Soñar suele ser una buena fuente para enriquecer las ideas. Por eso quizás Fabiola Vilte e Iván Santos Vega, pensaron que "El Galpón de los Sueños" sería el nombre ideal para este proyecto que tienen juntos, como una pata importantísima de El Colectivo Teatro (grupo de producción, gestión e investigación escénica) desde el que trabajan en Jujuy desde hace algunos años.
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Soñar suele ser una buena fuente para enriquecer las ideas. Por eso quizás Fabiola Vilte e Iván Santos Vega, pensaron que "El Galpón de los Sueños" sería el nombre ideal para este proyecto que tienen juntos, como una pata importantísima de El Colectivo Teatro (grupo de producción, gestión e investigación escénica) desde el que trabajan en Jujuy desde hace algunos años.
El grupo se formó en Tucumán cuando los dos todavía estaban estudiando teatro en la facultad, allá por el 2008. Cuando volvieron a Jujuy se mantuvo el proyecto, sumando la idea de tener un espacio propio para funciones teatrales y gestión.
Por alguna razón, este proyecto mutó hacia uno más grande y completo, porque debió pensarse desde lo comunitario. El lugar que eligieron o los eligió, fue en Río Blanco en medio de varios barrios en formación y cerca de algunas escuelas.
Y esta historia la contamos en un tiempo en el que lo colectivo y el trabajo mancomunado y solidario urge, y nos pide un cambio como sociedad. El arte nunca, nunca, está exento de dar una mano al entorno.
Fabiola e Iván llevan adelante desde hace un año y medio el proyecto del El Galpón de los Sueños Espacio de Artes y Culturas. Un espacio sobre la ruta provincial Nº1, en Río Blanco, Palpalá, que fue construido para ser una fábrica de velas, después fue un boliche bailable, y finalmente llegó El Colectivo Teatro para transformarlo en un espacio cultural.
Hasta el momento, desde hace un año y medio, la propietaria del inmueble, que se interesó por el proyecto, había cedido este espacio en comodato. La situación que hoy se vive en nuestro país y el mundo, hace dificultoso continuar con ese trato. Y hoy este espacio está en peligro de desaparecer, salvo que se pueda conseguir algún apoyo o subsidio que les permita alquilar o comprar el galpón. Si no se consiguen los fondos para una de estas opciones, el proyecto deberá mudarse a otro lugar, lo que sería desalentador por todo el trabajo de ambientación que se hizo y de interacción con a comunidad.
Claro está que el proyecto no tiene fines de lucro, pero sí debe autosustentarse.
El Galpón de los Sueños Espacio de Artes y Culturas en Palpalá surge para dar continuidad a los proyectos escénicos y de gestión cultural generando un núcleo de transformación y resignificación a partir de conocer y comprender el territorio.
Como sala teatral y espacio cultural, se propone democratizar el acceso a los bienes culturales, integrar a los y las vecinas en procesos creativos para que disfruten del arte, formar y crear nuevos públicos y formar nuevos artistas.
En este espacio se desarrollan hasta el momento varias acciones, como el Programa "Que se vengan lxs chicxs: arte y recreación para la niñez", que brinda talleres gratuitos para niños; el Ciclo Anual "Presencia de la ausencia: Teatralidades y Memorias"; y el Programa de Formación de Espectadores: "La Escuela va al Teatro, el Teatro va a la Escuela".
En 2018 y 2019 se generaron espacios de peñas y actividades más populares como la festividad de San Juan y el inti Raymi, peñas, festivales, día de la madre, varietes con proyectos de clown, y en donde además se invitó a los vecinos que cantan, bailan o hacen alguna actividad a sumarse. También colaboraron con números, amigos artistas de manera solidaria que ofrecieron su espectáculo en forma gratuita para recaudar para el espacio.
Y en estos eventos además se venden comidas y bebidas.
Actualmente el equipo de colaboradores está integrado por Jeremías Alancay, Mariela Díaz, Daniel Saldaño, Guillermo Núñez, Gastón Alemán, Federico Ruiz, Eliana Rojas, Soledad Ocampo y Rubén Villagra.
Hoy el desafío es encontrar la manera de mantenerse en este espacio que ya está funcionando.
La historia y el grupo
La historia comenzó cuando se conformó El Colectivo Teatro en Tucumán, en el año 2008, después de una obra producida para rendir un examen de la facultad ("Una Más..." - versión unipersonal de "La Casa de Bernarda Alba" de Federico García Lorca). Los dos artistas jujeños, cuando regresaron a su lugar de origen decidieron continuar con este grupo.
Cuando llegaron a Jujuy comenzaron con sus producciones de obras, festivales, investigaciones, y obtuvieron la atención y colaboración de sus pares en Jujuy.
A partir de ahí "nos vinculamos con grupos de artistas invitados", explica Fabiola. "Decidimos continuar con este proyecto, entendiendo que el aprendizaje se iba a dar de manera colectiva", aporta Iván.
Cabe mencionar que es este grupo, el ganador de la 35 º Fiesta provincial del teatro de Jujuy, realizada el año pasado, por su obra "El Hombre Cóndor", que representará a la provincia en la próxima Fiesta Nacional del Teatro organizada por el Instituto Nacional del Teatro.
Ya en Jujuy, hicieron su primer festival "La Mujer en la Escena Teatral del NOA" y comenzaron a sumar personas colaboradoras.
"Las reuniones eran los lunes pase lo que pase y aunque no tuviéramos nada que hacer", explican, "y esa disciplina hizo que surgieran tantos proyectos", confiesan.
Iván cuenta que lo primero por lo que concursaron fue por el subsidio para equipamiento, y lo ganaron. Así adquirieron luces, sonido, "y luego necesitamos el espacio para guardar todo eso que en principio estaba en casa de Fabiola. Primero alquilamos un lugar para guardar las cosas, y entonces urgía comenzar con un espacio", cuenta el actor.
Así es que comenzaron a buscar un lugar, y se encontraron con el galpón que hoy piensan como su lugar de creaciones a largo plazo. Se trata de un galpón ubicado sobre Ruta Provincial Nº1 en Río Blanco, Palpalá, en Loteo La Noria.
"Fuimos a buscarlo sin dudas". Llegaron a la casa de la dueña y encontraron una predisposición que coincidía con sus sueños.
"Ella nos dijo que ese galpón estaba para quien lo fuera a buscar", dice Iván, y el espacio fue cedido en comodato por tres años, y ya pasó un año y medio. "El tiempo pasa rápido y nuestra intención es comprarlo", cuenta Fabiola, "estuvimos invirtiendo en mejoras edilicias, para que la persona que vaya sienta que ese lugar es su casa", cuentan en medio de la incertidumbre que se les planteó en estos últimos días con la necesidad de la propietaria de recuperar el espacio por razones económicas.
Quienes puedan colaborar deben comunicarse al teléfono 3884175132.
Las responsabilidades
Hasta el momento, Fabiola e Iván se encargan desde la limpieza, la pintura, el desmalezamiento, hasta el diseño de proyectos y gestión, y recibir a la gente. La idea es gestionar el trabajo articulado con el estado municipal, provincia y nacional, para contar con personal que se encargue por ejemplo del mantenimiento, así ellos pueden dedicarse exclusivamente a la producción.
Lo positivo es que apenas se abrió el galpón, la gente se sumó y se comprometió con la idea. Los vecinos de los alrededores se apropiaron y ayudan en los trabajos de mantenimiento, y llenan cada función que se hace en este espacio. En el verano 2018-2019 tuvieron una serie de talleres con gran convocatoria de distintas disciplinas de arte y hasta yoga.
La otra buena noticia, es que desde que llegaron a este lugar hasta el momento, el entorno mejoró muchísimo con la conclusión de la autopista, la construcción de una ciclovía, una pasarela para la seguridad de los chicos que debían cruzar la ruta para ir a las actividades del galpón, etc. Hay empresas de pintura y otros rubros que se aliaron y trabajan otorgándole material a cambio por ejemplo de material reciclable, u otro tipo de canje.
Participación de los vecinos y capacidad
Con los vecinos, “nos manejamos mucho con la entrada a la gorra, porque entendemos que vienen en familia, y no es muy accesible comprar varias entradas”, explica Fabiola.
El galpón ahora tiene capacidad para 60 personas porque son las sillas de las que dispone en comodato. En algún momento tuvieron en calidad de préstamos unas gradas que permitieron extender esa capacidad, y de acuerdo al espacio disponible, en la medida que se puedan adquirir más mobiliario, se puede llegar hasta 110 personas cómodas.
Cuentan con 200 metros cuadrados de superficie cubierta, y lo mismo de superficie descubierta donde se puede proyectar para seguir ampliando. “Concursamos en 2017 por el subsidio de compra de sala y no quedamos. Pero afortunadamente habíamos consolidado el proyecto. Nos habíamos vinculado con la comunidad, trabajamos pensando en Palpalá”.
“Llegar a Palpalá, especialmente en esta ubicación rodeada de escuelas y barrios en formación hizo crecer el proyecto de producción, gestión e investigación teatral, y el galpón venía a darle forma a un proyecto de gestión vinculado a la transformación de esa comunidad. Para nosotros fue todo un aprendizaje, desde la conformación grupal entendemos que no todos los artistas tienen esa vocación. Nosotros mismos estamos todo el tiempo poniéndonos a prueba, porque esto también tiene que ver con ampliar nuestra red de vínculos institucionales también”, explica Fabiola.
“En el medio las cuestiones de legalidad, para conformarnos con personería jurídica. Todo lo que hacemos está pensado para esa comunidad. Todo lo que veníamos desarrollando se expande hacia ella, tenemos ese cuidado de que cada acción que hagamos tenga un impacto aunque sea a largo plazo”, continúa Iván.
Sin dudas es un proyecto que se propone formar espectadores y formar artistas no sólo de teatro, sino de todas las artes, según explican, “por eso nos queremos expandir a otras disciplinas del arte, que nosotros no dominamos”, dicen. Lo esencial es que tanto Iván como Fabiola han tomado la decisión de continuar, y sobre esta convicción están invirtiendo en este espacio, y trabajando para sumar voluntades.
¿Cómo se sostiene?
Cuando le hacemos esta consulta a los responsables, contestan: “Concursamos en todos los proyectos nacionales y provinciales. Hemos ganado el subsidio del Fondo Cultural Jujeño que, si bien no hemos cobrado todavía, sirve. Lo lamentable es que era un premio de 50.000 pesos y ahora por alguna razón, se transformó en un subsidio de 15.000, y eso nos pone en una situación complicada”, explican.
Lo que se viene es la gestión para trabajar con el municipio de Palpalá en su nueva gestión. “Lo que necesitamos del Estado es que nos acompañen con subsidio para empleados en distintas tareas del espacio, y asegurar la permanencia en este espacio”, proponen. “Si tuviéramos esa colaboración, nosotros podríamos dedicarle más tiempo a lo administrativo. Nos vamos organizando porque por empezar tenemos la decisión de continuar”, aseguran.