrache en las redes es el crear una especie de estigma social, una marca, con el objeto de anular como personas al denunciado, sin importar de lo que se trate", dijo el licenciado.

Para el profesional, "una red social es un dispositivo perverso como medio para informar o comunicar alguna cosa", y resaltó que "las redes sociales permiten además la posibilidad del anonimato de quien hace la denuncia, con lo cual, se transforma en la canalización de un tipo de violencia social fenomenal".

Salazar resaltó que "el impacto que produce un escrache en una persona depende de muchos factores", y agregó: "la determinación de un suicidio tiene que ver con las condiciones y estructuras de la personalidad de la persona, que no la produce la red, pero sí las potencian".

"Tanto a las personas que llamamos "normales" y las "otras", en las que identificamos algún tipo de padecimiento emocional, los escraches tienen un impacto negativo", dijo y señaló: "estos actos producen efectos generales tales como aislamientos, reclusión y vergüenza".

Resaltó que este fenómeno "produce en los sujetos una desestabilización emocional y un conflicto interno, un conflicto que no tenían, con lo cual, se producen un conjunto de cosas verdaderamente muy fuertes".

Consultado sobre quiénes están más expuestos a sufrir las consecuencias de un "escrache", el licenciado explicó: "yo pondría dos grupos de riesgo. El primero, con los niños púberes entre los 7 y 13 años, sacaría a los adolescentes y en el segundo grupo colocaría a los mayores de 30 años".

En este sentido, analizó que "desde los 15 hasta los 30 años son los menos expuestos porque ya tienen un recurso diferentes de la red social, manejan las redes sociales de una manera distinta" y agregó "los adultos, pasando los 35 son los más expuestos porque tienen una dinámica de interpretación diferente, que es mucho más compleja, porque tienen un mayor desarrollo de su vida social, y que su configuración de relaciones interpersonales es previa a las redes sociales".

El profesional indicó que "un tipo de 40 o 50 años no puede tolerar semejante acción, aparte no tiene los recursos para hacer lectura de la dinámica de la red social y tiene esta sugestión de la conectividad que los jóvenes no tienen, en cambio, para los jóvenes tanto el celular y la conectividad full time forma parte de su ADN".

Es importantes visibilizar y pensar en los efectos de esta práctica y reflexionar para frenar esta acción que arrasa con el otro de una manera, en la que muchas veces, es irreversible.

“Hoy hay mucho maltrato en este espacio” 

Otro de los problemas identificado por el licenciado en Psicología, Fernando Salazar, es la violencia que hoy en día se ejerce a través de las redes sociales. 
“La gente hoy en día está muy violenta en las redes, la situación es tremenda”, dijo el profesional y agregó: “lamentablemente se ha convertido en un espacio donde se vehiculiza, primero un tipo de violencia descontrolada y segundo anónima y proyectiva”.

En este sentido explicó que “las personas van adquiriendo la posibilidad de canalizar una violencia anónima, casi parecido a lo que sucede en una tribuna de cancha de fútbol, que se transforma en una catarsis virulenta en la violencia proyectada”.
Recordó que “actualmente, el objetivo inicial de una red social, que era para encontrarse en línea con un viejo conocido, un familiar o un viejo vecino, hoy se desvirtuó por completo”. 

“Lo que nació como una “red”, hoy no cumple esa función”, dijo Salazar y explicó que “al contrario de lo que pasa ahora, una red lo que hace es contener y hoy, las redes sociales en realidad son instrumentos rotos que producen una exaltación del narcisismo y la cuestión de la imagen”.
“La realidad es que hay mucho maltrato en este espacio, poco respeto hacia el otro, y ni hablar de la tolerancia”, lamentó el especialista.

Por otra parte, el Licenciado en Psicología señaló que “las redes sociales perdieron el resguardo de la intimidad, lo que tenía que ser intimo pasa a ser público, y eso es similar a desnudar a alguien, en el buen sentido, en el sentido social, de la mirada, el objeto”. 
Finalmente hizo un llamado a la sociedad a la hora de utilizar estos medios. “Recomiendo que cuando sean utilizados, se lo haga con cuidado, pensando en el otro y en las consecuencias que tiene su mal uso”, dijo Salazar.

También aconsejó a los usuarios de las redes a “no estar tan pendientes de las redes sociales, que salgan al campo, que vayan al cine, que disfruten la vida afuera del teléfono y que vivan la vida, más que la fotografía”. 

Consecuencias legales

 Un comentario difamatorio que se publique en redes sociales puede perjudicar seriamente a una persona. 
Las denuncias de este tipo se han convertido en una práctica muy común. Para esos casos, existen ciertos límites y consecuencias para quienes los vulneran, según los especialistas en Derecho.

Ante estas situaciones, entre las opciones, el damnificado puede presentar una denuncia Penal, constituyéndose como querellante. Las sanciones van desde multas económicas (de $3.000 a $30.000 aunque el juez puede determinar un monto superior), trabajos comunitarios y hasta 3 años de prisión.

En la vía Civil, se intima por medio de una carta documento para que cese la acción de la persona y además se solicita un resarcimiento económico.
También puede intervenir un mediador, para llegar a un acuerdo entre ambas partes. De no existir un acuerdo, se inicia la demanda Civil. 
“Al estar publicada la injuria o la calumnia, nace un derecho para la persona de obtener un resarcimiento económico por daños y perjuicios o daño moral”, explicaron los abogados al diario Infosastre. 

Ahora bien, ¿Qué es una calumnia y una injuria? El Código Penal define como calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad. La injuria se define como la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación.