TILCARA (corresponsal) El sábado las aguas volvieron a aquietarse, en parte por las medidas que dieron orden a los pagos en las instituciones bancarias, en parte por un trabajo más afinado del municipio y porque, en la víspera, los mismos vecinos se asustaron con lo que estaban viendo: una larga fila ante el banco que cambió radicalmente el aspecto que el pueblo presentaba desde que se decretó la cuarentena.
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TILCARA (corresponsal) El sábado las aguas volvieron a aquietarse, en parte por las medidas que dieron orden a los pagos en las instituciones bancarias, en parte por un trabajo más afinado del municipio y porque, en la víspera, los mismos vecinos se asustaron con lo que estaban viendo: una larga fila ante el banco que cambió radicalmente el aspecto que el pueblo presentaba desde que se decretó la cuarentena.
En la víspera: mucha gente en la calle y dinero recién cobrado, más presencia en las puertas de los comercios, volvió a escucharse el pregón de las empanaderas y los remiseros trabajaron más. Esos fueron los dos aspectos del viernes: cantidad de gente y un cierto repunte de ventas, pero también del miedo que generó ver tantas personas juntas.
El sábado por la mañana, el Tinglado Municipal esperaba a quienes debían realizar trámites bancarios con sillas espaciadas entre si, y la fila que llevaba hasta la institución de la que esperaban retirar dinero, tenía vallas de protección que evitaron las aglomeraciones. Personal municipal y policial controlaba que así siguieran las cosas, y la patrulla fortalecía el mensaje con sus altavoces.
Junto a ello, una sensación de cuidado que recorría los comentarios y las actitudes de los vecinos que, por una u otra razón, debían estar en la calle. Podría concluirse, y así escuchamos en varias opiniones, que así como el viernes la situación se enturbió por la necesidad de algunos, las fallas de otros y la falta de conciencia de aquellos que pensaban que no había riesgo, eso produjo para el sábado su contracara: una mayor y mejor acción pública y una más precavida actitud de los ciudadanos.
Desde el punto de vista social, desde el Municipio se nos informó que no se repartirán viandas, como se lo había anunciado, sino mercadería. Esta decisión, se nos dijo, atiende a que en las casas se cocina para todo el grupo familiar y a no sobrecargar el trabajo en las cocinas públicas, entendiendo que la mercadería en las casas daría mejor resultado.
En el orden de la seguridad, trascendió que la fiscalía habría recibido órdenes de realizar controles más exhaustivos sobre las fuerzas de seguridad, con el objeto de evitar cualquier clase de abusos. Según trascendió, la orden habría sido emitida a raíz de denuncias que se hicieron públicas, en estos días, con respecto a otras localidades de la Provincia.
En cuanto a otras denuncias que habrían aumentado durante cuarentena, se encuentran aquellas referidas a la usurpación de terrenos. Se pudo saber que se repitieron los casos de quienes ocuparon lotes ajenos aprovechando la ausencia de sus dueños. Según hemos podido saber, los usurpadores entran a los terrenos y levantan rápidamente construcciones precarias para no ser desalojados.