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"Internet viene con manual de instrucciones que no leemos"

Abogado penalista especializado en cibercrimen, escribió el libro “Hackeados”, una guía para ayudar a usuarios de internet a prevenir ser víctimas de delitos.La versión digital del texto es gratis y se encuentra disponible en las plataformas Scribd y Academia.edu, como así también en todas sus redes sociales. 
Jueves, 28 de mayo de 2020 01:02

¿Qué te llevó a escribir el libro "Hackeados"?

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¿Qué te llevó a escribir el libro "Hackeados"?

Lo empecé a escribir como un trabajo final para mi posgrado en Cibercrimen, y justo me habían pedido un artículo desde Infobae sobre el crecimiento del cibercrimen en época de coronavirus, y empecé a escribir y a escribir, me dijeron "te pedimos 3.000 caracteres y me mandaste 20 páginas", y me dije ¿qué hago con este material?. Me di cuenta que hay muchísima gente que no sabe qué es un delito informático, por ende, no sabe prevenirlo ni dónde denunciarlo. Y como se trata de un aporte para toda la gente, lo intenté hacer lo más sencillo posible, porque hay muchos libros escritos por abogados para abogados, y yo lo que quería era escribirle al resto de la gente, a los que son víctimas, a los que después tienen que contratar un abogado, para que no tengan que hacerlo. Básicamente bastardeé mi trabajo. Me pareció que hacía falta alguien hablando sobre dos temas técnicos, que son súper esenciales porque hoy en día todos somos usuarios de internet, y cada vez vamos a serlo más.

El coronavirus probablemente se vaya, pero todo lo que dejó, esta nueva revolución digital va a quedar. La gente descubrió que se puede hacer un infinidad de cosas a través de internet, y el criminal está donde está la gente. Hay que saber cuidarnos porque es un mundo con un idioma propio, con un manual de instrucciones propio, sus reglas y si no las aprendemos la vamos a pasar muy mal. Por eso mi idea era regalar algo que ayude a concientizar y evitar que haya más víctimas de delitos informáticos.

¿Qué temas abordas en el libro?

No soy experto en ciberseguridad, lo que sé es por el abordaje del Derecho Penal, y la mejor forma de no tener que acudir a la Justicia es que el delito no ocurra. Y para esto hay que tomar "medidas básicas", que están en el libro "Hackeados", una guía que se puede utilizar en la casa, sin tener que ser un experto. Lo que transmito en mis libros y redes sociales, son cosas esenciales que hoy por ahí uno no aplica, porque piensa que internet funciona como un electrodoméstico que uno lo enchufa y ya, pero en realidad viene con un manual de instrucciones que nosotros no leemos. Y la mayoría de las cosas que nos ocurren todos los días, es porque no tomamos una pequeña medida, desde una configuración a simplemente estar atentos. Puede suceder con un caso de phishing, en aplicaciones o cualquier plataforma. Y lo más fácil termina siendo echarle la culpa a la plataforma. Por ejemplo "determinada red social me hackeo" o "me engañó" y tal vez es uno el que debería haber tomado un recaudo que no tomó porque no sabía.

¿Qué rol cumplen las redes sociales en las publicaciones que esconden estafas?

Lo importante es ir a los términos y condiciones de cómo funciona la plataforma de publicidad en cada red social. Lo cierto es que Facebook fue un intermediario, y pasa permanentemente en otras redes sociales como Twitter, Instagram, Linkedin, etc. Cada red social tiene tanta gente, tantos usuarios en la plataforma que no pueden tener control de absolutamente todo lo que sucede, y mucho menos previo a que algo suceda. Lo que sí puede, y lo que sí tiene que hacer la plataforma es, ante la denuncia de un usuario sobre un delito o una suplantación de identidad, dar de baja. Ellos ceden el lugar, y lo que deben hacer es bajar el contenido al quedar verificada la denuncia, pero si no lo hace, ahí sí podría corresponderle una responsabilidad. Pero Facebook no es el responsable que vendan un servicio o un producto que aún no existe. La magia no existe, cuando a uno le llegan ofertas increíbles, algo raro hay detrás.

¿Qué es lo que puede hacer el usuario luego de "caer" en alguna trampa en la web? Entendiendo que la mayoría de los ciberdelincuentes no operan desde la Argentina...

Lo importante es saber que la mayoría de los delitos que se cometen en internet se cometen escudados en el anonimato, por lo tanto, uno no sabe quién está detrás de una cuenta, por eso lo primero y lo esencial es tratar de identificar quién es, que se le pueda imputar el hecho. Nosotros generalmente denunciamos el hecho y de la investigación surge la persona. Por eso no tiene ningún sentido imputar a las plataformas o a las redes sociales, porque son los que van a colaborar con las víctimas entregando las pruebas. Porque yo lo que voy a hacer es pedirle a Facebook que me diga quién creó esa página, qué usuario y desde qué dirección IP lo hizo, y así empezar a tejer el caminito que me lleve marcha atrás, a conocer quién estaba detrás.

Ahora ¿Cuáles son las conductas que se pueden imputar? Mediante una misma maniobra, dependiendo cual es el resultado o la consecuencia, es el tipo penal por el cual se va a investigar. Pero la investigación en principio siempre empieza igual. No importa si es un experto en informática que desarrolló un código malicioso o si es una persona común y corriente que está difamando, injuriando anónimamente, que sucede muchísimo. Generalmente se piensa que para cometer un delito informático hay que ser un experto o un hacker, y en realidad hay muchísima gente cometiendo delitos informáticos y que no tienen formación o una experiencia informática, sólo tienen la maldad.

¿Qué nivel de incidencia tienen las denuncias por delitos informáticos en la Justicia?

Desde que estamos en aislamiento por el coronavirus, según datos del Ministerio Público Fiscal, solamente en Ciudad Autónoma de Buenos Aires las denuncias por delitos informáticos crecieron más de un 500%. En particular, los casos que me llegan son querellas por difamaciones, hostigamientos digitales, por muchas empresas que les realizan espionaje empresarial o tomas de datos a través de ransomware. Los ataques a los usuarios hogareños están más vinculados a fraudes que son muy fáciles de detectar porque son muy burdos, y solo se necesita un poquito de criterio de haber leído antes en detalle la oferta y contextualizarla. Lo que pasa en el aislamiento es que hay mucha gente que estaba alejada de la tecnología y hasta el más agnóstico del teletrabajo tuvo que hacerlo. El que nunca estudió online ahora lo tiene que hacer, con lo cual aquel que no estaba acostumbrado a utilizar plataformas digitales ahora se encuentra en un mundo desconocido en el que no saben en qué confiar y en qué si.