"Quiero pedirle a la Inmaculada y a San José que ayuden a la comunidad para seguir en el camino emprendido. El padre Alejandro, el padre Víctor que pasaron por aquí, el padre Antonio es un eslabón más para seguir siendo sal de esta tierra, de esta comunidad que forman, para que como Iglesia seamos luz para tantos hermanos que buscan a Dios y el sentido de su vida", dijo anoche el obispo Daniel Fernández, durante la misa en que tomó posesión el padre Antonio Hernández en la parroquia Inmaculada Concepción de María de Perico.
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"Quiero pedirle a la Inmaculada y a San José que ayuden a la comunidad para seguir en el camino emprendido. El padre Alejandro, el padre Víctor que pasaron por aquí, el padre Antonio es un eslabón más para seguir siendo sal de esta tierra, de esta comunidad que forman, para que como Iglesia seamos luz para tantos hermanos que buscan a Dios y el sentido de su vida", dijo anoche el obispo Daniel Fernández, durante la misa en que tomó posesión el padre Antonio Hernández en la parroquia Inmaculada Concepción de María de Perico.
Monseñor Fernández destacó el comienzo de "una nueva etapa pastoral de la Inmaculada, pidamos a Dios que guiados por el padre Antonio puedan seguir siendo lo que comprobé que son: una comunidad que reza, que sirve, viva, que se preocupa. Necesitamos una comunidad que anuncie el misterio de la fe". Acotó que "cambia el director de orquesta, el párroco, que les saca a cada uno lo mejor que tiene: la mejor voz, servicio, capacidad, descubre los talentos que son inmensas riquezas en los corazones de cada uno y los armoniza, los pone al servicio del bien común".
La emotiva ceremonia contó con la presencia de sacerdotes de la Diócesis y del padre Víctor Acchura, quien dejó la comunidad luego de 12 años para trasladarse a la parroquia de El Carmen.
Entre los signos compartidos estuvo la lectura del nombramiento y la entrega de la Palabra de Dios.