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Refuerzan canales para la atención de drogadictos

Les piden que no se queden solos y que llamen a los canales de comunicación para ser orientados.

Lunes, 06 de abril de 2020 01:00

La Sedronar y diferentes organizaciones de la sociedad civil reconvirtieron y reforzaron sus canales de orientación, contención, acompañamiento y atención a personas usuarias de drogas, atendiendo a que el "cambio de contexto" que representa el aislamiento social preventivo y obligatorio por el Covid-19 puede incidir en el consumo problemático.

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La Sedronar y diferentes organizaciones de la sociedad civil reconvirtieron y reforzaron sus canales de orientación, contención, acompañamiento y atención a personas usuarias de drogas, atendiendo a que el "cambio de contexto" que representa el aislamiento social preventivo y obligatorio por el Covid-19 puede incidir en el consumo problemático.

 

El "cambio de contexto" que representa el aislamiento social preventivo y obligatorio puede incidir en el consumo problemático.

 

"El consumo forma parte de la vida, pero el exceso es un problema y el aislamiento puede empeorarlo, por eso les pedimos a los que vienen atravesando situaciones de consumo problemático que no se queden solos", dijo a Télam la titular de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), Gabriela Torres.

La funcionaria explicó que, más allá de las cantidades, "lo importante es qué se deposita en eso que consumo", porque "si creo que me salva de la cuarentena, estamos en un problema y ahí les pedimos que nos llamen".

"Es importante mantenerse en contacto con otros por el medio que sea, pero también recordar que el aislamiento físico es temporal y es "preventivo" porque nos estamos cuidando entre todos", agregó

Torres explicó que el organismo puso en marcha "un plan de contingencia para servicios esenciales" a través de tres circuitos: la línea 141, los Centro de Orientación en Adicciones (Cedecor), y los dispositivos residenciales y comunitarios .

La línea 141 de orientación y acompañamiento se reforzó para seguir funcionando 24/7, desde cualquier punto del país, de manera anónima y gratuita.

"Cuando les ofrecemos que dejen tu teléfono para que los puedan contactar psicólogos del Cedecor y hacerle un seguimiento, porque hay algo de la compulsión del consumo que la ayuda profesional permite desarmar", dijo esta licenciada en trabajo social.

Respecto a los llamados recibidos durante la cuarentena, aseguró que la "cantidad se mantiene estable, pero más del 70% de las consultas están vinculadas con el coronavirus".

Pero mientras los primeros días las preguntas estaban referidas al Covid-19 y la relación del consumo con el sistema inmunológico, "en los últimos días, en cambio, crecieron los pedidos de orientación y pautas para contención familiar, manejo de situaciones de encierro, síndrome de abstinencia, tratamientos y fugas de la casa".

En tanto, las Comunidades Terapéuticas siguen funcionando y las casas de atención y acompañamiento comunitario se mantienen con guardias para el tratamiento remoto de las personas que allí concurrían y se les brinda una prestación alimentaria.

Por su parte, la coordinadora del área de intervención de la Asociación Civil Intercambios, Jorgelina Di Iorio, aseguró que la cuarentena obligatoria "genera condiciones para la aparición de algunos problemas con el consumo" porque su sentido o efectos "siempre están asociados al contexto" y el actual está caracterizado por "la incertidumbre, los permanentes cambios y la creencia que el aislamiento físico implica distanciamiento social".

"El aislamiento genera irritabilidad, ansiedad, quita ganas de hacer cosas", dijo a Télam esa doctora en Psicología.

Di Iorio apuntó "al modo muy desigual que se materializa el aislamiento físico" en función de las condiciones de vida y los recursos con los que las personas afrontan una medida general y universal, como es la cuarentena obligatoria y su engañosa uniformización.

"Por un lado, aquellos que están en tratamiento (ambulatorio) porque están en una situación de consumo problemático o vienen con situaciones complejas previas: allí es importante garantizar el tratamiento y la medicación", explicó.

"En segundo lugar, están los que no estaban consumiendo pero que este contexto puede dar lugar a que aparezca el consumo o con más intensidad", dijo.

En tercer término mencionó a "quienes venían teniendo un consumo regular recreativo, mediado por prácticas sociales, que ahora lo hacen en aislamiento", y entonces allí el desafío es "cómo desarrollar prácticas de (auto)cuidado" que reemplacen al cuidado colectivo porque además "pueden darse situaciones "de mal viaje", es decir, que con una sustancia que te pegaba bien, en este contexto termines pasándola mal".

Por último, Di Iorio llamó la atención sobre aquellos usuarios sociales de sustancias psicoactivos que están retardando consumo por el aislamiento social preventivo y obligatorio.

Más seguros en las islas

Vecinos que residen en las islas del Delta, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, aseguraron que se sienten “más seguros” viviendo allí que en la ciudad por el riesgo de contagio de coronavirus, aunque admitieron su malestar por el recorte en los días y horarios que circulan las lanchas que les proveen alimentos y los transportan al continente. “Lo que más nos complicó desde la cuarentena fue el hecho de no poder ir a Tigre porque sacaron varios servicios de las lanchas”, dijo a Télam Marcelo, quien vive en las islas sobre el río Caraguatá.

Según Marcelo, que reside junto a su esposa y sus dos hijos y trabaja en Capital Federal, hay tres servicios de lanchas por la mañana para ir hacia Tigre y luego del mediodía, otros tres horarios de regreso a las islas. “Si hay que ir a comprar mercadería, la lancha pasa a las 8 de la mañana y regresa 18.30, por lo que tengo que estar todo el día en el Tigre esperando para volver y eso es lo peligroso para contagiarnos el coronavirus”, explicó. Otro de los problemas que tienen los isleños es la provisión de alimentos, ya que las lanchas almacén recortaron sus frecuencias semanales.

“La lancha almacén pasaba cuatro veces por semana y ahora solo dos veces, y si la marea baja, no pasa porque se atasca”, aseguró Diego, padre de familia. Igual es la preocupación de Hernán, quien vive solo en una casa ubicada sobre Río Caraguata, pero indicó que se siente “más seguro” allí que viviendo en el continente. Para brindarles atención y proveerles agua potable a los isleños, la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), distribuyen más de 15.000 litros.