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Situación fiscal y estructura tributaria

Miércoles, 30 de diciembre de 2020 01:02

(Segunda parte)

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(Segunda parte)

En relación al año 2021 todo indica que se va a continuar con esta emisión para cubrir este tipo de esquema que tienen los bancos, no los ciudadanos de a pie, lo que tendría que ser diferente. La emisión monetaria y el déficit fiscal no son en sí mismo un pecado mortal, porque hay experiencia en la historia económica mundial donde con déficit que se derive o se canalice a la producción de bienes y al consumo de la población no es un problema que exista ese tipo de déficit fiscal, mientras no pase un determinado nivel. Por lo tanto, aquí el problema es que se ha emitido esta astronómica cantidad de dinero para cubrir algo que tiene que ver con el predominio de la especulación financiera en el sistema económico argentino.

Por otro lado, la pregunta en relación al tipo de estructura tributaria, respecto a qué impuestos se pueden bajar y qué impuestos se tienen que subir, en el diálogo que tuvo el ministro Guzmán con Paolo Rocca, este se quejó por la presión tributaria en la Argentina. Sin embargo, el último informe de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) ubica a la Argentina en el lugar número 42, en cuanto a presión tributaria relacionada al producto bruto interno, y el lugar que le asigna la Ocde a la Argentina en relación al impuesto a la renta y las ganancias es el numero 79.

Esto es el resultado de que la estructura tributaria argentina se basa en el impuesto al consumo. Entonces, tenemos una situación donde prácticamente el 41 % de lo que se recauda todos los meses proviene del impuesto al consumo, particularmente el IVA, de los impuestos internos al consumo de bienes, como el consumo masivo de combustible, cigarrillos, bebidas y otros impuestos internos. Otra parte importante es el impuesto a la mal llamada ganancia que se les saca a los trabajadores y jubilados. Y una parte diferente de la recaudación es lo que se recauda por aportes y contribuciones a la Seguridad Social que no se suma al Tesoro.

Es decir, de la recaudación neta el 41 % proviene de impuesto al consumo de la población, esto no es así en los países centrales. Allí la estructura tributaria se basa en el impuesto a la renta, a las ganancias, a las propiedades, a la herencia y no al consumo. Si se hace un estudio comparado de la estructura tributaria nos encontramos con que somos un país con una estructura tributaria regresiva e injusta.

La presión tributaria en la Argentina no es tan grande sino que está aplicada negativamente sobre sectores sobre los que no debería estar aplicado, esa es la síntesis de lo que está pasando con la estructura tributaria en la Argentina. Nosotros tenemos que hacer un debate de fondo sobre quiénes son los que tienen que soportar la carga principal de los tributos nacionales y provinciales. Por ejemplo, el impuesto a los ingresos brutos, que ahora con este nuevo Pacto Fiscal se autoriza a que de alguna manera las provincias eleven el impuesto a los ingresos brutos.

Es un impuesto regresivo porque cae sobre el consumo de la población y no se hace lo mismo, por ejemplo, con aumentos por el lado del impuesto inmobiliario, que tendría que ser con categorías que vayan desde la pequeña propiedad a la gran propiedad territorial y de las casas humildes, de barrios a casas de lujo, a esas que cuestan 5, 7 o 10 millones de dólares. Es decir, aquí la estructura tributaria es lo que está en discusión. Hasta tanto no se concrete este tipo de debate de fondo no vamos a tener justicia en materia tributaria y vamos a tener la confusión de que en la Argentina se cobran demasiados impuestos en general. No es así, se cobran demasiados impuestos al consumo, a la población, pero no se cobra lo suficiente y en proporción a lo que cobran otros países en materia de ganancia, de renta, de propiedad y de herencia. Esto está en debate.

Respecto al presupuesto, en cuanto a perspectivas de inflación, creo que está dibujado. No se puede pensar como dice el presupuesto que vamos a tener el 29 % al cabo del año 2021. Como no se puede ser serio en prever que la cotización del dólar, el tipo de cambio, va a ser de 102 pesos, porque es una irrealidad. Por lo tanto, la inflación será inercial desde el punto de vista de lo que ya está sucediendo con los alimentos, como se nota en las góndolas, en las verdulerías, carnicerías, lo que está pasando con el rubro alimentos es muy importante, por lo tanto, es muy difícil que el Gobierno logre objetivos que están presupuestados en esta magnitud.

Creo que la inflación va a ser como mínimo del 35 %, 40 % o más durante el 2021. Y el tipo de cambio estará sujeto a la presión que ejercen los exportadores, más aun con un gobierno que pretende que el eje de su política económica sea exportar más, se proponen duplicar las exportaciones, lo que exigirán los exportadores es que el tipo de cambio sea superior a los 87 pesos del dólar oficial que hoy cotiza, es decir, quieren un dólar de 130, 140 pesos o más.