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27 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"Ha habido progresos importantes en la financiación de la ciencia aplicada"

El científico jujeño recibirá el miércoles 13 el Premio Fundación Bunge y Born 2021 por su aporte en microbiología. Ahora trabaja en un modelo animal con la mirada en el Parkinson. El doctor en Bioquímica descubrió una proteína que poseen las bacterias, que monitorea la temperatura ambiente y regula los lípidos de la membrana que las recubre, con usos en biotecnología.

Martes, 05 de octubre de 2021 01:02

Fue el elegido para recibir el Premio Fundación Bunge y Born 2021 por su producción de conocimiento científico de excelencia en el estudio de las bacterias y la continua contribución en el desarrollo de la ciencia en el país. Ahora trabaja en un modelo animal, en torno al gusano C. Elegans, por sus proteínas homologas a las humanas con el fin de abordar el Parkinson.

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Fue el elegido para recibir el Premio Fundación Bunge y Born 2021 por su producción de conocimiento científico de excelencia en el estudio de las bacterias y la continua contribución en el desarrollo de la ciencia en el país. Ahora trabaja en un modelo animal, en torno al gusano C. Elegans, por sus proteínas homologas a las humanas con el fin de abordar el Parkinson.

El jujeño es bioquímico y doctor en Bioquímica, por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), y realizó un posdoctorado en la University of Illinois (Estados Unidos), donde inició sus estudios en microbiología molecular, y se desempeñó hasta ahora en Rosario. Es investigador superior del Conicet y profesor honorario de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

En Jujuy estudió en la Escuela Monteagudo, el Colegio 1 "Teodoro Sánchez de Bustamante", donde se interesó por la bioquímica y partió a la Universidad Nacional de Tucumán. Lleva 35 años en su labor en Santa Fe, aunque recorrió varios países dando conferencias.

La ceremonia de entrega de los Premios Científicos Fundación Bunge y Born 2021 se realizará el próximo miércoles 13 a las 18 y se podrá ver por la web www.fundacionbyb.org

Además, la doctora en Biología Molecular y Biotecnología, Natalia de Miguel, es la ganadora del Premio Estímulo 2021, ya que investiga sobre parásitos con posibles aplicaciones médicas y veterinarias.

-Centró su trabajo en microbiología. ¿Obtuvo este premio con ello, en qué se ha enfocado su trabajo?

-A lo que yo me dediqué siempre es a la investigación básica, o sea que las investigaciones no persiguen ningún fin aplicado sino guiado por la curiosidad. En lo que me enfoqué hace 35 años es en estudiar problemas relacionados con bacterias, entender cómo funcionan las células, bacterias, eso se llama microbiología molecular.

A mí lo que me interesaban son problemas muy básicos, muy fundamentales, y uno de esos es tratar de entender cómo las bacterias detectan temperatura. Entonces es un fenómeno muy básico. Lo que descubrimos es una proteína en bacterias que detecta cuando la temperatura cae y eso hace que ajuste una serie de señales que la bacteria utiliza para modificar lo que se llama la membrana plasmática y hacerla resistente al frío.

Cómo las bacterias detectan la temperatura probablemente no es un tema que le interesa a la gente que no está en ciencia, pero justo leí que dieron los premios Nobel en medicina, que fueron dados a científicos que estudiaron cómo los humanos detectan temperatura. No es con bacterias, pero es un problema interesante ver cómo es la detección de temperatura y cómo eso se traduce en la célula. En cambio nosotros encontramos una proteína que hace que la célula bacteriana tome recaudos para sobrevivir en el frío.

-¿Esto ha tenido aplicaciones en biotecnología?

-Esto eventualmente tiene aplicaciones en biotecnología. En bacterias no va a ser un problema que la sociedad mire a la sensibilidad de la temperatura, es muy importante porque si hace mucho frío, las plantas se mueren. Entonces la idea es ver que haciendo una planta transgénica con la proteína que descubrimos puede desencadenar señales para hacer que las plantas sean resistentes a bajas temperaturas, lo cual sería una aplicación biotecnológica muy importante. El medio ambiente está sujeto a varios cambios y cuando está frío las plantas se mueren.

-¿Actualmente en qué está trabajando y qué planes tiene?

-Ahora estoy trabajando en otro modelo que ya no es bacteriano sino animal, un gusano C. Elegans. Es un modelo para estudiar enfermedades humanas, porque muchas de las proteínas que sintetiza el gusano este son homólogas a proteínas que sintetizamos los humanos. Es posible por medio de técnicas genéticas lograr que este gusano tenga el mismo tipo de enfermedades que tenemos los humanos, a nivel mucho más pequeño, y de esa manera poder estudiar mecanismos de producción de enfermedades. Estamos interesados en utilizarlo como modelo para estudiar la enfermedad de Parkinson.

-¿Este premio Fundación Bunge y Born le puede significar algún tipo de impulso a nivel de inversión en las investigaciones y oportunidades?

-Es uno de los más importantes que se da en Argentina y muchos científicos se sentirían honrados en tener. Por supuesto da prestigio y reconocimiento.

-¿Tiene proyectado irse a otro país o elige quedarse en el país a seguir investigando?

-Ya viajé demasiado. Trabajé muchísimo viajando a todos lados, dando conferencias y teniendo colaboraciones con otros países, así que por ahora sigo acá, pero siempre estoy en contacto con el extranjero y con empresas que se dedican a la biotecnología.

-¿Cómo ve la ciencia hoy en Argentina? ¿Ve un nuevo impulso?

-La Argentina siempre ha tenido épocas difíciles para la ciencia, sobre todo el tipo de ciencia que a mí me interesa, la guiada por la curiosidad, el ser curioso, investigar fenómenos que son muy básicos, que no tienen posibilidad de aplicación, pero de repente aparece alguna. Y es esa ciencia la que da resultado en todo el mundo y es muy bien financiada, que es la ciencia guiada por la curiosidad, entonces se obtienen resultados inesperados.

En Argentina la profesión siempre ha sido difícil y para este tipo de ciencia sigue siéndolo. Debo reconocer que ha habido últimamente progresos importantes en la financiación de la ciencia aplicada, y que se hizo una Ley de Ciencia y Tecnología que se aprobó, y prevé cuadruplicar la investigación en ciencia y tecnología en los próximos diez años. O sea que de un presupuesto que está en el 0,25% del Producto Bruto Interno, llevarlo al 1%, es muy alentador y me da muchas esperanzas.

-¿Decidió desarrollar su carrera en el sur?

-Después de Tucumán me fui a Estados Unidos, estuve un tiempo, luego me vine a Rosario. Estoy en un instituto del Conicet de Rosario, que depende de la Universidad también y hace 35 años que estoy acá. Aquí tengo mi familia, dos hijos, mi hija nacida en Estados Unidos es rosarina por adopción, ahora está en Buenos Aires; mi hijo es periodista y mi esposa es psicóloga. Visitamos Jujuy una o dos veces al año.