La morada final de Roxana Mazala fue realmente en un escenario muy apenado, donde los vecinos, amigos, familiares expresaron su dolor en la triste despedida, de la joven madre periqueña, que fuera asesinada por su marido el pasado martes, luego este hombre se quitó la vida en la misma vivienda. Fue la segunda víctima de femicidio que se registro en la provincia en la última semana.
inicia sesión o regístrate.
La morada final de Roxana Mazala fue realmente en un escenario muy apenado, donde los vecinos, amigos, familiares expresaron su dolor en la triste despedida, de la joven madre periqueña, que fuera asesinada por su marido el pasado martes, luego este hombre se quitó la vida en la misma vivienda. Fue la segunda víctima de femicidio que se registro en la provincia en la última semana.
Cerca de las once de la mañana, se llevó a cabo la inhumación de los restos de Roxana Mazala, quien con 31 años fue víctima de un violento hecho, donde el femicida fue su propio pareja, que la asesino en su propia casa ubicada en la calle Día Grande de Jujuy del barrio Éxodo Jujeño de Perico, acción que enluto a todo Perico. .
El cuerpo de Roxana María, fue velado en su domicilio, donde cientos de vecinos acudieron a despedirla, fue similar la situación vivida en el cementerio de la ciudad, ya que los vecinos acompañaron a la pompa fúnebre que trasladaba sus restos hasta el lugar del entierro.
La despedida fue muy sentida, el dolor y la impotencia era elocuente en los presentes, donde el padre German Maccagno fue el encargado de dar la bendición y pedir por su descaso eterno, en esa despedida se escuchaban murmullos, llantos, palabras de dolor como “no puedo creer aun, esto no pudo haber pasado” de parte de la familia, que no encuentran lógica a toda esta locura que les tocó vivir esta semana.
Amigas del barrio, familiares y hasta gente de la organización social “Rama Rural Jujuy” donde ella pertenecía, acompañaron en el difícil momento, en una jornada que fue calurosa, agobiante y aunque el sol penetraba las flores para marchitarlas de calor, para los presentes era un día negro, cargado de pesadumbre.
Roxana María Mazala tenía 31 años, madre de tres niños de 13, 7 y 4 años de edad, que ahora quedaran a cargo de los familiares. Ella era una trabajadora rural, una luchadora social y además emprendedora, ya que en las noches, en los momentos libres y para paliar la difícil situación económica, hacia comida para vender en el barrio y poder generar dinero extra para su casa, hoy sus virtudes y su perseverancia, serán siempre recordadas por la comunidad.