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26 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"El aborto se asemeja al genocidio"

El politólogo, escritor y militante Pro-vida, arribará mañana a Jujuy para dar una charla basada en "El libro negro de la Nueva Izquierda" junto a Nicolás Marquez. Expondrá su postura en relación a la ideología de género y tocará temas como el aborto y demás expresiones feministas, cuestiones sobre las que está radicalmente en contra.
Jueves, 11 de abril de 2019 01:02

¿Qué es la ideología de género?

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¿Qué es la ideología de género?

La ideología de género es un conjunto de ideas anticientíficas que, con propósitos políticos y autoritarios vinculados al proyecto de reconversión de una vieja izquierda en una nueva izquierda, desarraiga de la sexualidad humana su naturaleza y la explica exclusivamente a partir de la cultura. La ideología de género dice que sexualmente no estamos naturalmente determinados, sino que somos un constructo de la cultura; hemos sido construidos por la cultura, en términos sexuales, la sexualidad y el sexo siempre fue género. Para la ideología de género, nuestra sexualidad es un producto de una política cultural represiva que necesitamos deconstruir para liberarnos y poder autopercibirnos conforme a nuestra propia identidad, eso es lo que se llama identidad de género y es algo que está legislado en Argentina. Es una ficción según la cual, uno es aquello que auto percibe ser, una ficción bastante peligrosa que obliga a la ciudadanía a percibir a los demás, no conforme a lo que son, sino conforme a los que ellos dicen ser y por lo tanto avasalla libertades como la de expresión, de pensamiento, de tipo políticas. Hay un choque cultural muy importante que estamos viviendo y que tiene al Estado como árbitro y que está tomando partido por la ideología de género, mediante órganos como el Inadi.

¿En qué se fundamenta la "peligrosidad" de la ideología de género?

En el avance de estos grupos que vienen escribiendo sobre estos asuntos desde la década del "50 hasta hoy, con una progresiva radicalización en su pluma y su teoría, pero también partiendo de datos empíricos que se ven en nuestra sociedad y en aquellos lugares en donde la ideología de género viene avanzando más, es decir en los países del primer mundo. Vemos algunos casos en España donde, por ejemplo a la fundación "Hazte oír" se le prohibió tener en la calle un autobús con la frase "Los niños tienen pene y las niñas tienen vagina. Que no te engañen", porque un juez consideró que esto no es así. El caso francés donde se prohibió en los colegios el uso de las palabras "mamá" y "papá" para hablar de "paternidad 1" y "paternidad 2"; en Suecia el partido de izquierda lanzó un llamativo proyecto de ley que procura obligar a los hombres a orinar de sentado, en un país vasco se está pensando en prohibir el fútbol en los colegios porque implica desigualdad en los géneros, es decir hay un sinfín de datos que dan cuenta del avance de la ideología de género en diversos aspectos de la vida, y la forma en que el estado avanza sobre las libertades individuales. La ideología de género es un peligro y hay datos empíricos que dan cuenta de eso y es lo que buscamos alumbrar junto con Nicolás Márquez, con quien escribimos "El libro negro de la Nueva Izquierda".

¿Cuál es su postura en relación al aborto?

El aborto es parte integrante de esta agenda de género en la medida en que ha sido planteado como un derecho impulsado por grupos feministas, a disponer libremente del cuerpo de la mujer. El problema es que, guste o no, nosotros no podemos disponer de nuestro cuerpo con una libertad absoluta, porque eso puede generar un daño a terceros. Los límites que establece cualquier marco jurídico son respecto del cuerpo, acá se ha instalado un dogma de que el cuerpo es totalmente libre y que cualquiera tiene derecho a disponer de él como quiera, eso es cierto en tanto el uso del cuerpo no vulnere derechos de terceros. La gran disputa entonces es si el niño por nacer es un ser humano o no; si es un ser humano es un sujeto de derecho, con lo cual la mujer no tendría derecho de disponer de su cuerpo para terminar con la vida de ese sujeto. Esa discusión ha sido ampliamente superada por la ciencia, que indica prácticamente con nula disparidad de criterios que la vida humana empieza desde la concepción. Entonces no podemos decir como Luis Novaresio que la vida empieza desde la semana 12, o que la vida y la muerte son construcciones culturales, hay que tener cuidado con estos paradigmas anticientíficos que pueden estar ligados con la lógica que llevo a cosificar y deshumanizar a grupos racionales y étnicos, como el caso Nazi.

¿El aborto podría considerarse entonces como una práctica genocida?

Es una práctica que se asemeja mucho a lo que puede ser un genocidio, en la medida en que hay una eliminación sistemática y generalizada de un grupo específicamente humano por razones particulares, en este caso la razón es que no ha nacido todavía ese ser humano.

¿Y qué pasa con la Interrupción Legal del Embarazo, en los casos de niñas víctimas de abuso sexual?

En primer término, no es "legal" es "no punitivo" y aclaro esto porque hay un problema terminológico que se use con fines propagandísticos y la gente generalmente repite que en ciertos casos hay un "aborto legal", y no es así, es un "aborto no punitivo" que no es lo mismo, porque si el aborto fuese legal estaría legalizado, pero es parte de la campaña abortista hacer creer que el aborto está legalizado para ciertos casos. Igualmente yo no creo que la dignidad de una persona humana esté en función de quien fue su padre, la dignidad del ser humano depende de su condición de ser humano, y no de quienes lo concibieron. Desde luego que una violación es uno de los crímenes más atroces que tiene que ser penado con la mayor rigurosidad y la víctima debe ser asistida con el mayor cuidado por parte del estado, que de por sí ya ha fallado en cuidar a esa mujer, porque la función del estado no es darnos abortos, sino darnos seguridad. Sin embargo los sectores abortistas están planteando la cuestión del aborto en caso de violación como si se tratara de una solución a un problema, y en realidad no lo es, el aborto no borra una violación, el aborto no soluciona nada, una injusticia no se repara con otra injusticia. A mi juicio estos sectores están distrayendo al estado en el cumplimiento de su función, dándole una salida elegante, se hace un aborto y todos nos olvidamos de lo que pasó, porque seamos sinceros, qué medio sigue investigando el esclarecimiento de la violación, por ejemplo, de la niña de Jujuy o de Tucumán. Nadie. Entonces creo que un aborto puede ser hasta contraproducente para las mujeres en lo que hace a su seguridad y el respaldo de parte del estado.

¿A partir de esta postura, qué solución propone para evitar un aborto?

El inicio de la solución es considerar que el problema es que hay situaciones familiares, en las cuales se están produciendo violaciones y que es necesario pensar políticas de prevención. Generalmente los casos de violación de menores se dan en familias donde el padre biológico esta ausente y los niños caen bajo las garras de un padrastro. Estos datos nadie los tiene, no hay estudios al respecto, entonces es necesario hacer un estudio sociológicos y politológico claro, empírico sobre las causas de las violaciones y sobre los factores sociales que inciden en esos casos para que el estado las ataque, sino no podemos avanzar. Además debe haber un endurecimiento contundente contra los violadores, ya sea prisión efectiva, castración química, u otras políticas preventivas mucho más viables que un aborto.

¿Cómo ve la intervención de la iglesia católica y demás sectores religiosos en estas cuestiones?

Veo una iglesia evangélica muy organizada en el sentido de que ha tomado conciencia de que es necesario hacer algo, creo que han tomado conciencia política y que no está dispuesta, en términos generales, a acordar con la partidocracia tradicional y va a empezar a hacer todo lo posible para empezar a poner gente propia en el área política, lo cual celebro. Aclaro que no soy evangélico, pero conozco a mucha gente dentro de esa iglesia. Y por el contrario, la iglesia Católica que es supuestamente mayoritaria en Argentina, actúa de manera tan heterogénea, tan desorganizada, tan inorgánica, que parece ser minoría. Hay un gran problema de conducción de las jerarquías eclesiásticas que no tienen demasiadas agallas para salir a la palestra. Hay ciertos laicos que desde la iglesia católica están haciendo muchísimo y yo lo celebro, pero en términos generales, el clero, ha procurado meterse lo menos posible en estos temas.

¿Cómo toma el repudio de los sectores feministas en la provincia de Salta que se organizaron para impedir el desarrollo de su charla en esa provincia?

Esto pasa siempre. Sé que en Salta se está programando un escrache para mañana (por hoy) y nosotros ya estamos acostumbrados. Pero lo que más preocupa es la cuestión de fondo y es que la ideología de género se está planteando como un dogma y los dogmas no se pueden discutir. La ideología de género ha sido legislada política, social y jurídicamente sin que nadie la haya debatido en Argentina, se decidió y se aplica a nuestras espaldas, entonces cuando hay grupos minoritarios que empiezan a levantar su voz y a dar ciertas críticas sobre estos dogmas, reaccionan con violencia. No entienden que el dialogo es el fundamento de la democracia, en el fondo estos grupos son autoritarios, les molesta que ejerzamos nuestro derecho a la libre expresión y que digamos cosas con las que ellos no acuerdan. Hay una incapacidad para el diálogo y este tipo de actitudes violentas lo dejan en evidencia.