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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Nuestro destino, conocer los misterios de la laguna de Leandro

Recorrimos localidades de Humahuaca, maravillados por la belleza que ofrecen los paisajes de Cianzo, Aparzo y Chorcán.

Domingo, 19 de enero de 2020 13:59

Quisimos salir de las rutas tradicionales de la Quebrada para adentrarnos a otros parajes igualmente bellos de nuestra geografía jujeña.

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Quisimos salir de las rutas tradicionales de la Quebrada para adentrarnos a otros parajes igualmente bellos de nuestra geografía jujeña.

Hicimos base en la ciudad de Humahuaca, cabecera del departamento homónimo - que dista 128km de San Salvador de Jujuy- y obviando la típica visita al cerro de los 14 colores, tomamos otro rumbo.

Es así, la misma ruta 73 que nos lleva al Hornocal es la que tomamos pero en lugar de entrar hacia el mirador, pasamos de largo hasta arribar a Cianzo, de belleza sin igual que se encuentra a unos 38 kilómetros de distancia de la ciudad de Humahuaca. Quisimos quedarnos a conocer y disfrutar de este oasis en medio de los agrestes cerros pero la premura y el tiempo que nos faltaba por llegar a la meta fijada de antemano, nos lo impedían.

Eso sí, quedó claro que nuestro próximo destino, ciertamente era Cianzo. Esta belleza geográfica colorida, que se halla a una altura de alrededor de 3.700 metros sobre el nivel del mar y de unas pocas viviendas, no podía quedar en el olvido.

 

Aparzo

Pensando en que habíamos perdido rumbo cuando entramos a Cianzo, nos bajamos a preguntar si estábamos en el camino correcto. Porque nos aventuramos, sin contar que el GPS en ciertos lugares no capta señal.

El viento un poco frío, nos envolvía travieso, nos empujaba y se metía entre las prendas y por ratos se detenía y todo el sol de la Quebrada caía sobre nuestras cabezas para brindarnos su calor. Tuvimos la precaución de llevar abrigo, y de ponernos protector solar, por aunque ésta era nuestra primera salida por estos lares, es sabido que a mayor altura los rayos solares son más castigadores con nuestra piel.

También, sufrimos la altura. Un poco acelerados los pulsos, "apunados", pero ya veníamos advertidos y preparados desde nuestra salida; con un poco de agua de coca en nuestras botellitas, y los que ya tienen su costumbre con el "acusi" cargado en el buche.

Conocimos la capilla, que según cuentan es la más antigua de Humahuaca, lo notamos por el estilo de construcción, hasta incluso aún conserva sus campanas de bronce.

En charla con un amable vecino, nos puso en contacto con un joven que como todos del lugar, conoce palmo a palmo la geografía de la Quebrada, así que con nuestro guía a bordo continuamos el rumbo.

 

Chorcán

Saliendo de Aparzo, tomamos un desvío a Chorcán, ubicada a 56 kilómetros de la ciudad de Humahuaca, y a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Lo particular de esta localidad es que se población está dispersa, hay viviendas muy distanciadas unas de otras. Allí nos debimos abrigar un poco más, por su clima frío y seco. Nuestro guía nos contó que además de Leandro también existe otra laguna también interesante para conocer, llamada El Queñual; y nosotros presurosos tomando nota para seguir sumando lugares a conocer.

También nos comentaba que en esta época es cuando las lluvias generan un cambio radical en su paisaje; como nosotros vimos abundante vegetación, no nos habíamos extrañado, pero luego nos imaginamos cómo han de ser estos parajes en días de crudo invierno.

 

Laguna de Leandro

Misión cumplida Llegamos a destino!. Ubicada a más de 4 mil msnm y declarada Monumento Natural Nacional y Provincial en 1985, para llegar a la Laguna de Leandro, hicimos aproximadamente 8 kilómetros desde Chorcán, pudimos acceder con el vehículo porque el camino es de ripio.

Nuestra idea principal era descubrir el misterio detrás de la leyenda, que cuenta sobre un tesoro que los emisarios del Inca habían arrojado a sus aguas para evitar que los enemigos españoles se apoderaran de él; y que un runa de nombre Leandro, al enterarse de ello quiso desagotar la laguna para hallar el oro, su ambición fue tal que le apareció la figura de un toro dorado que bramaba fuerte y largaba centellas por los ojos; este ser lo atrajo hacia las profundidades y el runa desapareció.

Pero lejos de desentrañar este misterio y la posible existencia de un tesoro oculto, nuestro espíritu estaba embelesado preferimos disfrutar.

Quedamos enamorados de su paisaje con sus erosiones, rocas, los cerros enmarcando el agua que refleja el cielo azul de la tarde. Vimos además aves autóctonas alimentándose en sus orillas o sobrevolando nuestras cabezas, y alguna que otra vicuña manteniéndose a la distancia.

Y nosotros, enredados en el viento frío recorriendo con la mirada el espacio, grabando en nuestra retina esta infinita belleza. Respirando profundo, aunque cueste un poco, pero felices con el alma henchida por esta experiencia. Una lágrima de emoción recorre nuestras caras, y el guía se sorprende pero no pregunta. Sabe del orgullo que los jujeños sentimos por nuestra tierra, por cada uno de sus rincones.

Y reímos, y agradecemos por esta bendición que la naturaleza nos ha regalado.

 

¿Lo sabias?

En Chorcán fue filmada “Verónico Cruz: La deuda interna” basada en una novela de Fortunato Ramos. Fue protagonizada por Juan José Camero y Gonzalo Morales; dirigida por Miguel Pereira. Se estrenó en 1988 y ganó diversos premios como el del Festival de Berlín.

Un maestro rural establece amistad con los habitantes de Chorcán. En esas circunstancias, estalla la Guerra de Malvinas y uno de sus alumnos, Verónico Cruz, es convocado. Forma de la tripulación del ARA “General Belgrano”, hundido el 2 de mayo de 1982.