-¿Cómo surgió la idea de ser árbitro de fútbol?
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-¿Cómo surgió la idea de ser árbitro de fútbol?
-Ejerciendo mi profesión y trabajando en ese entonces en la Secretaría de Deportes de la Provincia, se organizó un torneo de fútbol infantil. Estuve en contacto con los árbitros y planilleros del campeonato. Me llamó la atención. Empecé a interiorizarme sobre qué hacen, a qué hora y en qué lugar entrenaban, y otros cuestiones. Siempre me gustó este deporte, ya que lo jugué y lo sigo jugando en otra categoría, además de enseñarlo en los colegios.
-Y estamos hablando de hace 10 años atrás donde no existía el furor del fútbol femenino actual.
-Exacto. Existía el fútbol femenino, pero estaba relegado y todo era muy incipiente. En Palpalá, Perico y El Carmen había torneos, pero no como ahora que los clubes tienen equipos en Primera División y Reserva a partir de este año.
-Y seguro fue un desafío personal incursionar de esta manera.
-En realidad, para las cuatro que nos animamos fue un desafío. Anteriormente habían pasado otras chicas por la Liga Jujeña de Fútbol (NdR: Aydeé Ruiz, Mirta Mamaní), pero el fútbol se desarrolla en un ámbito demasiado machista, más allá que el deporte es para todos. Culturalmente está practicado y dirigido por varones, entonces cuesta entrar. Y encima dirigiendo partidos de hombres. Comenzamos desde cero y mucho tiempo después de entrenar y estar en clases, nos dieron los partidos de inferiores. Luego empezamos a ser asistentes de Reserva y de Primera.
-¿En cuál partido debutaste?
-Años después, el profesor Jaljal me dio la posibilidad de dirigir la Primera y creo que fue El Cruce vs Palermo, un domingo a la mañana. Dirigí tres encuentros más y seguimos luchando, pero ahora no tanto. Las puertas están un poco más abiertas. Y si bien no tenemos las mismas posibilidades que los varones, no hay que equivocarse. Siempre estamos siendo evaluadas.
-Precisamente, un referí siempre está en el ojo de la tormenta y para la mujer debe ser doble la tensión que siente.
-De por sí, el arbitraje siempre es polémico. Nunca se conforma a todos. A mis colegas también los insultan y les dicen un montón de cosas. Pero se le agrega: "andá a lavar lo platos", "qué hacés una cancha de fútbol", "andá a cocinar". Con conocimiento, carácter y presencia se puede desarrollar nuestra labor.
-¿Son tres aspectos claves, pero tal vez el que más resalta es tener carácter?
-Para todos, pero como mujeres más aún. Demostrar que si estás allí, dirigiendo, es porque estudiaste, te preparaste y trabajaste. Que nos podemos equivocar, es verdad. Tanto varones como mujeres. No hay diferencias.
-En los últimos tiempos hubo una apertura en la Liga Jujeña en cuanto a los arbitrajes e inclusive se realizó una importante capacitación el fin de semana...
-Es así. Vino gente de la Aiafa a capacitarnos a los árbitros de Jujuy y de otras provincias. El presidente de Colegio, César Román, me buscó porque quieren potenciar la rama femenina y darle empuje a todo el referato en general. Es saludable que se piense así. El curso realizado estuvo muy bueno.
-¿Cuántas chicas entrenan en la Escuela?
-Seremos unas quince y es un buen número. Años anteriores, incluso, llegamos a ser dos en forma activa. Espero que se sigan sumando y continuar ascendiendo o progresando, que nos sigan abriendo las puertas. Queremos demostrar que podemos arbitrar cualquier partido.
-Además ustedes tienen otras responsabilidades.
-Al principio, a los mujeres no se les daban partidos como protegiéndolas de insultos. Era como decir: "cómo vamos a permitir que las insulten si puede ser mi mamá, hermana o esposa". Querían evitarlo. Pero, nosotras al igual que los colegas varones, nos preparamos para hacer nuestro trabajo.
-Y en las categorías formativas, los árbitros en general hacen docencia, pero ¿el mensaje de ustedes creés que llega más a los chicos?
-Es otro toque y es la clave. Los chicos están más acostumbrados a las mamás y tenemos otra forma de expresarnos. Es una manera diferente de explicarles las cosas: cómo hacer un lateral, cómo esperar un orden para poner el balón en movimiento, organizar la barrera.
“Nos llevan ventajas”
CON EL TRIBUNO / LA REFERÍ HABLÓ DE TODO UN POCO.
Burgos, al ser consultada cuál era la diferencia entre el fútbol masculino y femenino, explicó que “los chicos jugaron desde siempre al fútbol. A los dos añitos ya tienen una pelota. Las nenas, sólo una que otra. A muchos padres les cuesta entender que a su hija le gusta este deporte y quiere practicarlo como cualquier otro. Entonces, no tienen la ropa o el pago para ir a una escuelita de fútbol, que por cierto no hay en las categorías semillitas. Todo suma a que llegando a la Reserva o a la Primera, las mujeres no tengan las condiciones técnicas ni tácticos que los muchachos. Al no tener el sistema de aprendizaje previo, nos están llevando una ventaja de 15 años de aprendizaje. Se lo ve dentro de la cancha”. Y en cuanto a la organización, indicó que “ellas deben mejorar en manejar los tiempos. Por ejemplo, si el partido es a las 9 y a las 9 recién están llegando a la cancha. Si desde las divisiones, como sucede con los varones, se dice que el encuentro arranca a las 9, mínimamente saben que a los 8.30 deben estar en la cancha. Desde chiquito se va creando cultura. Como las chicas no tuvieron "cantera", al llegar en el horario del inicio se pierde tiempo al cambiarse, llenar planilla, en los movimientos precompetitivos y se arranca tarde. No está bien”.
Su sueño inmediato
Sobre su sueño inmediato, la referí liguista fue contundente. “Hace poco volví me encontrar con "Profes" Espósito y Crespi, quienes resaltaron mis condiciones. Para ser árbitro nacional se necesita una edad y yo ya no puedo. Se pasó mi tiempo. Lo máximo que puedo aspirar es ser la mejor del NOA, pero mi principal desafío es dejar huella. Progresar en lo mío es el desafío, pero quiero dejar huella para que a las chicas que vienen no les cueste tanto y sepan cómo es el trabajo. Y arranquen el camino desde jóvenes para poder llegar lejos”, declaró convencida.
Agregó que “todo lo que pueda brindar lo haré. También sé que debo seguir aprendiendo muchas cosas. Siempre se tiene que progresar. Hay que preguntar, evacuar dudas, ver internet. No todas nacieron para ser árbitros y por más que tengan el mayor respaldo posible, si no tiene esa "pasta" para dirigir, no se podrá. Es fundamental acompañar, pero también prepararse a full”.
Finalmente, sobre qué sensación le produce que en los últimos tiempos los árbitros sean tan cuestionados, Burgos manifestó que “vivimos en una sociedad muy violenta. La sociedad cambió mucho. No hay tolerancia ni paciencia. El árbitro es una persona y se equivoca. La violencia social se agrava o potencia en las canchas de fútbol. Entonces, hay que bajar un cambio. También está el hecho que buscando más dinamismo en el juego, muchas veces se dejar seguir y el partido termina yéndose de las manos. Tener un equilibrio justo es clave para "pitar" en el momento justo sin estar parando permanentemente el juego”.