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El diseño y confección de vestidos está en jaque

Algunos cerraron y otros se reconvierten. Tienen la esperanza de que se concrete la Cena Blanca a fin de año.Solían trabajar todo el año. Sólo en esta ciudad para cerca de 2.000 prendas de candidatas, 15 años y egresadas.
Jueves, 21 de mayo de 2020 01:02

Pese a que se volvieron a activar algunos rubros de la economía local aún en cuarentena, el sector de diseñadores y modistas que confeccionan vestidos de fiesta está paralizado. Algunos cerraron y otros optan por confeccionar barbijos. Un grupo se organizó para visibilizar el sector y que todo el año impulsan un engranaje que da empleo, invierte en insumos e impulsa otros rubros. Sólo en Cena Blanca hacen cerca de 2.000 vestidos para elecciones de reinas, quince años y casamientos.

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Pese a que se volvieron a activar algunos rubros de la economía local aún en cuarentena, el sector de diseñadores y modistas que confeccionan vestidos de fiesta está paralizado. Algunos cerraron y otros optan por confeccionar barbijos. Un grupo se organizó para visibilizar el sector y que todo el año impulsan un engranaje que da empleo, invierte en insumos e impulsa otros rubros. Sólo en Cena Blanca hacen cerca de 2.000 vestidos para elecciones de reinas, quince años y casamientos.

"Yo soy de Cecilia Creaciones, tenía un local en las galerías de la Necochea. Ya no lo tengo. Tuve que cerrar porque me cobraban igual el alquiler y no abrí en abril. La inmobiliaria fue muy buena en dejarme sacar las cosas y dejar la deuda ahí, les dije que en cuanto se regularice la situación voy a volver", explicó apesadumbrada Cecilia Cabana.

Lleva 21 años en el rubro y hace cinco estaba en esa galería, pero con familia y un alquiler que pagar y sin ingresos, tuvo que cerrar y reinventarse. Confecciona barbijos, sublimarlos y los vende al igual que telas, promocionando por redes sociales.

"Tenía gente que me venía pagando una seña por un vestido, me está pidiendo y no tengo para darle, recién me estoy estabilizando yo para pagarle", explicó. Es que cancelaron fiestas y otros postergaron, aunque espera retomar la alta costura luego.

"A esta altura del año nosotros estábamos trabajando a full, toda la semana, planeando las elecciones de reina del mes siguiente, con encargos de las chicas de los colegios desde marzo. Y ahora está totalmente parado, no solamente elección de reinas sino casamientos y quince años", precisó el diseñador José Francisco Rueda.

Planteó que son muchos los eventos en los que están inmersos los diseñadores y modistas que se ven afectados. En verano trabajaban con novias y quince años, de marzo hasta septiembre con elecciones de reina y desde ese mes, incluso desde julio, hacían vestidos de Cena Blanca.

Para Cena Blanca sólo en capital son casi 2.000 chicas, y en las elecciones de reina un promedio de 30 candidatas por colegio que sólo en esta ciudad son más de 60, quinceañeras, casamientos y demás galas.

"El Gobierno nunca le prestó atención a este sector y hoy en día hay colegas que están cerrando en el Ramal, aquí en la ciudad. Es más importante la salud, se dice que no va a haber baile, ni ningún tipo de eventos, pero detrás de eso hay un sector grande", explicó Rueda.

Planteó que detrás de las fiestas tradicionales directamente emplea bordadoras y overloquistas rectistas; y hay otros rubros vinculados como peluquerías, maquillaje, disk jockey, salón de fiesta y servicio de catering.

Por eso un grupo de diseñadores y modistas de vestidos de fiesta capitalinos que están en una situación similar decidieron unirse y visibilizar la actividad. Bajo el nombre "Diseñadores y modistas de alta costura" esperan seguir organizándose, difundiendo su actividad y exponer la insostenible situación.

Tienen la esperanza de lograr "tener alguna expectativa de tener Cena Blanca", en la que centran sus esperanzas y en alguna ayuda para que sobreviva el sector.

Explicó que algunos dejaron locales, otros pudieron acceder al IFE o a préstamos del Banco Nación y pocos debieron reconvertirse en venta de barbijos para subsistir.

Solicitan una definición

El diseñador José Francisco Rueda explicó que “decidimos juntarnos primero para hacer visible nuestro trabajo, que si bien estamos instalados, la gente nos conoce, es un sector fuerte que da trabajo, detrás de cada vestido hay tres personas trabajando. Es mano de obra, es trabajo”. Detalló cómo ese rubro del diseño y alta costura forma parte de un engranaje de la economía provincial, ya que se provee de telas locales, piedras e insumos de mercerías y otros sectores detrás de las fiestas tradicionales como la de los estudiantes y la Cena Blanca. También buscan mostrar el impulso de trabajo y que Jujuy tiene diseñadores, que trabaja todo el año y que va innovando al ser la única provincia que produce todo el año, con piezas elegantes, bordados y géneros; y un trabajo artesanal inusual. Lo idearon entre seis personas, diseñadores y modistas de modo de comenzar a reunir a sus pares, con buena repercusión.

Entienden que con lo que sucedió en el mundo, vieron que todos los sectores se empezaron a unir no solamente para hacer el reclamo, sino ver que por separado no van a generar nada. Les preocupa que muchos de ellos tuvieron que cerrar por no poder afrontar los gastos de alquileres, y que están conscientes de lo difícil que será retomar la actividad porque tomar un local en alquiler resulta muy oneroso.

“Nos va a costar volver a empezar, a entrar con un local, porque es mucho el gasto para ingresar”, precisó y enfatizó asimismo en la necesidad de volver a la actividad, y para ello necesitan que se pueda anticipar si habrá Cena Blanca o algún tipo de ayuda. Como sector buscan a través de las redes mostrar que en Jujuy hay diseñadores, para que la gente encuentre un lugar donde pueda elegir el estilo de cada uno. Lo integran Victoria Arquiza, Veravia Diseños, El Atelier del Bordado, Cecilia Creaciones, además de José Francisco Rueda.

Las pérdidas son cuantiosas

Las pérdidas en el sector del diseño y la confección de vestidos son cuantiosas. Muchos quedaron endeudados por alquileres, otros por los insumos que compraron y otros se reorientaron a otro rubro. “Yo ya había hecho la inversión en telas para el armado de vestidos, en piedras para la colección de la Fiesta de los Estudiantes, y esa plata ya está perdida. Los vestidos que tenía encargados quedaron a medias”, precisó Rueda. El precio de la tela es una variable crucial para el rubro, y con el que se cotizan los vestidos. El año pasado un vestido de gala de Cena Blanca costaba desde $ 15 mil y el más caro hasta $ 40 mil y para elecciones rondaban entre $ 10 mil a $ 25 mil.

JOSÉ FRANCISCO RUEDA, DISEÑADOR

“Nos paralizó totalmente la actividad y muchos tuvimos que reinventarnos, yo estoy con la venta de barbijos. Fue terrible al principio porque también confecciono delantales que se paralizó, y vestidos de fiesta ni hablar”, precisó Miriam Valdez, quien venía trabajando desde el 2010. Explicó que trabaja sola y se manejaba por redes sociales, las que ahora también le ayudan a concretar la venta de barbijos. En tanto, la experiencia en el rubro para Gladys Cazón venía mal por la gran oferta y la crisis, por lo que cerró su local Isadora Vestidos el año pasado, por alto alquiler y abrió otro para producir bordados, estampados y sublimados de indumentaria.