Tras el reciente alerta de la Cámara Argentina de Distribuidores de Gas Licuado (Cadigas) de riesgo de desabastecimiento por la afectación a 180 pymes que no llegan a cubrir los precios actuales, en Jujuy aseguran que aún hay provisión. Confirmaron que no se actualizan los precios desde hace más de un año y los costos aumentaron por la inflación, por lo que disminuyeron frecuencias de distribución para la venta.
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Tras el reciente alerta de la Cámara Argentina de Distribuidores de Gas Licuado (Cadigas) de riesgo de desabastecimiento por la afectación a 180 pymes que no llegan a cubrir los precios actuales, en Jujuy aseguran que aún hay provisión. Confirmaron que no se actualizan los precios desde hace más de un año y los costos aumentaron por la inflación, por lo que disminuyeron frecuencias de distribución para la venta.
El comunicado de Cadigas afirma que los valores actuales con los que opera el sector impiden cubrir los costos de operación a muchas compañías afectando a 180 pequeñas y medianas empresas que se encuentran en "estado terminal" debido a las fuertes pérdidas acumuladas.
Por ello advierten un riesgo inminente de desabastecimiento de este "insumo crítico para 10 millones de personas que viven en zonas vulnerables de todo el país".
Están esperanzados en ser escuchados por las autoridades de la Secretaría de Energía recientemente designadas planteando que los asociados son empresas de estructura familiar que emplean a más de 3.000 personas y realizan una actividad esencial, en plena emergencia sanitaria. Asumen que en esta etapa debieron aumentar costos en medidas de bioseguridad, de modo de entregar este insumo crítico para millones de habitantes del país.
"En los últimos cinco años los costos crecieron 435%, mientras que sólo pudimos trasladar una actualización del 140%. La inflación nos carcome y la pérdida acumulada en el tiempo destruyó no solo la rentabilidad sino la posibilidad de mantenernos en pie ya que estamos muy cerca de la quiebra, por lo que el sector va hacia la extinción", afirmaron desde Cadigas en el comunicado.
En tal sentido en Jujuy, Jorge Luis Guillén, gerente de la distribuidora YPF con sede en El Carmen, coincidió en el eje del reclamo y aseguró que no hay problemas de desabastecimiento. "Estamos muy complicados en el sentido de la distribución, los márgenes, los costos. Estamos con precios congelados desde marzo del año del 2019 a la fecha, con aumentos constantemente de combustibles, sueldos, los derivados de la distribución, de los vehículos", precisó el gerente.
Sostuvo que a consecuencia del poco margen que les queda es que debieron reducir la frecuencia de distribución, de modo que en lugares donde solían hacerlo tres veces por semana actualmente sólo efectúan una visita.
Explicó que las regiones donde se distribuye más por falta de red de gas natural son las más alejadas, La Quiaca, otras localidades de la Puna, Yuto, El Talar, Vinalito, que generan mayor costo de distribución, pero aseguró que no obstante son zonas que están siendo atendidas.
"El tema es que si esto sigue, hasta diciembre no se va a poder sostener más", alertó recordando que el último incremento fue en marzo del 2019, mientras la inflación superaría más del 400%.
Planteó que las "garrafas sociales" en la sede de la distribuidora se comercializan a 350 pesos la garrafa de 10 kilos (kg), pero que al ser distribuidas en territorio jujeño se incrementa a 380 pesos por acuerdo provincial, y que es igual para toda la provincia más allá del costo que supone llevarla a otras localidades desde El Carmen.
En esa sede de la distribuidora el precio de la garrafa es de 500 pesos o 550 dependiendo si es en efectivo o con tarjeta; y la de 15 kilos a 800, el cilindro grande de 45 kilos está liberado y tiene un costo de 3.500 pesos, que suelen usar en restaurantes, hoteles, etc.
Sucede que la Dirección de Descentralización de la Municipalidad capitalina es la que está a cargo de la coordinación de la garrafa social en esta capital y posibilita que se distribuya en los centros vecinales a un precio subsidiado de 380 pesos la garrafa de 10 kilos.
Los precios son disímiles en diferentes zonas
Con la pandemia el consumo parece haberse incrementado. Según un referente del Centro Vecinal del barrio Luján, Matías Arrueta, donde se distribuye la garrafa social a 380 pesos y generalmente se hace algunos jueves a las 17, lo cual se informa desde la página de la organización en Facebook. Explicó que hay ocasiones en que llegan 35 garrafas, y cuando se acaban a la gente no le queda otra opción que adquirirla en los comercios cercanos en promedio a 500 pesos, que compran porque muchos no tienen vehículo para ir a una distribuidora. “Lo único malo es que al consumirse mucho, los vecinos requerían mayor frecuencia de entrega y a veces no llegan a poder comprar la social porque sólo disponen de un envase”, explicó Arrueta.
Sin embargo el precio de comercialización es disímil según el proveedor o revendedor. En el caso de la distribuidora Shell de calle Constitución 766, del barrio Cuyaya, las garrafas de 10 kilos tienen un precio de 350 pesos y a 650 pesos la de 15 kilos. En barrio Higuerillas, donde no hay red, consiguen la garrafa social cada 20 días, y la distribución particular también se hace pero cada 15 días a demanda, por lo que hay pequeños comercios que tienen disponibilidad a diario a 550 pesos la garrafa de 10 kilos. En Perico, en una comercializadora se encuentran a 480 pesos y en el barrio La Nueva Ciudad a 520 pesos, a la misma garrafa de 10 kilos y de 15 kilos a 750 pesos y en otros lugares a 850 pesos.