La circulación de fotografías históricas de la inauguración del Monumento a los Héroes de la Independencia en Humahuaca, permitió recordar detalles sobre su gestación y significado. Justamente en momentos en que es admirado por una inmensa cantidad de turistas.
inicia sesión o regístrate.
La circulación de fotografías históricas de la inauguración del Monumento a los Héroes de la Independencia en Humahuaca, permitió recordar detalles sobre su gestación y significado. Justamente en momentos en que es admirado por una inmensa cantidad de turistas.
La publicación “Cien Años de Turismo Argentino” destaca que fue inaugurado el 23 de agosto de 1950, en coincidencia con la conmemoración de la gesta del Éxodo Jujeño, durante el gobierno de Juan Domingo Perón.
La obra fue impulsada por el entonces gobernador de Tucumán, el federalista Ernesto Padilla (1873 -1951), quien promovió el proyecto en el Congreso de la Nación.
En 1925 se presentó en el Congreso el proyecto de levantar en Humahuaca el monumento nacional a la Independencia, y su fundamento se centró en que fue el lugar donde más se combatió en defensa de la Nación, con un total de 14 batallas combatidas por los gauchos y nativos. Fue aprobado por unanimidad.
Como consecuencia, se realizó un concurso de proyectos donde el ganador fue Ernesto Soto Avedaño (1886-1969), artista bonaerense. Su construcción empezó en 1933.
Fue emplazada donde originalmente se encontraba la torre de Santa Bárbara, que fue corrida unos 50 metros a su izquierda. El monumento se dividió en cuatro artes. La principal con el grupo escultórico de 9 metros de alto, que representa al aborigen Socompa, quien se dice fue el que transmitió la noticia de libertad; sin embargo muchos aseguran que la figura correspondería a Diego Viltipoco, cacique que ayudó a Belgrano en la lucha. En la escultura, se vislumbran tres imágenes que representan, a los grupos originarios, a los gauchos y finalmente una imagen que muestra la batalla que libraron los nativos, junto a los gauchos, en contra de los realistas.
La obra es antecedida por una magnífica escalinata de unos 103 escalones, desde la cual se pueden ver de frente la obra y también la torre de Santa Bárbara.