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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Subió hasta 25% en un mes la carne en la capital jujeña

Las carnicerías relevadas por El Tribuno coinciden en que se están produciendo aumentos "semanales" en el precio.Explican que la gente compra menos cantidad y busca complementar con pollo, achuras y otros tipos de carne.
Jueves, 28 de febrero de 2019 01:03

El precio de la carne no quedó exento de los incrementos inflacionarios, y sumado a las inclemencias del tiempo de las zonas productoras, se trasladó a los precios de los cortes en Jujuy. En algunas carnicerías perciben subas semanales que, en suma, rondan el 25% en el último mes. El consumo cambió entre la clientela, que cada vez compra menos.

Consultados por El Tribuno de Jujuy, propietarios y referentes de carnicerías locales de distintas zonas coincidieron en que la carne llega a la provincia con frecuentes subas, que para algunos viene desde hace seis meses, y para otros se acentuó en el último mes. Este panorama viene incidiendo en el consumo de la gente con una tendencia a adquirir menor cantidad, cortes más baratos y complementar con el pollo, pese a que también sufrió aumentos.

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El precio de la carne no quedó exento de los incrementos inflacionarios, y sumado a las inclemencias del tiempo de las zonas productoras, se trasladó a los precios de los cortes en Jujuy. En algunas carnicerías perciben subas semanales que, en suma, rondan el 25% en el último mes. El consumo cambió entre la clientela, que cada vez compra menos.

Consultados por El Tribuno de Jujuy, propietarios y referentes de carnicerías locales de distintas zonas coincidieron en que la carne llega a la provincia con frecuentes subas, que para algunos viene desde hace seis meses, y para otros se acentuó en el último mes. Este panorama viene incidiendo en el consumo de la gente con una tendencia a adquirir menor cantidad, cortes más baratos y complementar con el pollo, pese a que también sufrió aumentos.

"En los últimos dos meses el precio de la carne tuvo muchísimos aumentos, con decirte que subió entre 15 y 20 pesos cada corte de blandos especiales que son esenciales para la cocina", explicó Ruperto Paz, de la Gran Carnicería de Mariano Moreno.

Detalló que los aumentos en la carne fueron de alrededor de un 25% en el último mes. Entiende que las subas están relacionadas con los problemas de las provincias productoras afectadas por inundaciones que afectaron el abastecimiento y con ello el precio. Y es que Jujuy está lejos aún de abastecerse. Explicó que los cortes que más se venden en el barrio son los blandos especiales, molida y puchero. Allí el kilo de blando especial está a 265 pesos, la molida 180 pesos, el puchero especial a 40 pesos y 25 pesos el común; mientras el asado de novillo está a 230 pesos, el chorizo 130 y las milanesas de carne a 260, las de pollo 150, el cerdo a 150 y el bife de cerdo a 204 pesos. Sin embargo, el propietario explicó que además de haberse reducido el consumo en cantidad, también se complementa con el de pollo que también sufrió un abrupto aumento recientemente, quizás por la mayor demanda para recetas de carnaval, Allí comercializan pollo fresco de proveedor local a 74 pesos el kilo.

En tanto, para Javier Lezcano de la carnicería L y J, los incrementos en el precio de la carne datan de al menos seis meses. "Viene de alrededor de seis meses. Hace un mes viene aumentando cada semana la carne 15%", afirmó el referente de la carnicería de calle José de la Iglesia al 1000.

En materia de precios explicó que los cortes principales son bola de lomo a 255 pesos, sobaco a 195, cuadrada a 255, asado a 250, chorizo a 195 pesos, puchero especial a 75 pesos y común a 25 pesos. Coincidió en que la gente también opta por comprar pollo, cuya venta comenzó a bajar porque tuvo una impactante suba la semana pasada ya que pasó de 56 pesos a 70. No obstante, cabe aclarar que se trata de precios bajos ya que en las distintas carnicerías se encuentran con fluctuaciones significativas según la zona donde se encuentre el establecimiento, y la calidad de la carne.

En el Mercado Central también se sintió el incremento. "La semana pasada el aumento fue de 10 pesos y la última de 15 pesos, fue de un 20 a 25%", explicó Martín Miranda del puesto 8 del mercado Central, e indicó que proviene de Córdoba y Rosario, cuyo precio del kilo de media res oscila entre 140 y 150 pesos.

Allí la bola de lomo y cuadrada se vende a 290 pesos, paleta a 260, asado a 290, puchero común a 35 y especial a 140 pesos, y 190 costilla de cerdo.

En el caso de los supermercados, los precios también fluctúan de acuerdo al día de feria u oferta, y suelen ser bajos en promedio. En una de las cadenas se ofertan los cortes de cuadrada a 249 pesos el kilo y premium 317; nalga a 299 pesos; marucha a 197, aguja parrillera al mismo precio; bola de lomo a 249 pesos, peceto 310 pesos, palomita 279 pesos, mientras el carré de cerdo a 195, costeleta y paleta a 160 pesos.

El pollo también aumentó

VARIANTES / A LA CARNE DE VACA SE SUMA EL CONSUMO DE CORDERO, LLAMA, POLLO Y MILANESAS DE SOJA Y QUINOA.

Una de las alternativas de consumo que se incorporó en los últimos años, ante la escalada del precio de la carne de los últimos años fue la carne de pollo, sin embargo quizás en virtud de su demanda su costo también ha sufrido incrementos. El último fue percibido también en Jujuy donde, a diferencia de la producción de carne vacuna, cuenta con proveedores locales que permiten disponibilidad de ave fresca, además de la que se ingresa en supermercados.


“Hubo aumentos en los precios, los costos y nosotros los comerciantes tuvimos que aumentar. Hablando de pollo fresco de 61 pesos de costo subió más o menos un 20%”, precisó Mariel Tolaba del puesto 5 del Mercado central. Explicó que por diversos factores ha logrado tener actualmente a 75 pesos el kilo, pero aseguró que la mayoría lo comercializa a 80 pesos. 


Sostuvo que el consumo no cambió porque estimó que la gente se organiza y opta por algunas variantes para reemplazar la carne. Comercializa, milanesas de pollo a 150 pesos, hamburguesas 189, de mondongo 130 pesos, de soja, quinoa de 100 y 130.

El consumo cambió con el precio

COMPRAS / SE COMPRA MENOS CANTIDAD Y SE APROVECHAN OFERTAS EN CARNICERÍAS Y SUPERMERCADOS.

“Todos conocemos que en los sueldos no hay subas, entonces hoy la gente en vez de consumir un kilo compra tres cuartos o una mínima parte, es decir sigue comprando por la necesidad que hay”, precisó Ruperto Paz, gerente de la carnicería de la esquina de Guzmán y San Lorenzo del barrio Moreno. 
Admitió que observó que bajó el consumo de la carne entre las familias en general, que de comprar 5 kilos de carne por semana se reduce en alrededor de 3 kilos, ya que se consume pollo y otras alternativas.
En coincidencia con su par, Javier Lezcano de la carnicería aseguró que ahora llevan por suma de dinero, por ejemplo 200 pesos, con lo cual la cantidad es menor, que ronda por ejemplo 3/ 4 de kilo.
“Antes compraban molida un kilo, ahora llevan 40 pesos para el guisito del día, y si se puede estirar para la semana. Van reemplazando los cortes, pollo y si consiguen achuras, hígado, riñones y molleja, o cerdo”, explicó Martín Miranda del Mercado Central. De hecho, explicaron que ahora la gente opta por buscar precios e incorporó el consumo de otro tipo de carne y sucedáneos. 
En uno de los locales del mercado central, que comercializa carne de llama y oveja y que es productor, que está a 180 pesos la primera y 115 respectivamente. Según Matías Laureano del mercado, buscan especialmente la de llama por el bajo colesterol, y en sus variantes de milanesa a 200 pesos y chorizos a 170 pesos.
Mientras, en otro puesto comentan que la gente busca precios, y también alternativas para el almuerzo diario incluyendo opciones saludables. Por ello estiman que incorporan con más frecuencias pescado, milanesas de soja, de quinoa y otras opciones.

Las opiniones

Silvia Choque, docente de San Salvador

“Vengo a comprar lengua y me doy que está a 230 pesos, está alto pero como es jueves de comadres vamos a comprar. Está aumentando, comemos variado, hemos dejado de consumir porque está muy alta, consumimos menos” 

Ana María Flores, jubilada

 “Compro menos carne ahora, porque está caro el asado, todo. Compro generalmente lo que tengo ganas de comer, pero compro un pedacito, menos cantidad, me cuido un poco más por el precio actual”.

Huespe Llampa, jubilado

“Yo consumo pollo, poco consumo la carne, también como pescado, voy variando. Ahora ya no se come asado. El precio del pollo está más o menos, aumentó, tiene aumento también el pescado, el cerdo también”.

María Luisa Paredes, jubilada

“Estamos consumiendo más pollo ahora, tiene aumento pero siempre está menos que la carne. Carne comemos pero poco, compro menos pero no dejamos de comer, asado solamente los domingos”.

Suba de precios: las consecuencias

Por (Ulises Forte)

No pueden minimizarse las subas -que fueron altas en los últimos dos meses- pero un diagnóstico certero de la situación podría evitar a futuro estas disparadas de los precios que habitualmente son seguidas por un “planchazo” que tampoco ayuda.
La base del problema fue, sin ninguna duda, la escasez de oferta.
En primer lugar estamos sufriendo las consecuencias de los fenómenos climáticos extremos -inundaciones y sequías- de los últimos dos años. Además, la suba de precios que habitualmente se da en primavera este año se atrasó y llegó en verano; en el que también hubo más demanda de carne, impulsada por los turistas que otros años veraneaban fuera del país. Lo cierto es dejamos que el crecimiento de la demanda fuera cubierto por la oferta con las leyes del mercado. 
El mercado “dijo” que no se priorizara la oferta y estamos pagando las consecuencias. El mercado “dijo” que la soja fuera más negocio que la ganadería o, más aún, indicó que era más negocio tener la plata en bonos o en Lebacs que en vacas en el campo. Entonces hubo desinversión y eslabones con muy baja rentabilidad (especialmente la cría), sin incentivos impositivos ni créditos con tasas acordes para la producción.
La ganadería necesita de un Estado activo que acompañe la libre oferta del mercado, para evitar estos serruchos de precios y que la producción y la oferta garanticen la demanda, más aún en estos momentos en que aumentan las exportaciones y seguimos contando con un mercado doméstico dispuesto a mantener un alto consumo de carne vacuna. Es posible que los precios se mantengan en alza un tiempo más y más adelante se estabilicen e incluso se atrasen, pero es necesario trabajar en políticas desde el Estado. Es el Estado el que, por la vía de los incentivos, debe favorecer oferta y evitar que el mercado “dicte” que otras actividades, la especulación financiera, conspiren contra la producción de carne.