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Cristina le puso más presión a Mauricio Macri

Domingo, 19 de mayo de 2019 01:02

Cristina Kirchner provocó ayer un terremoto político al comunicar que secundará a Alberto Fernández en la disputa por el sillón de Rivadavia. La decisión de la expresidenta tiene impactos múltiples en todos los candidatos, pero sobre todo en Mauricio Macri, a quien propios y extraños le vienen pidiendo que decline su intento reeleccionista o que habilite la posibilidad de una interna contra los radicales.
¿Alberto Fernández es Cristina? La respuesta es no, ya que es más moderado, está más lejos de la imagen populista y su pensamiento económico está más ligado a la centroderecha, pero su falta de capital político propio y de peso territorial lo transforman en estos momentos en un espejo de la expresidenta. Hoy por hoy, cuesta imaginar un proyecto político “albertista” realmente independiente del kirchnerismo.
El de Cristina es un renunciamiento a medias, ya que a diferencia de lo que ocurrió con Daniel Scioli en 2015, ahora estará su nombre en la boleta intentando garantizar el traspaso total de su popularidad hacia su delfín. La pregunta que surge ahora es cuántos votos nuevos podrá sumarle Fernández a los que iba a cosechar la exjefa de Estado si se presentaba encabezando la propuesta. El caudal electoral de esta fórmula, de neto corte kirchnerista, puede crecer sobre todo por el eventual ingreso de dirigentes de peso, como podría ser el de Sergio Massa, quien ayer ratificó su candidatura por Alternativa Federal.
El exintendente de Tigre viene coqueteando hace tiempo con Unidad Ciudadana e incluso se ilusionaba con que Cristina no sería candidata, lo que podría abrirle las puertas a él para quedarse con una parte de ese electorado, pero el hecho de que la exmandataria esté como vicepresidenta le cierra definitivamente las puertas a esa hipótesis. Una eventual candidatura de Massa a gobernador de la provincia de Buenos Aires le daría la oportunidad a Fernández de imponerse, incluso, en una primera vuelta.
Massa tendrá que tomar rápidamente una definición o podría quedar nuevamente en un opaco y cómodo tercer lugar, lo que podría ser devastador para su futuro político inmediato. Lo que haga el tigrense también será determinante para la ya casi segura postulación de Roberto Lavagna, quien se niega a participar de una Paso contra Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey. ¿El exministro de Economía replanteará ahora esa decisión o lo que se replanteará serán directamente esas internas? Sin dudas, Alternativa Federal vive horas de definiciones cruciales.

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Cristina Kirchner provocó ayer un terremoto político al comunicar que secundará a Alberto Fernández en la disputa por el sillón de Rivadavia. La decisión de la expresidenta tiene impactos múltiples en todos los candidatos, pero sobre todo en Mauricio Macri, a quien propios y extraños le vienen pidiendo que decline su intento reeleccionista o que habilite la posibilidad de una interna contra los radicales.
¿Alberto Fernández es Cristina? La respuesta es no, ya que es más moderado, está más lejos de la imagen populista y su pensamiento económico está más ligado a la centroderecha, pero su falta de capital político propio y de peso territorial lo transforman en estos momentos en un espejo de la expresidenta. Hoy por hoy, cuesta imaginar un proyecto político “albertista” realmente independiente del kirchnerismo.
El de Cristina es un renunciamiento a medias, ya que a diferencia de lo que ocurrió con Daniel Scioli en 2015, ahora estará su nombre en la boleta intentando garantizar el traspaso total de su popularidad hacia su delfín. La pregunta que surge ahora es cuántos votos nuevos podrá sumarle Fernández a los que iba a cosechar la exjefa de Estado si se presentaba encabezando la propuesta. El caudal electoral de esta fórmula, de neto corte kirchnerista, puede crecer sobre todo por el eventual ingreso de dirigentes de peso, como podría ser el de Sergio Massa, quien ayer ratificó su candidatura por Alternativa Federal.
El exintendente de Tigre viene coqueteando hace tiempo con Unidad Ciudadana e incluso se ilusionaba con que Cristina no sería candidata, lo que podría abrirle las puertas a él para quedarse con una parte de ese electorado, pero el hecho de que la exmandataria esté como vicepresidenta le cierra definitivamente las puertas a esa hipótesis. Una eventual candidatura de Massa a gobernador de la provincia de Buenos Aires le daría la oportunidad a Fernández de imponerse, incluso, en una primera vuelta.
Massa tendrá que tomar rápidamente una definición o podría quedar nuevamente en un opaco y cómodo tercer lugar, lo que podría ser devastador para su futuro político inmediato. Lo que haga el tigrense también será determinante para la ya casi segura postulación de Roberto Lavagna, quien se niega a participar de una Paso contra Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey. ¿El exministro de Economía replanteará ahora esa decisión o lo que se replanteará serán directamente esas internas? Sin dudas, Alternativa Federal vive horas de definiciones cruciales.

Cambiemos

En el Gobierno reinaba ayer la sorpresa por el anuncio de Cristina pero también se respiraba un aire de cierto optimismo por el cambio de ciento ochenta grados en el panorama político actual, que venía siendo estrepitoso para Mauricio Macri en materia de imagen pública. “Alberto Fernández fue elegido a dedo por Cristina y es parte de la decadencia que significó el kirchnerismo. La batalla de fondo sigue siendo Mauricio - Cristina y nada cambiará eso”, aseguró anoche a El Tribuno una alta fuente oficial que pidió reserva de su identidad. 
Pese a haber detenido momentáneamente su caída en los sondeos y de haberse desacelerado un poco la inflación en abril, Macri atraviesa su momento de mayor fragilidad política desde que asumió el sillón de Rivadavia. Ocurre que las presiones para que el jefe de Estado baje su postulación ya no sólo se escuchan en banqueros e integrantes del “círculo rojo”, sino también en el seno de la alianza gobernante. Tras el cuasi renunciamiento de Cristina, Macri podría tener ahora un argumento más sólido para delegar su candidatura en María Eugenia Vidal u Horacio Rodríguez Larreta, ya que podría ampararse en la necesidad de minimizar la grieta sin ninguno de sus exponentes encabezando una fórmula. De todos modos, eso sería cierto parcialmente ya que la expresidenta figuraría en las boletas y Macri no.
Las declaraciones del presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, no fueron para nada inocentes cuando aseguró esta semana que “no hay que descartar” que Macri no sea candidato y que hay que abrir Cambiemos a dirigentes como Lavagna, Massa o Lousteau. Según pudo averiguar El Tribuno, en el Gobierno interpretaron las palabras del gobernador mendocino como una “mojada de oreja” para negociar con Macri mayores espacios de poder en las listas. “Los radicales van a ratificar su pertenencia a Cambiemos pero reclaman más poder de decisión de la que tuvieron hasta ahora. Amenazando con otro candidato o con abandonar el frente le hacen mucho mal a Mauricio”, agregó el informante.
¿Por qué los gobernadores de la UCR que hasta hace poco avalaban irrestrictamente al presidente hoy lo cuestionan públicamente? Hay varios aspectos que pueden explicar ese cambio de rumbo.
El primero de ellos es que tanto Gerardo Morales como Cornejo -dos de los principales dirigentes nacionales del radicalismo- deben enfrentar elecciones en sus provincias el 9 de junio y la imagen de Macri no los ayuda en absoluto en su búsqueda de votos. En segundo lugar, porque los popes radicales perdieron mucho poder territorial representando a Cambiemos y no quieren que eso se siga profundizando en otros distritos, como ocurrió la semana pasada en la capital cordobesa. Y el tercer motivo es que el radicalismo no abandonó su expectativa de poner al vicepresidente de Macri o Vidal y sabe que el temor a un quiebre de Cambiemos los posiciona de otra manera ante el laboratorio político de Marcos Peña y Jaime Durán Barba.