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Con 54 años está cerca de ser técnica en Gerontología

Luego de varios años Sara Carrasco retomó sus estudios. "Nunca es tarde para aprender", fue el mensaje que resaltó.
Lunes, 01 de abril de 2019 01:01

No hay nada como conocer las historias de otros para darnos cuenta de las grandes posibilidades que ofrece la vida. Sencilla, humilde y persistente son algunas de las cualidades de Sara del Valle Carrasco que a sus 54 años contó qué significó para ella reanudar sus estudios.

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No hay nada como conocer las historias de otros para darnos cuenta de las grandes posibilidades que ofrece la vida. Sencilla, humilde y persistente son algunas de las cualidades de Sara del Valle Carrasco que a sus 54 años contó qué significó para ella reanudar sus estudios.

 

Culminó sus estudios. A los 15 años de edad, Sara Carrasco pudo completar el nivel primario y a los 49 años finalizó la secundaria.

A los 15 años finalizó la primaria y a los 49 años pudo culminar el nivel secundario a través del Plan Fines y hoy se encuentra cursando el tercer y último año de la Tecnicatura de Gerontología en el Instituto de Educación Superior Nº 11.

La especialidad que eligió Sara está enfocada en la atención integral para adultos mayores que se encarga de estudiar el envejecimiento en todos sus aspectos e incluye las ciencias biológicas, médicas, psicológicas y sociológicas. Además, la aplicación del conocimiento científico en beneficio del envejecimiento y de los adultos mayores.

"Haber pasado tantos años sin estudiar y retomar nuevamente los estudios me costó un poco. Saber que puedo hacer cosas y aprender más, me motivó bastante", relató emocionada.

Ella vive con su familia en el barrio Alto Comedero, es madre de Daniela de 24 años, Ismael de 27 años, Natanael de 29 años y está casada hace 30 años con Jorge Domínguez. Actualmente trabaja como cuidadora domiciliaria en el barrio San Martín y además brinda servicio de limpieza. "Trabajo con adultos mayores y ese oficio me llevó a elegir la carrera que hoy estoy estudiando. Hice cursos en cuidados domiciliarios, y hace cerca de diez años que me dedico a esto", dijo.

Antes de retomar sus estudios, Sara contó que su vida estaba enfocada en un solo objetivo: cuidar a su familia y acompañar a sus hijos en cada paso. Luego de cumplir ese ciclo, creyó que era momento de ocuparse de ella misma, "a veces somos egoístas y no pensamos en nosotros, entonces me dije, pienso en mí, en lo que quiero ser y eso me ayudó bastante a crecer de manera intelectual y como persona. Mi esposo me ayuda bastante, me comprende, es muy colaborador en todo. Dios me dio un padre ejemplar y unos hijos maravillosos", expresó sonriente.

Sara realizó el curso de cuidadora domiciliaria en la Dirección de Adulto Mayor de la Provincia, y tras recibirse hizo reemplazos durante varios años en el Hogar "Guillermón". Paralelamente concretó sus estudios secundarios a través del Plan Fines en el Instituto Provincial de la Administración Pública (Ipap), en ese momento relató que el nivel de estudio que ella tenía hizo que le cueste un poco empezar nuevamente a estudiar, sin embargo, destacó que fue alumna de un grupo extraordinario de profesores que la ayudaron siempre y le enseñaron que no era imposible empezar de nuevo la secundaria.

Uno de los pilares y motores que la impulsaron a emprender este gran camino fue su hija Daniela Domínguez, "me apoyó bastante, me decía "mamá podés hacerlo" y hasta el día de hoy me sigue ayudando", dijo.

Intento universitario

Tras finalizar la secundaria y motivada por su familia, Sara decidió inscribirse en la carrera de Trabajo Social en la Facultad de Humanidades de la Unju pero debido a situaciones personales no pudo concretar esa etapa.

"Siempre fui una persona a la que le gustó ayudar a la familia pero en ese momento se me había presentado un problema de salud a mi padre entonces me dediqué a atenderlo y a ayudarlo a que se recupere", comentó.

Una parálisis facial no impidió que siguiera adelante

Antes de iniciar sus estudios, Sara atravesó una difícil situación de salud que la obligó a cambiar de hábitos y a priorizar su bienestar. Ella contó que siempre fue una persona hiperactiva y creativa, le gustaba hacer diferentes actividades como manualidades y salir a vender buñuelos para cubrir algunos gastos económicos. 
Según contó, a raíz del desgaste físico que fue acumulando durante un tiempo tuvo una parálisis facial que le impedía hacer ciertas cosas durante un largo período.
Todo sucedió cuando una vez, luego de regresar de hacer compras en el centro de la ciudad, se sintió mareada, “estuve medicada y también asistí a fisioterapia”, comentó.
Sin embargo, Sara no se dejó vencer por este difícil momento y apeló a su fe en Dios, “a través de un mensaje que escuché en la radio, de que si tienes algún inconveniente deben poner tu mano en el receptor, nada es imposible. Cuando recibí mi milagro mi boca se había ubicado en su lugar. Esa fue una señal para que me relaje y priorice mi salud y tiempo”, dijo. Lo cierto es que cada persona vive la vida en circunstancias diferentes y no existe manual para seguir nuestras metas y sueños.

“Yo sí puedo, pese a la edad y a que uno se cuestiona”

En el año 2017 Sara Carrasco empezó a cursar la Tecnicatura en Gerontología, en el Instituto de Educación Superior Nº 11. “Hice el intento y entre todos los nervios que sentía al realizar el cursillo, me dije "yo puedo’. Me puse las pilas -como dicen los chicos- y tomé la decisión de rendir y pasé la instancia de la evaluación”, comentó.
Ese día fue uno de los más importantes para Sara, “no lo pude creer cuando, vi que estaba en el listado de ingresantes, eso me motivó mucho más a querer seguir estudiando”, dijo.
Durante el primer año de la carrera, para Sara fue toda una expectativa pensar cómo serían los cursillos, “habíamos formado un pequeño grupo y era una de las personas mayores de edad en el curso y a partir de que uno socializa y forma grupos fue más cómodo. Pese a que me costó un poco, los profesores fueron los que nos ayudaron bastante, nos brindaron contención, había cosas que nos costaban un montón pero valió la pena”, expresó.
Este año Sara cursará la tercera y última etapa de la carrera, “deduzco que yo sí puedo, pese a la edad, y a que uno se cuestiona y dice "dónde voy a trabajar con 54 años’, esta carrera es amplia y uno puede ir a países en donde la gerontología está más avanzada”, expresó.

“Pensé en mis padres”

La carrera que eligió Sara la ayudó a tener una visión mucho más abierta y amplia sobre la atención y el cuidado hacia los adultos mayores. “Yo pensé siempre en mis padres, enfocándome en ellos y cuidando a mi familia. Entonces, viendo la necesidad que hay en ellos al tener acompañamiento y el respeto, nunca hay que dejarlos de lado. Ellos tienen sus decisiones y derechos. La familia debe ser el primer soporte del adulto mayor, por eso es que me gustó esta tecnicatura. La vejez es el principio de algunos pero el futuro de todos”, culminó.