Tenacidad y perseverancia son cualidades de Tomás Sesan, un estudiante jujeño de 23 años que pese a todo contratiempo logró llegar en enero a Francia para terminar la carrera de Ingeniería Industrial y obtener dos títulos.
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Tenacidad y perseverancia son cualidades de Tomás Sesan, un estudiante jujeño de 23 años que pese a todo contratiempo logró llegar en enero a Francia para terminar la carrera de Ingeniería Industrial y obtener dos títulos.
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"Cuando estaba en segundo año de la carrera empecé a averiguar los acuerdos de doble diploma que tenía la Universidad Nacional de Córdoba en el exterior y junto a mi amigo Nicolás Juárez encontramos que los había en Italia, Francia y Alemania y elegimos Francia", contó el jujeño que actualmente vive en la ciudad de Aix en Provence.
Pero llegar hasta allí no fue fácil. Durante un año y medio estudió el idioma y recién en cuarto año pudo postularse a la beca pero no quedó seleccionado. Sin embargo, lejos de rendirse o desanimarse, se volvió a presentar y fue en ese segundo intento que lo logró.
"Tuve muchas complicaciones para venir como no contar con el nivel de idioma requerido, motivo que hizo que retrase mi viaje seis meses y después por el Covid lo tuve que atrasar seis meses más. Fue duro llegar hasta acá después de un año de remarla y de muchas dudas, pero cuando lo logré me di cuenta de que fue la mejor decisión que pude haber tomado. Valió la pena perseverar", exclamó.
Decidido a aprovechar al máximo los recursos que le ofrece la Universidad de Francia, el jujeño llegó bien predispuesto a conocer esa nueva cotidianeidad, por lo que no le costó adaptarse a ella.
"Con esto de migrar siento que tuve mucha suerte. En cuanto llegué empecé a salir y buscaba integrarme. En cuanto a comidas siento que la cultura es muy similar a la nuestra, por eso no me costó tanto aunque lo que sí se extraña son los buenos asados", contó el jujeño que en lo que va de su estadía tuvo la suerte de disfrutar de uno, pero lamentablemente no es un gusto que pueda darse a menudo, ya que eso implica comprar carne de España y que dicho sea de paso es bastante cara.
Y aunque parezca insignificante son pequeños detalles que permiten a los jujeños en el extranjero sentirse un poco más cerca de los seres queridos, si no pregúntenle a Nicolás que dejó algunas prendas para que en la valija le entraran dos kilos y medio de yerba para los mates de todos los días que ocasionalmente puede compartir con su amigo de la infancia Nicolás Juárez, que como cosa de locos terminaron viviendo a sólo unos kilómetros de distancia. "Un amigo de toda la vida!".
Objetivos y nuevas metas
Si todo sale como Tomás lo planea, dentro de dos años recibirá el título de Ingeniero Industrial de la Universidad de Córdoba y otro de la Universidad de Francia.
Sobre qué es lo que planea hacer una vez que se reciba, contó que le gustaría mucho trabajar en Francia al menos unos cuatro años para aprovechar los recursos que allí hay en cuanto a la industria y al desarrollo para generar nuevas cosas e innovar en su área.
"Y para más adelante creo que buscaría experiencias en otros países, pero es un plan a largo plazo", agregó.
Si bien tomar una decisión de este tipo es duro porque se debe dejar la comodidad del hogar, los afectos, los amores y tantas cosas más, el jujeño está seguro de alcanzar su meta por estar "sobre una base sólida de valores" que le inculcó su familia y en la que se mantendrá siempre.
Ante su experiencia, el jujeño se dirigió a los jóvenes que en este momento están evaluando oportunidades y buscando nuevos horizontes: "Si alguien está con la idea de migrar ya sea en busca de oportunidades o experimentar otras vivencias y si tienen la oportunidad, que se anime y lo haga. Es algo que a mí por lo menos me cambió la vida. Ahora tengo una visión más global de cómo es el mundo y noción de otras realidades. Yo me encontré con la posibilidad de conocer a mucha gente de Latinoamérica y saber de sus culturas, un intercambio muy enriquecedor. Así que, qué mejor que intentar y animarse", cerró.