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"Ya no podía caminar, entré en depresión"

La joven tuvo un giro radical en su salud hasta que fue diagnosticada. Hoy busca acceder a medicación de por vida.

Miércoles, 18 de marzo de 2020 01:00

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CINTYA / LUEGO DE MESES SIN DIAGNÓSTICO RECOBRÓ FUERZAS PERO VIVE LIMITADA.

La joven de 22 años, Cintya Kot, aún transita una "hipertensión pulmonar". Es grave y desde que comenzó con síntomas desde hace más de un año, su activa vida se diluyó y le valió perder su empleo. Luego de consultar varios profesionales finalmente fue diagnosticada en el hospital "San Roque" por interconsulta. Ahora lucha por acceder a medicación y aún no logra garantías para tenerla ya que la necesita de por vida y sin ella sería fatal.

 

"No tiene obra social luego de haber perdido el trabajo y espera gestionar una pensión por discapacidad", dijo Kot.

 

Se trata de una historia en proceso de superación. Y es que Cintya Kot hasta 2018 tenía una vida muy activa, trabajaba, jugaba básquet, iba al gimnasio, andaba en moto y era muy sociable ya que le gustaba reunirse con amigas y salir.

Debido a que tenía familiares con problemas cardíacos ya se había hecho controles del corazón, por lo que ante los primeros síntomas tuvo que consultar pero no lograba diagnóstico."Tuve problemas en el trabajo a medida que iban transcurriendo los síntomas. Tenía taquicardia, agitación al caminar y un poquito más adelante ya era imposible caminar. Caminaba media cuadra y ya me cansaba y tenía que frenar, era raro", explicó.

Fue entonces que las consultas médicas se sucedieron sin resultado. Explicó que le ponían holters, un dispositivo de electrocardiografía ambulatoria, un marcapasos y no había resultados, lo que hacía que el tema quedara ahí. Luego comenzaron los desmayos y tuvo problemas en el trabajo porque debía salir al médico al no sentirse bien, y fue en marzo del 2019 que la despidieron y los síntomas se notaron más.

En principio le dijeron que era estrés y se fue a La Rioja buscando tranquilidad, pero allí le agarraron dos síncopes muy fuertes y le hicieron volver para comenzar a consultar.

En agosto del año pasado comenzaron otros síntomas, vómito y apareció la hinchazón general. "Vivo en Perico, iba al hospital, me inyectaban y me mandaban a mi casa. Todo fue empeorando. A mediados de agosto se me hincharon las piernas y no se me bajaron más, tuve 15 kilos arriba de líquido", relató.

Explicó que todo empeoraba sin lograr un diagnóstico certero pese a que recorrió una serie de médicos, y su vida activa se desmoronó por completo pese a su corta edad.

"Ya no podía caminar, esa fue la parte más dura. Entré en depresión, me ayudaban a bañarme, ya no podía hacer nada por mi cuenta, mi hermana me ayudaba", precisó.

También se frustró con un diagnóstico erróneo, un médico que con sólo mirarla le dijo que era lupus, una enfermedad autoinmunitaria crónica, y la medicó por unos días hasta la nueva consulta y en ese lapso le cayó muy mal ya que lo devolvía. Entonces la internaron, y llegó a terapia intensiva por cuatro días, le sacaron líquido del pulmón, y sangre como consecuencia de lo primero, estuvo en coronaria y volvió a sala por un mes.

Finalmente, en noviembre del año pasado fue diagnosticada. Fue un alivio pero le costó cambiar de vida, alimentación sin sal, no tomar alcohol, sólo 1,5 litro de líquido y reducidas actividades, aunque aspira a estudiar psicología si ingresa. "En síntesis no puedo hacer nada", dijo

y aún le pesa despertar agitada y no salir por temor ya que recayó cuando su médico no pudo conseguir medicación y volvió a empezar.

Ahora su lucha pasa por lograr el acceso y continuidad de la medicación, que hasta ahora logró por gestiones de su médico pero que no tiene garantías. Es que además no tiene obra social luego de haber perdido el trabajo y espera gestionar una pensión por discapacidad por ahora suspendida por el coronavirus.

Hay demora en el diagnóstico porque pasa desapercibido

Para conocer la “hipertensión pulmonar” que le cambió la vida a la joven Cintya Kot, El Tribuno de Jujuy consultó al cardiólogo especializado en el tema, Pablo Clementti, quien explicó que la enfermedad es poco frecuente, compleja y puede ser mortal sin la medicación indicada de por vida.

PABLO CLEMENTTI

“Es una de las enfermedades poco frecuentes que afecta la presión en las arterias del pulmón. Se aumentan los valores considerados normales de la presión pulmonar y esto conlleva una serie de síntomas como agitación, dolor de pecho, desmayos, síncopes, insuficiencia cardíaca porque afecta principalmente el corazón del lado derecho”, explicó Clementti. Precisó que la arteria pulmonar nace del lado del ventrículo derecho, y cuando se afecta la presión de la arteria compromete el ventrículo derecho y genera insuficiencia cardíaca derecha. Puede haber cinco tipos de hipertensión pulmonar, relacionado con distintas enfermedades o puede aparecer sola. A veces puede ser idiopática, sin ninguna causa y afecta a mujeres entre 20 y 50 años sin ningún motivo ni enfermedad que la acompañe. Hay otras patologías que pueden generar la hipertensión pulmonar, y son la insuficiencia cardíaca, enfermedades respiratorias como fibrosis pulmonar y Epoc.

También puede acompañar otras como la embolia de pulmón, cuando se tapa por un trombo; y otras inmunológicas como el lupus y la artritis reumatoidea; infecciosas como el HIV; del hígado como la insuficiencia hepática. Consideró que cuando se está frente a un paciente con esta enfermedad tiene que saber a qué grupo pertenece y de acuerdo a eso recibe un tratamiento específico, uno dirigido a la hipertensión pulmonar; u otro dirigido a los síntomas. Planteó que un paciente afectado por la hipertensión pulmonar debe diferenciar a qué grupo pertenece y de acuerdo a eso determinar un tratamiento específico, dirigido a la infección pulmonar o a los síntomas.

“La hipertensión pulmonar es una enfermedad progresiva e invalidante porque causa agitación, disnea, el paciente tiene dificultad para caminar, a veces no puede caminar cien metros o menos. Se puede estar muy limitado y solamente manejarse en su casa; puede tener episodios de pérdida del conocimiento, de dolor de pecho, y en los casos más graves llegar a un desenlace más delicado”, precisó Clementti. Entre los tipos de tratamientos puede llegar a una cirugía un trasplante cardiopulmonar o pulmonar, que implica sacar los pulmones y cambiarlos en bloque o separados. La enfermedad tiene una incidencia muy baja y el gran inconveniente es que hay una demora en el diagnóstico porque puede pasar desapercibido, porque se confunde con otras enfermedades. “En teoría en el mundo la demora en el diagnóstico de hipertensión pulmonar pueden pasar 2,5 años, hasta que alguien hace el diagnóstico. Hay un retraso por la forma solapada, por los síntomas”, precisó el cardiólogo y especialista jujeño.

El tratamiento es dinámico

Clementti ponderó que al menos ahora la hipertensión tiene tratamiento, porque hasta hace unos veinte años no había. Es que en 1995 comenzaron unos específicos.

Ahora suponen un arsenal de drogas, que las obras sociales por ley tienen la obligación de reconocerlo el 100 %. El tratamiento es dinámico, no supone sólo una droga sino combinarla con dos o tres. Es de por vida, requiere cuidados, controles cada seis meses y medicación que puede variar esquemas de tratamiento de acuerdo al paciente. Planteó que hay personas que evolucionan rápido y bien con el tratamiento, pero otras que su condición no es favorable y dificulta el trabajo porque es limitante, de caminar y trabajar, por lo que pueden conseguir un certificado de discapacidad. Destacó que la atención de la hipertensión pulmonar requiere un manejo multidisciplinario, y para eso se está planificando un centro de derivación o referencia, que en Jujuy sería el de la Clínica del Rosario para diagnóstico y tratamiento.