El jefe comunal de la localidad jujeña de Palpalá, Rubén Rivarola, asumió hace apenas ocho meses y, a pesar de las complicaciones por la pandemia, se muestra optimista: “Lo más importante es que la vamos llevando”. En diálogo con Noticias d, reconoció que esta situación “te pone un freno de mano abrupto” y agregó que “uno se bajonea porque no puede cumplir con lo que prometió”.
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El jefe comunal de la localidad jujeña de Palpalá, Rubén Rivarola, asumió hace apenas ocho meses y, a pesar de las complicaciones por la pandemia, se muestra optimista: “Lo más importante es que la vamos llevando”. En diálogo con Noticias d, reconoció que esta situación “te pone un freno de mano abrupto” y agregó que “uno se bajonea porque no puede cumplir con lo que prometió”.
Sin embargo, confió en que poco a poco todo se irá resolviendo y estimó que el año próximo será mucho mejor. Es que en Palpalá hay un promedio de cinco a ocho casos diarios de coronavirus que, de acuerdo con la población de entre 75 mil y 80 mil habitantes, no resulta de gran impacto. De todas formas, los palpaleños se encuentran en una fase mixta y circulan según la terminación par o impar de sus documentos.
En esta línea, el Intendente advirtió que los casos irán en aumento, que el hospital se encuentra al límite y que la mayor necesidad está en el recurso humano: “No hay suficientes médicos y enfermeros porque también están afectados por esta crisis”. Rivarola explicó que el gobernador Gerardo Morales ya solicitó asistencia a otras provincias para que envíen agentes sanitarios.
El jefe comunal admitió que los 5 meses del parate golpearon fuerte a los cuentapropistas y al empleo. Esto se sumó al alto índice de desempleo que recibió al asumir su gestión, por lo que “no se puede seguir sujetando la economía más de lo que se lo hace”. Es así que decidió abrir la obra privada para reactivar el empleo y lograr que los trabajadores puedan llevar la comida a sus hogares, además de la ayuda que reciben por el IFE.
Al hablar sobre el estado actual de la municipalidad, Rivarola señaló que están pudiendo cumplirse los plazos para los pagos de sueldos y que las cuentas tienen un leve negativo, pero apuntan a resolverlo cuando se termine de poner en marcha el proyecto que impulsa la creación de un municipio productivo. Por el momento, celebró la apertura de un centro de abastecimiento de frutas y verduras que ya generó trabajo e ingresos. Con tal emprendimiento, se lograron bajar los costos de las mercaderías que antes se compraban en la localidad de Perico y se encarecían debido al traslado de 35 km.
Además, su gestión logró abrir una fábrica textil que ahora produce barbijos para toda la provincia y elabora los uniformes para los municipios. Con ambos proyectos, el Intendente dijo que “se logró comprar maquinarias y crear entre 75 y 80 nuevos puestos de trabajo en medio de una crisis sanitaria que golpea a todos”.
Entre otras medidas, Rivarola también destacó la posibilidad de recuperar vehículos y máquinas de trabajo para la municipalidad, que antes debían ser alquilados. Además, se realizaron gestiones ante la Nación y la Provincia para recuperar el Parque Automotor.
En otro tramo, el intendente se refirió a su padre, con el que comparte un nombre y una misma pasión: la política. Rivarola reconoció que desde chico, su papá -actual diputado provincial y presidente del Partido Justicialista- le transmitió todo lo que debía aprender en este camino.
Por estos días, el dirigente de gran trayectoria, Rubén Armando Rivarola, se encuentra internado tras sufrir un contagio por coronavirus. Su hijo estima que próximamente regresará a su hogar para completar la recuperación.
Rivarola nació y se crió en Palpalá. Está casado y tiene tres hijos, de 11, 9 y 4 años. En algún momento de su vida se prometió ayudar a la gente en caso de ser funcionario. Su decisión de presentarse al cargo surgió tras ocupar una banca como Concejal durante dos años, y también “de la necesidad de devolverle a Palpalá lo mucho que me dio”.
Según afirmó, su vida pública tiene dos facetas muy distintas: “La que te permite colaborar, transformar una realidad, y otra muy compleja que enturbia y difama”. Sus jornadas laborales son extensas y ante los cuestionamientos sin lógica tiene una sola receta: “acostumbrarse”. “El cuero se endurece ante los golpes”, enfatizó el Intendente y agregó que solo se centró en los objetivos: “Mirar hacia adelante para que la gente en el futuro valore lo que se hizo”.
Fuente. www.noticiasd.com