Niños, docentes y padres, de la Escuela Primaria Nº 338, de la localidad de El Piquete, unieron manos y voluntades para que las fechas conmemorativas cobren vigencia pese a este tiempo de pandemia. Una de ellas tiene que ver con el natalicio del doctor Carlos Alberto Alvarado. Al cumplirse el 116º aniversario, la comunidad educativa, de manera especial, los niños de séptimo grado, pusieron de manifiesto su talento y creatividad para honrar la memoria del ilustre galeno, cuyo nombre ostenta con orgullo la escuela rural ubicada en el departamento Santa Bárbara.
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Niños, docentes y padres, de la Escuela Primaria Nº 338, de la localidad de El Piquete, unieron manos y voluntades para que las fechas conmemorativas cobren vigencia pese a este tiempo de pandemia. Una de ellas tiene que ver con el natalicio del doctor Carlos Alberto Alvarado. Al cumplirse el 116º aniversario, la comunidad educativa, de manera especial, los niños de séptimo grado, pusieron de manifiesto su talento y creatividad para honrar la memoria del ilustre galeno, cuyo nombre ostenta con orgullo la escuela rural ubicada en el departamento Santa Bárbara.
Los docentes a cargo del acto, Graciela Correa y Sergio Gutiérrez, trabajaron, con modalidad virtual, los distintos saberes relacionados a la figura señera del médico que luchó y erradicó la malaria de nuestro país. Así, entre otros contenidos, se trabajó la biografía, poniendo acento en sus logros en materia sanitaria y sus investigaciones. También, se investigó sobre las enfermedades que tienen su origen en la reproducción de los mosquitos y la puesta en marcha del Plan de Salud, que dio origen a la figura del agente sanitario y la Atención Primaria de la Salud (APS).
Las producciones que realizaron los niños de séptimo grado fueron editadas por los docentes, dando lugar a importantes audiovisuales del acto aniversario del natalicio del insigne médico. El mismo se inició con la lectura y reseña de la vida y obra de Alvarado realizadas por los niños. A su vez Nicolás Joaquín Villavicencio leyó el texto de una carta de la "Promo 2020", dirigida a la institución y el broche final fue la copla que el niño César Figueroa González dedicó al ilustre médico jujeño.
Cabe destacar que, para su investigación y concientización sobre el dengue y otras enfermedades relacionadas con el mosquito, los niños acudieron al centro de salud de la localidad.
El doctor Carlos Alberto Alvarado fue una de las más grandes personalidades de la medicina mundial, vencedor del paludismo endémico del Noroeste Argentino y artífice del Plan de Salud Rural. Había nacido en San Salvador de Jujuy el 4 de noviembre de 1904. En 1923, ingresó a la Universidad de Buenos Aires y egresó en 1928 con el título de doctor en Medicina. Las primeras actuaciones profesionales las realizó en Tilcara, donde fue director fundador del Hospital de Beneficencia "Plácida Cari". En 1929, la Universidad de Buenos Aires y el Gobierno de Jujuy lo becaron para un curso de Paludismo en Italia.
Se trasladó a Londres donde logró el diploma de Doctor en Medicina Tropical e Higiene. En 1930 regresó a Jujuy e instaló su consultorio donde practicó medicina general. En 1931, fue designado médico de la Defensa Antipalúdica del Departamento Nacional de Higiene. Entre 1932 y 1933, con motivo de una epidemia de fiebre amarilla selvática en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, fue nombrado jefe de Profilaxis de la Fiebre Amarilla y organizó en la frontera norte, los servicios de la lucha contra el Aedes Aegypti, transmisor de la enfermedad.
Precedido por el éxito de su campaña contra la fiebre amarilla, regresó a San Salvador de Jujuy, y se le confió la Dirección Regional de Paludismo de Jujuy. Durante los dos años siguientes se dedicó tesoneramente al estudio de la endemia palúdica. De sus experiencias, obtuvo el método de lucha antimalárica a la que llamó "profilaxis específica", denominada también Plan Alvarado, que se constituyó en la base de la organización antimalárica en el país hasta que llegó el DDT, siglas de dicloro-difenil-tricloroetano.
El 26 de abril de 1937, el Poder Ejecutivo de la Nación creó la Dirección General de Paludismo y fijó lugar de residencia en San Miguel de Tucumán. Alvarado fue designado al frente y se hizo cargo el 27 de junio de ese año. En 1955, la Oficina Sanitaria Panamericana lo designó como asesor de los distintos países del continente y el 27 del febrero de ese año, asumió ese cargo en México. En marzo de 1957, pasó a la oficina central en Washington.
En 1959, fue designado jefe de la Sección Erradicación de la Malaria de la Organización Mundial de la Salud, con sede en Ginebra, Suiza, donde trabajó hasta 1964. El 16 de agosto de 1966, asumió como ministro de Salud Pública de Jujuy y el 6 de octubre anunció el Plan de Salud Rural. En 1980 y abatido físicamente por la hemiplejia, el prestigioso médico debió alejarse de toda actividad científica. El 28 de diciembre de 1986, la provincia perdió a una de las figuras más notorias de los últimos años. Tenía 82 años de edad. Por su lucha contra el paludismo y su contribución a la medicina sanitaria argentina mereció la admiración y el respeto del mundo.