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Impulsan la distribución de las tareas de cuidado

Analizan cómo la responsabilidad de las obligaciones diarias pone a las mujeres en situación de desigualdad.
Viernes, 03 de julio de 2020 01:03

“El peso de la tareas de la casa y el cuidado de niños y adultos mayores recayó históricamente sobre las mujeres. Buscando una distribución equitativa de estas tareas, la corresponsabilidad social”, el Ministerio de las Mujeres de la Nación puso en la agenda publica la discusión de este tema buscando aportes que a largo plazo modifiquen la realidad pensando no solo desde lo cultural sino también desde lo económico. En la provincia, la organización feminista Mumalá Jujuy indicó que en una encuesta realizada en las ultimas semanas pudieron constatar que las mujeres jujeñas, sobre todo las de menores recursos, no solo cargan con las tareas de cuidado, sino que también se ponen al frente de emprendimientos productivos que les permitan subsistir.

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“El peso de la tareas de la casa y el cuidado de niños y adultos mayores recayó históricamente sobre las mujeres. Buscando una distribución equitativa de estas tareas, la corresponsabilidad social”, el Ministerio de las Mujeres de la Nación puso en la agenda publica la discusión de este tema buscando aportes que a largo plazo modifiquen la realidad pensando no solo desde lo cultural sino también desde lo económico. En la provincia, la organización feminista Mumalá Jujuy indicó que en una encuesta realizada en las ultimas semanas pudieron constatar que las mujeres jujeñas, sobre todo las de menores recursos, no solo cargan con las tareas de cuidado, sino que también se ponen al frente de emprendimientos productivos que les permitan subsistir.

 “Todo lo que ocurre, la difícil situación económica, la falta de trabajo y las tareas de cuidado recaen sobre los hombros de las mujeres humildes”, indicó Giovanna Martinez, de Mumalá Jujuy. La dirigente social feminista comentó que trabajaron en una relevamiento realizado en los merenderos y barrios en los que trabaja la organización social Barrios de Pie para conocer cómo se distribuyen las tareas de cuidados en esos sectores e indicó que “hay muchos hogares de mujeres solas que se hacen cargo de todo, pero aun en aquellos casos en donde hay un padre presente las tareas de cuidado recaen solo en las mujeres.

Además detectaron que en la mayoría de las familias las mujeres no tienen trabajos formales o en blanco pero son parte de la economía popular, es decir que venden comidas o algún otro producto en las calles o en la cuarentena lo hacen por redes sociales o a los vecinos, además de trabajar en merenderos, comedores, cooperativas y ollas populares”. Mumalá indicó que las tareas que las mujeres realizan en nuestros hogares que nos insumen entre 3 y 4 horas diarias dedicadas al cuidado y limpieza se traduce en un aporte “invisible” de casi el 20% del PBI nacional.

En nuestro país, el 25,3% de las mujeres se dedican al trabajo no remunerado y a las tareas de cuidado, mientras que los hombres apenas llegan al 3%. El 55,3% de los hogares monoparentales o unipersonales son sostenidos por mujeres. En este sentido, indicó que Mumalá solicitó a las autoridades que se implementen políticas sociales que ayuden a modificar esta situación en la que las mujeres son las más castigadas.

Debate a nivel nacional

Días atrás Lucía Scuro, coordinadora de la División de Género de la oficina regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), participó de la Cuarta Reunión Interministerial de Cuidados que convocó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (Mmgyd). En su presentación, la especialista compartió un informe sobre la situación de políticas de cuidados en la región y aseguró que “el aporte económico del trabajo no remunerado de los hogares equivale a un 20% del Producto Bruto Interno y las mujeres hacen un 70% de esos aportes”. En ese contexto señaló que se debe avanzar en políticas integradas de cuidado para la igualdad.

Luego, los integrantes de los once organismos nacionales que conforman la Mesa Interministerial avanzaron en la planificación conjunta de acciones para lograr cambios estructurales en el mediano y largo plazo. Al inicio del encuentro, Lucía Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidado del Mmgyd, destacó que desde la creación de la Mesa Interministerial, en febrero de este año, se logró visibilizar la desigualdad en la carga de las tareas de cuidado. Y señaló: “Tenemos claro que el tema de la distribución desigual de estas tareas se sumó a la agenda pública.

Hay una cierta conciencia social en torno a lo que implican estas actividades y cómo históricamente las responsabilidades de las mismas recayeron sobre las mujeres. Sin embargo ahora afrontamos como desafío implementar acciones específicas y concretas para lograr la corresponsabilidad en las familias para lograr una distribución más igualitaria”. Agregó que “hay una noción de la realidad a transformar pero no se trata solamente de un cambio cultural. El cuidar tiene un costo económico y cambiarlo implica redistribuir tiempos, pero también redistribuir recursos”, aseguró Cirmi Obón.

Horas para el cuidado

Una encuesta del uso del tiempo, llevada a cabo en 4.500 hogares de la Ciudad de Buenos Aires, confirmó una cuestión conocida y que se replica en todo el país: el desigual uso del tiempo entre varones y mujeres dadas las cargas de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Según el estudio, los varones dedican a los trabajos remunerados en promedio 8 horas y 52 minutos mientras que las mujeres 7 horas y 59 minutos. Sin embargo, la brecha anterior se invierte y acrecienta en tanto las mujeres destinan mucho más tiempo al trabajo no remunerado doméstico -3 horas y 27 minutos contra 1 hora y 57 minutosy al cuidado a miembros del hogar -5 horas y 27 minutos contra 3 horas y 42 minutos- respectivamente.

Estos datos, que visibilizan de forma contundente el peso desigual de las jornadas diarias de trabajo son para la economía desde una perspectiva feminista clave para entender los vectores de reproducción de desigualdad. Los hogares que más recursos monetarios tienen pueden pagar por tercerizar los trabajos de sostenimiento de la vida o bien comprando trabajo doméstico y de cuidados, generalmente en manos de otras mujeres -limpieza en el hogar, cuidado de niños, personas enfermas o adultos mayores. En tanto, los hogares de sectores sociales más precarios el peso del trabajo doméstico y cuidados no remunerado recae mucho más fuerte en las mujeres que viven en el hogar. En Buenos Aires los varones dedican al trabajo no remunerado 2 horas y 27 minutos y las mujeres 4 horas y 9 minutos.